/ domingo 9 de febrero de 2020

La UJED, sin recursos para aumento salarial

A pesar de sus limitaciones, sobre todo financieras, la UJED trabaja en un escenario de tranquilidad, por lo que no sería deseable que en aras de negociaciones contractuales para obtener mejoras salariales, los sindicatos perturbaran esa armonía que se percibe en la Máxima Casa de Estudios de Durango.

Eso no quiere decir que los trabajadores universitarios renuncien de facto a su derecho de manifestarse para demandar aumento en sus salarios y prestaciones, sino a que los planteamientos se hagan dentro de un clima de entendimiento y comprensión a la situación que enfrenta la institución educativa.

En su visita a Durango, el secretario de Educación, Esteban Moctezuma Barragán, fue claro y tajante: Había que sacar a las universidades públicas, entre ellas a la UJED, de ese círculo vicioso en que han caído, que bajo el pretexto de enfrentar un déficit presupuestal, recurran al gobierno federal, para que les auxilie con recursos extraordinarios, de tal manera que pudieran hacer frente a los compromisos económicos, sobre todo los de fin de año en materia de percepciones salariales a los trabajadores.

Tal escenario que ya es cíclico solamente alargaba el problema económico de las Casas de Estudio, ya que con la seguridad de que el gobierno les tendría que ayudar para evitar el surgimiento de problemas, siempre se negociaban aumentos salariales y a las prestaciones, por arriba de las cifras oficiales, e incluso, sin que tuvieran el soporte financiero para responder., y en la mayoría de las ocasiones, en complicidad con gobiernos locales.

En tal virtud esta situación lo único que provocaba, era tapar un “hoyito”, y hacer crecer el grandote que al parecer nunca les preocupó en resolver a las instituciones, ni a los gobiernos locales en algunos casos, según comentó el secretario de Educación.

En tal contexto, ahora las universidades públicas con problemas presupuestales, como es el caso de la UJED, tendrán que empezar a resolver el grave problema de sus finanzas, primero sin negociar alzas salariales por arriba de sus limitaciones, y segundo, con acciones tendientes a generar ingresos extras a los que les llegan de la Federación y el Estado.

Los trabajadores universitarios, sobre todo sus sindicatos, deberán ponderar el panorama de la UJED en el contexto visualizado por la Secretaría de Educación Pública (SEP): Conservar la fuente de empleo con ciertas limitaciones y ceder en mucho a sus pretensiones de alza a los sueldos, o ponerla en riesgo, no de que desaparezca, sino que se empiecen a dar los recortes de personal, e iniciar con esquemas contractuales diferentes a los que operan en la actualidad.

El mantener en funcionamiento la UJED, aún con limitaciones, la colocaría en la expectativa de que el gobierno federal, envíe recursos extraordinarios para que haya crecimiento en los objetivos para los que fue creada la Universidad, que son el académico, cultural, de extensión y de investigación.

Con este escenario real que se vive, se tendrían que empezar a tomar las medidas “recomendadas”, a partir de que todos los actores, en este caso de la UJED, adquieran la conciencia de la responsabilidad que les corresponder asumir, para comenzar a resolver de manera paulatina el déficit presupuestal, que es de alrededor de 250 millones de pesos.

El gobierno federal ya no les mandará el “salvavidas económico anual”, si se persiste en llevar a cabo convenios contractuales fuera de la realidad financiera. Significa que el porcentaje de alza a los emolumentos sería mínimo.

Desde el año pasado, con esa visión, la actual Rectoría inició la aplicación de acciones tendientes a responder a los nuevos retos que exige la situación financiera tan compleja que se presenta: La creación de un patronato que se encargará de realizar actividades recaudatorias de recursos que apoyen a la Universidad.

El objetivo es abonarle a disminuir el déficit presupuestal, a la vez que se cumplen de alguna manera requisitos que ahora exige la SEP, para apoyar a las universidades que demuestren la intención de resolver el problema.

El panorama es difícil, pero ya está a la vista de los universitarios, que en las negociaciones salariales que concluyen el próximo 15 del mes en curso, deberán tenerlo en cuenta, y dejar en la balanza lo que finalmente prefieran para la institución que les da empleo.

A pesar de sus limitaciones, sobre todo financieras, la UJED trabaja en un escenario de tranquilidad, por lo que no sería deseable que en aras de negociaciones contractuales para obtener mejoras salariales, los sindicatos perturbaran esa armonía que se percibe en la Máxima Casa de Estudios de Durango.

Eso no quiere decir que los trabajadores universitarios renuncien de facto a su derecho de manifestarse para demandar aumento en sus salarios y prestaciones, sino a que los planteamientos se hagan dentro de un clima de entendimiento y comprensión a la situación que enfrenta la institución educativa.

En su visita a Durango, el secretario de Educación, Esteban Moctezuma Barragán, fue claro y tajante: Había que sacar a las universidades públicas, entre ellas a la UJED, de ese círculo vicioso en que han caído, que bajo el pretexto de enfrentar un déficit presupuestal, recurran al gobierno federal, para que les auxilie con recursos extraordinarios, de tal manera que pudieran hacer frente a los compromisos económicos, sobre todo los de fin de año en materia de percepciones salariales a los trabajadores.

Tal escenario que ya es cíclico solamente alargaba el problema económico de las Casas de Estudio, ya que con la seguridad de que el gobierno les tendría que ayudar para evitar el surgimiento de problemas, siempre se negociaban aumentos salariales y a las prestaciones, por arriba de las cifras oficiales, e incluso, sin que tuvieran el soporte financiero para responder., y en la mayoría de las ocasiones, en complicidad con gobiernos locales.

En tal virtud esta situación lo único que provocaba, era tapar un “hoyito”, y hacer crecer el grandote que al parecer nunca les preocupó en resolver a las instituciones, ni a los gobiernos locales en algunos casos, según comentó el secretario de Educación.

En tal contexto, ahora las universidades públicas con problemas presupuestales, como es el caso de la UJED, tendrán que empezar a resolver el grave problema de sus finanzas, primero sin negociar alzas salariales por arriba de sus limitaciones, y segundo, con acciones tendientes a generar ingresos extras a los que les llegan de la Federación y el Estado.

Los trabajadores universitarios, sobre todo sus sindicatos, deberán ponderar el panorama de la UJED en el contexto visualizado por la Secretaría de Educación Pública (SEP): Conservar la fuente de empleo con ciertas limitaciones y ceder en mucho a sus pretensiones de alza a los sueldos, o ponerla en riesgo, no de que desaparezca, sino que se empiecen a dar los recortes de personal, e iniciar con esquemas contractuales diferentes a los que operan en la actualidad.

El mantener en funcionamiento la UJED, aún con limitaciones, la colocaría en la expectativa de que el gobierno federal, envíe recursos extraordinarios para que haya crecimiento en los objetivos para los que fue creada la Universidad, que son el académico, cultural, de extensión y de investigación.

Con este escenario real que se vive, se tendrían que empezar a tomar las medidas “recomendadas”, a partir de que todos los actores, en este caso de la UJED, adquieran la conciencia de la responsabilidad que les corresponder asumir, para comenzar a resolver de manera paulatina el déficit presupuestal, que es de alrededor de 250 millones de pesos.

El gobierno federal ya no les mandará el “salvavidas económico anual”, si se persiste en llevar a cabo convenios contractuales fuera de la realidad financiera. Significa que el porcentaje de alza a los emolumentos sería mínimo.

Desde el año pasado, con esa visión, la actual Rectoría inició la aplicación de acciones tendientes a responder a los nuevos retos que exige la situación financiera tan compleja que se presenta: La creación de un patronato que se encargará de realizar actividades recaudatorias de recursos que apoyen a la Universidad.

El objetivo es abonarle a disminuir el déficit presupuestal, a la vez que se cumplen de alguna manera requisitos que ahora exige la SEP, para apoyar a las universidades que demuestren la intención de resolver el problema.

El panorama es difícil, pero ya está a la vista de los universitarios, que en las negociaciones salariales que concluyen el próximo 15 del mes en curso, deberán tenerlo en cuenta, y dejar en la balanza lo que finalmente prefieran para la institución que les da empleo.