/ sábado 12 de septiembre de 2020

La UJED recuperó su autonomía, pero no ha sido suficiente

Sin lugar a dudas, con la llegada de Rubén Solís Ríos como rector de nuestra Máxima Casa de Estudios, se cerró el ciclo de que en los hechos el gobernador en turno decidía quién sería el rector de la UJED. Pero los rectores, en su momento también han puesto su granito de arena, salvo honrosas excepciones, que las hay.

Por lo general, los rectores con su estilo personal de gobernar la UJED crearon grupos políticos de interés y académicos, principalmente en las diferentes escuelas y facultades de la Universidad. Esto ha tenido como consecuencia, en ocasiones, la ingobernabilidad al interior de la UJED. Asimismo, históricamente la Universidad ha sido una pieza del ajedrez político para la gobernabilidad del estado, de ahí que los gobernadores en turno pusieran un rector a modo, tema que se evidenció cuando de manera cínica y autoritaria, a través del Congreso del Estado, siguiendo instrucciones del Ejecutivo se nombró al rector, como fue el caso de Erasmo Návar, al que le tuvieron que decir “te vas porque yo quiero que te vayas”. Con esos antecedentes, Rubén Solís logró un triunfo histórico, con una votación nunca antes vista, que en el fondo fue el mandato de los universitarios recuperar la autonomía para ir en busca del rumbo perdido de la UJED. No se puede negar que el actual rector encontró muchos problemas administrativos, sindicales, académicos y, uno muy grave, el del déficit financiero, que urge resolver antes de que se salga de control.

Lo cierto es que estamos ante una realidad de políticas de austeridad en el gasto educativo, y eso agrava el déficit de la UJED. Se podría decir que el rector trata de hacer mucho con lo poco que se tiene. En el aspecto académico, el rector ha logrado regresar a la UJED a mejores lugares a nivel nacional. Nuestra Máxima Casa de Estudios se encuentra en un dilema: estira o se ahorca.

Obligada por la crisis financiera, la Universidad ha adoptado ya algunas medidas de austeridad. Por ejemplo, la implementación de un plan de ahorros para disminuir en lo posible el gasto operativo de la administración central. Ya no se pagarán gasolinas y refacciones para los automóviles que usan los funcionarios. Siguiendo el ejemplo de la 4T, ya no se pagará renta de equipos y de celulares, adiós a los gastos médicos mayores a funcionarios, ahora sí todos al ISSSTE. Tampoco los funcionarios que cumplan años tendrán los regalos acostumbrados, y al personal de confianza por lo pronto este año no se le aumentó el salario.

Ya es tiempo de que los universitarios vayan pensando en no matar a la gallina de los huevos de oro. Si bien el rector ha resuelto algunos problemas, hay otros urgentes que deben ser atendidos. Son muchas las razones por las que nuestra Máxima Casa de Estudios vive la crisis financiera más grave de su historia. Podríamos hablar de dos ejes que pudieran ser la causa principal, sin que sea la única. El personal académico sale muy caro a quienes pagamos impuestos. Hay un gran número de profesores que tienen tiempo completo, su nombramiento es de 36 horas, de las cuales 20 son frente a grupo y las otras 16, suponemos, son para realizar otras actividades académicas. Pero el problema es que muchos profesores a lo largo del semestre no acuden a dar clases de manera regular, para decirlo en pocas palabras, se les paga sin trabajar. Los sindicatos de la UJED no se quedan atrás. Tienen más privilegios que Obama. Despensas, apoyos extraordinarios en muchos rubros, seguros, jubilaciones dinámicas, etcétera. Protegidos por el Sindicato, hay áreas en la Universidad en las que sólo trabajan 18 horas a la semana, y así no hay dinero que alcance.

Ya es tiempo de que los universitarios vayan pensando en no matar a la gallina de los huevos de oro. Si bien el rector ha resuelto algunos problemas, hay otros urgentes que deben ser atendidos.

Sin lugar a dudas, con la llegada de Rubén Solís Ríos como rector de nuestra Máxima Casa de Estudios, se cerró el ciclo de que en los hechos el gobernador en turno decidía quién sería el rector de la UJED. Pero los rectores, en su momento también han puesto su granito de arena, salvo honrosas excepciones, que las hay.

Por lo general, los rectores con su estilo personal de gobernar la UJED crearon grupos políticos de interés y académicos, principalmente en las diferentes escuelas y facultades de la Universidad. Esto ha tenido como consecuencia, en ocasiones, la ingobernabilidad al interior de la UJED. Asimismo, históricamente la Universidad ha sido una pieza del ajedrez político para la gobernabilidad del estado, de ahí que los gobernadores en turno pusieran un rector a modo, tema que se evidenció cuando de manera cínica y autoritaria, a través del Congreso del Estado, siguiendo instrucciones del Ejecutivo se nombró al rector, como fue el caso de Erasmo Návar, al que le tuvieron que decir “te vas porque yo quiero que te vayas”. Con esos antecedentes, Rubén Solís logró un triunfo histórico, con una votación nunca antes vista, que en el fondo fue el mandato de los universitarios recuperar la autonomía para ir en busca del rumbo perdido de la UJED. No se puede negar que el actual rector encontró muchos problemas administrativos, sindicales, académicos y, uno muy grave, el del déficit financiero, que urge resolver antes de que se salga de control.

Lo cierto es que estamos ante una realidad de políticas de austeridad en el gasto educativo, y eso agrava el déficit de la UJED. Se podría decir que el rector trata de hacer mucho con lo poco que se tiene. En el aspecto académico, el rector ha logrado regresar a la UJED a mejores lugares a nivel nacional. Nuestra Máxima Casa de Estudios se encuentra en un dilema: estira o se ahorca.

Obligada por la crisis financiera, la Universidad ha adoptado ya algunas medidas de austeridad. Por ejemplo, la implementación de un plan de ahorros para disminuir en lo posible el gasto operativo de la administración central. Ya no se pagarán gasolinas y refacciones para los automóviles que usan los funcionarios. Siguiendo el ejemplo de la 4T, ya no se pagará renta de equipos y de celulares, adiós a los gastos médicos mayores a funcionarios, ahora sí todos al ISSSTE. Tampoco los funcionarios que cumplan años tendrán los regalos acostumbrados, y al personal de confianza por lo pronto este año no se le aumentó el salario.

Ya es tiempo de que los universitarios vayan pensando en no matar a la gallina de los huevos de oro. Si bien el rector ha resuelto algunos problemas, hay otros urgentes que deben ser atendidos. Son muchas las razones por las que nuestra Máxima Casa de Estudios vive la crisis financiera más grave de su historia. Podríamos hablar de dos ejes que pudieran ser la causa principal, sin que sea la única. El personal académico sale muy caro a quienes pagamos impuestos. Hay un gran número de profesores que tienen tiempo completo, su nombramiento es de 36 horas, de las cuales 20 son frente a grupo y las otras 16, suponemos, son para realizar otras actividades académicas. Pero el problema es que muchos profesores a lo largo del semestre no acuden a dar clases de manera regular, para decirlo en pocas palabras, se les paga sin trabajar. Los sindicatos de la UJED no se quedan atrás. Tienen más privilegios que Obama. Despensas, apoyos extraordinarios en muchos rubros, seguros, jubilaciones dinámicas, etcétera. Protegidos por el Sindicato, hay áreas en la Universidad en las que sólo trabajan 18 horas a la semana, y así no hay dinero que alcance.

Ya es tiempo de que los universitarios vayan pensando en no matar a la gallina de los huevos de oro. Si bien el rector ha resuelto algunos problemas, hay otros urgentes que deben ser atendidos.