/ viernes 19 de abril de 2019

La razón y legalidad no se logran descalificando personas, ni derrumbando lo que ya está edificado

“Cuando la arbitrariedad y la ilegalidad se atreven a levantar la cabeza con insolencia e impudicia, es siempre un signo seguro de que los llamados a defender la ley no han cumplido con su deber”.- Rudolf Von Jhering

Aunque no quiera, el tema obligado a tratar en mis temas, tiene que ver con algo de López Obrador. Mis reducidos lectores me llegan a felicitar cuando argumento otras causas en mis mensajes, pero no se puede negar que es imposible pasar por alto los increíbles detalles que comete y no se produzca algún comentario.

También se me ha señalado que, cuál es la causa por la que no comento algo positivo que el presidente haya realizado, pero por más que busco algo, no encuentro absolutamente nada bueno.

Por lo que respecta en esta ocasión, podríamos llenar páginas señalando los pormenores con los que cuenta el memorándum que AMLO, envió a la Secretaría de Gobernación, al de Educación, y al de Hacienda, este 16 del presente mes.

Memorándum, en el que, como es característica del presidente, se tiene que referir culpando a los anteriores de la pobreza, violencia, corrupción y malestar social, que según él son causa de las administraciones anteriores, llamándolas como “periodo neoliberal”, además de indicar que fue una agenda impuesta desde el extranjero, lo que supuestamente llevó a la realización de la reforma educativa.

Menciona que, hasta la fecha no ha sido posible alcanzar acuerdo entre el Legislativo y distintos sectores del gremio magisterial y, por tanto, en cuatro incisos, les señala a la SEP, que se atendrá los principios que él indica, en tanto el Congreso de la Unión, obtenga un consenso con los trabajadores de la educación.

Se queden sin efecto todas las medidas en las que se haya traducido la aplicación de la llamada reforma educativa.

Ordena que la nómina del sector educativo quede bajo el control de la Secretaría de Hacienda, a quien le impone otras medidas también.

Y a la Secretaría de Gobernación le ordena que realice las diligencias y acciones necesarias para poner en libertad a la brevedad a maestros y luchadores sociales que aún se encuentren en prisión por haberse opuesto a la reforma educativa, con otras indicaciones también, y ordena indemnizar a familiares de quienes hayan perdido la vida POR LA POLÍTICA AUTORITARIA QUE PREVALECIÓ EN LOS GOBIERNOS ANTERIORES.

Termina exhortando a los maestros a mantener un diálogo permanente, a impedir la CONFRONTACIÓN y A BUSCAR UNA FORMULACIÓN LEGAL que garantice el derecho del pueblo a la educación bajo el principio juarista de que “NADA POR LA FUERZA, TODO POR LA RAZÓN Y EL DERECHO”.

Las palabras que he puesto con mayúsculas, ha sido con la idea de que, lo que solicita en su memorándum, es de lo que más adolece el señor López, pues ya que pide legalidad, y sobre todo señalaba que, desde el primer día de su mandato se acabaría la corrupción, y lo lograría solamente poniendo él el ejemplo.

Es él el primero en violar la ley, pues todo acto de autoridad debe estar fundado y motivado de conformidad a lo dispuesto por el Artículo 16 Constitucional, incluso la gran mayoría de las facultades que le otorga el Artículo 89 de la Constitución de la República al presidente, deben estar aprobadas por el Senado.

Una persona, en lo particular podrá calificar con sobrenombres a otros, pero ¿que lo haga el presidente de la República, distinguiendo clases? Creo que es completamente inaudito, y precisamente confronta a la sociedad al llamar a algunos como los fifís, los pirrurris, la mafia del poder, los adversarios, los fresas, títeres, ternuritas, señoritingos, peleles, etc., tal vez padezca algún delirio de persecución, o tenga una fijación propia de análisis de algún profesional de la psiquiatría, que analice comportamientos tan extremos como el denunciar que cometen actos que él mismo está llevando a cabo, que sí son propios de un estudio meramente profesional.

Si dice en su memorándum que en el pasado prevaleció una política autoritaria, y solicita que todo sea por la razón y el Derecho, claramente se da conocer que, el autoritario es él, pues el dar órdenes sin fundar ni motivar su instrucción, no es otra cosa que autoritarismo y propio de un dictador; y qué decir de la legalidad que predica, si desconoce hasta la ley fundamental de la República como es nuestra Constitución.

No se puede pensar en otra cosa, o bien, es una persona que no está dentro de sus facultades, o su mentalidad no es siquiera la de un niño de primaria que desconoce las actuaciones fundamentales de los tres poderes de la nación que nos enseñan antes de llegar a la escuela secundaria, y que demuestra desconocer en su totalidad.

“Cuando la arbitrariedad y la ilegalidad se atreven a levantar la cabeza con insolencia e impudicia, es siempre un signo seguro de que los llamados a defender la ley no han cumplido con su deber”.- Rudolf Von Jhering

Aunque no quiera, el tema obligado a tratar en mis temas, tiene que ver con algo de López Obrador. Mis reducidos lectores me llegan a felicitar cuando argumento otras causas en mis mensajes, pero no se puede negar que es imposible pasar por alto los increíbles detalles que comete y no se produzca algún comentario.

También se me ha señalado que, cuál es la causa por la que no comento algo positivo que el presidente haya realizado, pero por más que busco algo, no encuentro absolutamente nada bueno.

Por lo que respecta en esta ocasión, podríamos llenar páginas señalando los pormenores con los que cuenta el memorándum que AMLO, envió a la Secretaría de Gobernación, al de Educación, y al de Hacienda, este 16 del presente mes.

Memorándum, en el que, como es característica del presidente, se tiene que referir culpando a los anteriores de la pobreza, violencia, corrupción y malestar social, que según él son causa de las administraciones anteriores, llamándolas como “periodo neoliberal”, además de indicar que fue una agenda impuesta desde el extranjero, lo que supuestamente llevó a la realización de la reforma educativa.

Menciona que, hasta la fecha no ha sido posible alcanzar acuerdo entre el Legislativo y distintos sectores del gremio magisterial y, por tanto, en cuatro incisos, les señala a la SEP, que se atendrá los principios que él indica, en tanto el Congreso de la Unión, obtenga un consenso con los trabajadores de la educación.

Se queden sin efecto todas las medidas en las que se haya traducido la aplicación de la llamada reforma educativa.

Ordena que la nómina del sector educativo quede bajo el control de la Secretaría de Hacienda, a quien le impone otras medidas también.

Y a la Secretaría de Gobernación le ordena que realice las diligencias y acciones necesarias para poner en libertad a la brevedad a maestros y luchadores sociales que aún se encuentren en prisión por haberse opuesto a la reforma educativa, con otras indicaciones también, y ordena indemnizar a familiares de quienes hayan perdido la vida POR LA POLÍTICA AUTORITARIA QUE PREVALECIÓ EN LOS GOBIERNOS ANTERIORES.

Termina exhortando a los maestros a mantener un diálogo permanente, a impedir la CONFRONTACIÓN y A BUSCAR UNA FORMULACIÓN LEGAL que garantice el derecho del pueblo a la educación bajo el principio juarista de que “NADA POR LA FUERZA, TODO POR LA RAZÓN Y EL DERECHO”.

Las palabras que he puesto con mayúsculas, ha sido con la idea de que, lo que solicita en su memorándum, es de lo que más adolece el señor López, pues ya que pide legalidad, y sobre todo señalaba que, desde el primer día de su mandato se acabaría la corrupción, y lo lograría solamente poniendo él el ejemplo.

Es él el primero en violar la ley, pues todo acto de autoridad debe estar fundado y motivado de conformidad a lo dispuesto por el Artículo 16 Constitucional, incluso la gran mayoría de las facultades que le otorga el Artículo 89 de la Constitución de la República al presidente, deben estar aprobadas por el Senado.

Una persona, en lo particular podrá calificar con sobrenombres a otros, pero ¿que lo haga el presidente de la República, distinguiendo clases? Creo que es completamente inaudito, y precisamente confronta a la sociedad al llamar a algunos como los fifís, los pirrurris, la mafia del poder, los adversarios, los fresas, títeres, ternuritas, señoritingos, peleles, etc., tal vez padezca algún delirio de persecución, o tenga una fijación propia de análisis de algún profesional de la psiquiatría, que analice comportamientos tan extremos como el denunciar que cometen actos que él mismo está llevando a cabo, que sí son propios de un estudio meramente profesional.

Si dice en su memorándum que en el pasado prevaleció una política autoritaria, y solicita que todo sea por la razón y el Derecho, claramente se da conocer que, el autoritario es él, pues el dar órdenes sin fundar ni motivar su instrucción, no es otra cosa que autoritarismo y propio de un dictador; y qué decir de la legalidad que predica, si desconoce hasta la ley fundamental de la República como es nuestra Constitución.

No se puede pensar en otra cosa, o bien, es una persona que no está dentro de sus facultades, o su mentalidad no es siquiera la de un niño de primaria que desconoce las actuaciones fundamentales de los tres poderes de la nación que nos enseñan antes de llegar a la escuela secundaria, y que demuestra desconocer en su totalidad.