/ domingo 1 de agosto de 2021

La UJED y su responsabilidad social

Le pese a quien le pese, nuestra Máxima Casa de Estudios es la más importante institución de educación superior pública del Estado. Por esa razón, siempre está y estará en el escrutinio público, sin duda por lo que representa para la sociedad duranguense desde hace muchos años. Como ejemplo de ello, tenemos egresados que le han dado prestigio a nuestra universidad. Solo unos ejemplos: Evodio Escalante en la crítica literaria, José Ángel Leyva destacado poeta y escritor. César Navarro Gallegos, doctor en historia y con trabajos reconocidos. Lo mismo estudiantes que han destacado en universidades extranjeras, quienes también contribuyen al prestigio universitario. Nuestra universidad debería ser ejemplo para las universidades privadas que sólo hacen un negocio de la educación.

En contraparte, aún con los problemas financieros, el rector Rubén Ríos Solís ha dicho que la Universidad por ningún motivo perderá su identidad, su compromiso y responsabilidad social que tiene con el pueblo de Durango. En primer lugar, al anunciar que no habrá regreso a clases presenciales, ha tomado la decisión correcta. Le da prioridad a la salud de más de 20,000 estudiantes y 2,500 maestros. Éstas se suspendieron hasta el mes de octubre. En el tema de las inscripciones, se sigue ayudando a estudiantes en el pago, algunos exentos o descuentos para aquellos que realmente lo necesitan. Es importante señalar dos cosas: no se han aumentado las cuotas de inscripción, que son 1900 pesos. Haciendo cuentas, más o menos serían al mes 380 y el costo diario de 12 pesos. Eso cuesta la educación en la UJED.

Desde que empezó la pandemia del Covid-19, la UJED como ninguna otra institución, ha sido tan solidaria con los tres órdenes de gobiernos y la sociedad en su conjunto. Ha puesto su infraestructura, 1,500 brigadistas de la Facultad de Medicina, Enfermería, laboratorios y todo lo que se ha requerido para apoyar la salud de los duranguenses en esta crisis sanitaria tan grave.

También envía dos mensajes el rector que tienen que ver con temas al interior de nuestra Máxima Casa de Estudios: no aceptará caprichos o chantajes para obligar el regreso a clases presenciales, si las condiciones son como las de ahora. No se puede poner en riesgo a los alumnos ni a los maestros de la UJED. Eso no va a suceder.

Lo mismo resalta el tema de los maestros: comenta que en la UJED hay maestros con una excelente preparación académica, pero así mismo existen aquellos que sólo asisten un día a clases; regresan el último día de semestre si es que regresan, pero eso sí, cobran puntualmente sus quincenas sin trabajar. De acuerdo al rector, estos vicios en las Escuelas y Facultades tendrán que desaparecer, pues le hacen daño a la UJED. Como podemos ver, el rector acepta que hay cosas que corregir en nuestra Máxima Casa de Estudios, pero ninguna de ellas hará perder a la universidad su identidad, su vinculación, responsabilidad y compromiso social como eje principal de sus funciones.

Como sociedad, tenemos que luchar en contra de la privatización de la educación pública. En este país la educación tiene que ser como lo establece el artículo tercero constitucional. Los empresarios que están detrás del negocio de las universidades públicas, cada vez, le apuestan más al fracaso de universidades como la UNAM, la más prestigiosa a nivel internacional. Ahí tenemos a los mejores investigadores del país; hombres y mujeres que siguen haciendo historia en la academia en todas y cada una de sus disciplinas. Con defectos y virtudes, con problemas financieros y algunos otros, la UJED contribuye con la preparación de miles de jóvenes duranguenses, así las cosas.

Le pese a quien le pese, nuestra Máxima Casa de Estudios es la más importante institución de educación superior pública del Estado. Por esa razón, siempre está y estará en el escrutinio público, sin duda por lo que representa para la sociedad duranguense desde hace muchos años. Como ejemplo de ello, tenemos egresados que le han dado prestigio a nuestra universidad. Solo unos ejemplos: Evodio Escalante en la crítica literaria, José Ángel Leyva destacado poeta y escritor. César Navarro Gallegos, doctor en historia y con trabajos reconocidos. Lo mismo estudiantes que han destacado en universidades extranjeras, quienes también contribuyen al prestigio universitario. Nuestra universidad debería ser ejemplo para las universidades privadas que sólo hacen un negocio de la educación.

En contraparte, aún con los problemas financieros, el rector Rubén Ríos Solís ha dicho que la Universidad por ningún motivo perderá su identidad, su compromiso y responsabilidad social que tiene con el pueblo de Durango. En primer lugar, al anunciar que no habrá regreso a clases presenciales, ha tomado la decisión correcta. Le da prioridad a la salud de más de 20,000 estudiantes y 2,500 maestros. Éstas se suspendieron hasta el mes de octubre. En el tema de las inscripciones, se sigue ayudando a estudiantes en el pago, algunos exentos o descuentos para aquellos que realmente lo necesitan. Es importante señalar dos cosas: no se han aumentado las cuotas de inscripción, que son 1900 pesos. Haciendo cuentas, más o menos serían al mes 380 y el costo diario de 12 pesos. Eso cuesta la educación en la UJED.

Desde que empezó la pandemia del Covid-19, la UJED como ninguna otra institución, ha sido tan solidaria con los tres órdenes de gobiernos y la sociedad en su conjunto. Ha puesto su infraestructura, 1,500 brigadistas de la Facultad de Medicina, Enfermería, laboratorios y todo lo que se ha requerido para apoyar la salud de los duranguenses en esta crisis sanitaria tan grave.

También envía dos mensajes el rector que tienen que ver con temas al interior de nuestra Máxima Casa de Estudios: no aceptará caprichos o chantajes para obligar el regreso a clases presenciales, si las condiciones son como las de ahora. No se puede poner en riesgo a los alumnos ni a los maestros de la UJED. Eso no va a suceder.

Lo mismo resalta el tema de los maestros: comenta que en la UJED hay maestros con una excelente preparación académica, pero así mismo existen aquellos que sólo asisten un día a clases; regresan el último día de semestre si es que regresan, pero eso sí, cobran puntualmente sus quincenas sin trabajar. De acuerdo al rector, estos vicios en las Escuelas y Facultades tendrán que desaparecer, pues le hacen daño a la UJED. Como podemos ver, el rector acepta que hay cosas que corregir en nuestra Máxima Casa de Estudios, pero ninguna de ellas hará perder a la universidad su identidad, su vinculación, responsabilidad y compromiso social como eje principal de sus funciones.

Como sociedad, tenemos que luchar en contra de la privatización de la educación pública. En este país la educación tiene que ser como lo establece el artículo tercero constitucional. Los empresarios que están detrás del negocio de las universidades públicas, cada vez, le apuestan más al fracaso de universidades como la UNAM, la más prestigiosa a nivel internacional. Ahí tenemos a los mejores investigadores del país; hombres y mujeres que siguen haciendo historia en la academia en todas y cada una de sus disciplinas. Con defectos y virtudes, con problemas financieros y algunos otros, la UJED contribuye con la preparación de miles de jóvenes duranguenses, así las cosas.