/ domingo 27 de octubre de 2019

Las campañas negras no han movido mi conciencia

Caminando y paseando de arriba abajo, sobre los andenes de la vida, he visto y vivido con desagrado y la pesadumbre a cuestas, las viles campañas negras, que desde hace aproximadamente dos décadas, criminalmente han orquestado, en contra del actual presidente de la República.

A veces sentado, leyendo en los periódicos la desvergüenza de los detractores y otras veces conduciendo el coche, donde a través de la radio escucho la arrogancia de los principales saqueadores del país, cuyo cinismo me hace vomitar; lo que atempero en la firmeza de mi conciencia, que pese a la letalidad del veneno con que la atosigan los fumigadores de la derecha, no han logrado intoxicarla.

Tenía yo 20 años menos, cuando empecé a observar la persecución encarnizada en contra de López Obrador, cuando a través del verdugo mediático, las campañas negras se enfocaban alrededor de dicho personaje, donde el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, se le iba a la yugular, por oponerse a que el pueblo contrajera la brutal y desproporcionada deuda del Fobaproa, hecho inédito que marcó y agravió mi conciencia para siempre.

Desde entonces, el embate de ese grupo se ha prolongado hasta nuestros días, con el plan perverso de destruirlo y destituirlo, porque seguramente ya entendieron que sus intereses no son primero, ya que la reforma fiscal viene a moverles el tapete, donde sólo el concepto de las facturas falsas, es suficiente para que estos señores trinen de rabia y aceiten la maquinaria, para atropellar de manera vil la ley que pretende regular semejante y vergonzosa atrocidad.

Por eso, no cesa la aventura de los dueños del dinero, ya que en el camino del señor presidente, ha sido muy prolífica pero no exitosa en su objetivo perverso de pretender torcer su destino. Pese a que en el año 2006 lo hirieron de muerte, cuando en la televisión exhibieron su personalidad con la expresión vulgar de un malandrín, acompañada del eslogan “Un peligro para México”. Situación que no lo exterminó y cual Ave Fénix, resurgió en las urnas, que tuvieron que acudir al fraude para del triunfo despojarlo.

Pero las cosas no pararon ahí, ni para el tabasqueño en su afán de llegar a la presidencia ni para los empresarios en impedírselo. Así que al verse las caras en el 2012 contra Peña, lo catapultaron como la réplica de Hugo Chávez; continuando en el 2018 como el candidato favorecido de Rusia y el prototipo del populismo, cuya serie filmada en seis capítulos, fue vetada en su transmisión por Televisa y TV Azteca por el inminente triunfo de AMLO. Sin embargo, los empresarios se valieron de Pascal Beltrán del Río, para que éste vía Twitter los exhibiera, cuyos efectos no movieron mi conciencia, porque el monto de los daños es incalculable.

Pero vía paralela a dicha guerra, ha existido la del expresidente Fox, quien desde que fungiera AMLO como jefe de gobierno del D.F. lo exhibiera y demandara como violador de la ley, por abrir un camino de acceso a un hospital, cosa que alcanzó la pena de desafuero, cuyos intentos hasta ahora siguen atrincherados en las letrinas del desprestigio, siendo dos expresidentes los protagonistas de la suciedad de dicho bastión.

Esta guerra ha sido perfectamente capitalizada por los medios, ya que un día sí y otro también, no desaprovechan para darle voz a todo lo que vaya en contra de AMLO, dado que los empresarios no le perdonan que haya sido el medio, para que el pueblo a ellos les haya quitado el mando y que por más que han intentado echarle la fiera encima, ésta lo lame y lo acaricia y afila sus garras para destazar a sus cuchiliadores.

Pero no desmayan ni dan tregua contra AMLO, ya que estando en el poder se han enfurecido peor, y su furia la exhiben en las marchas fifí donde exigen la renuncia del presidente, porque hará de México un Venezuela. Dicho presagio también lo acarician los prianistas, porque muchos de sus socios están en el filo de la navaja, dados los antecedentes de evidente corrupción, que pesan escandalosamente sobre las espaldas de sus encapillados.

Y no es para menos, los prianistas acostumbrados a gobernar desbocadamente, sin limitarse en ningún aspecto, ni a rendir cuentas de ninguna índole, porque en su formación corrupta había la enseñanza de que el PRIAN era invencible. De ahí que navegar en esa barca, primero se secaba el mar a que ésta un día se hundiera.

Pero pese a que dicha barca hace agua, aún no vacilan en fletarse en ella aquellos liderazgos que están al borde del ataque, porque ya se secó la ubre que amamantaban y pareciera que dicha pandemia no es exclusiva de éstos, sino también de los alcaldes panistas, que ayunos de la cultura de los moches, han implementado la peor estrategia para recuperarlos.

Pero las cosas se tornan atípicas, cuando vemos a los gobernadores del PAN emputados, porque consideran que los recursos asignados a sus presupuestos no son los que esperaban. De ahí que al presidente se le hayan ido a la yugular, sin obtener lo que pretendían, pero si victimizar a quien ha sido perseguido y atacado durante lustros, los que ha contribuido para que en las peores circunstancias el aire corra siempre a su favor.

En fin, todo ese caos que políticamente han armado las fuerzas reaccionarias, obedece a una sola razón: el dinero que engrosaba el monto de la escandalosa deuda externa, cuyas gracias millonarias iban a parar a los bolsillos de los funcionarios y líderes venales, respaldados en el fondo perdido y en cuanto a la responsabilidad de su pago ante las instancias monetarias internacionales, sólo bastaba el aval de “apúntesela a los mexicanos”. Acción que sólo las conciencias perturbadas pueden olvidar.

Por eso, a los gobiernos del PRIAN se les hizo un polvo, cuando despilfarraron y se robaron los excedentes petroleros, junto con esa cáfila de bandidos, que ahora tiembla de rabia contra las medidas de austeridad, que en serio ha tomado el presidente de la República, lo que ha generado desprecio en aquellos que estaban acostumbrados a enriquecerse a costillas del presupuesto. De ahí que no se midan en faltarle al respeto y tildarlo de loco.

Y yo creo que tienen razón, porque sólo un loco puede resistir tanta insidia y tanta maldad en torno a su autoridad, que pese a su mala leche no lo han doblado, como fue en el caso de Venezuela, donde le exigieron ponerse de rodillas ante las instancias internacionales; que lo han querido contrapuntear con el presidente Trump por el problema de la migración; que lo han querido sacar de quicio al restregarle que le faltaron huevos en los acontecimientos de Culiacán y que quedó como un pendejo ante los ojos del mundo.

Considero que con dicho proceder no están ofendiendo a su gobierno, sino al pueblo, que ha decidido alejarse del miedo, primero para despojarlos del poder político y luego del poder económico, cuya concientización empieza a dar frutos en el sentido de sabotear sus empresas si insisten en sus depravaciones torcidas y corruptas, que les da el mensaje claro de que ellos ya no mandan.

Dicho mensaje también abarca que los mexicanos ya no están dispuestos a concederles otro Fobaproa, donde los ladrones de cuello blanco, han disfrutado a sus anchas del rescate bancario y el pueblo pagando en el debate de su miseria los saldos de semejante deuda.

Caminando y paseando de arriba abajo, sobre los andenes de la vida, he visto y vivido con desagrado y la pesadumbre a cuestas, las viles campañas negras, que desde hace aproximadamente dos décadas, criminalmente han orquestado, en contra del actual presidente de la República.

A veces sentado, leyendo en los periódicos la desvergüenza de los detractores y otras veces conduciendo el coche, donde a través de la radio escucho la arrogancia de los principales saqueadores del país, cuyo cinismo me hace vomitar; lo que atempero en la firmeza de mi conciencia, que pese a la letalidad del veneno con que la atosigan los fumigadores de la derecha, no han logrado intoxicarla.

Tenía yo 20 años menos, cuando empecé a observar la persecución encarnizada en contra de López Obrador, cuando a través del verdugo mediático, las campañas negras se enfocaban alrededor de dicho personaje, donde el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, se le iba a la yugular, por oponerse a que el pueblo contrajera la brutal y desproporcionada deuda del Fobaproa, hecho inédito que marcó y agravió mi conciencia para siempre.

Desde entonces, el embate de ese grupo se ha prolongado hasta nuestros días, con el plan perverso de destruirlo y destituirlo, porque seguramente ya entendieron que sus intereses no son primero, ya que la reforma fiscal viene a moverles el tapete, donde sólo el concepto de las facturas falsas, es suficiente para que estos señores trinen de rabia y aceiten la maquinaria, para atropellar de manera vil la ley que pretende regular semejante y vergonzosa atrocidad.

Por eso, no cesa la aventura de los dueños del dinero, ya que en el camino del señor presidente, ha sido muy prolífica pero no exitosa en su objetivo perverso de pretender torcer su destino. Pese a que en el año 2006 lo hirieron de muerte, cuando en la televisión exhibieron su personalidad con la expresión vulgar de un malandrín, acompañada del eslogan “Un peligro para México”. Situación que no lo exterminó y cual Ave Fénix, resurgió en las urnas, que tuvieron que acudir al fraude para del triunfo despojarlo.

Pero las cosas no pararon ahí, ni para el tabasqueño en su afán de llegar a la presidencia ni para los empresarios en impedírselo. Así que al verse las caras en el 2012 contra Peña, lo catapultaron como la réplica de Hugo Chávez; continuando en el 2018 como el candidato favorecido de Rusia y el prototipo del populismo, cuya serie filmada en seis capítulos, fue vetada en su transmisión por Televisa y TV Azteca por el inminente triunfo de AMLO. Sin embargo, los empresarios se valieron de Pascal Beltrán del Río, para que éste vía Twitter los exhibiera, cuyos efectos no movieron mi conciencia, porque el monto de los daños es incalculable.

Pero vía paralela a dicha guerra, ha existido la del expresidente Fox, quien desde que fungiera AMLO como jefe de gobierno del D.F. lo exhibiera y demandara como violador de la ley, por abrir un camino de acceso a un hospital, cosa que alcanzó la pena de desafuero, cuyos intentos hasta ahora siguen atrincherados en las letrinas del desprestigio, siendo dos expresidentes los protagonistas de la suciedad de dicho bastión.

Esta guerra ha sido perfectamente capitalizada por los medios, ya que un día sí y otro también, no desaprovechan para darle voz a todo lo que vaya en contra de AMLO, dado que los empresarios no le perdonan que haya sido el medio, para que el pueblo a ellos les haya quitado el mando y que por más que han intentado echarle la fiera encima, ésta lo lame y lo acaricia y afila sus garras para destazar a sus cuchiliadores.

Pero no desmayan ni dan tregua contra AMLO, ya que estando en el poder se han enfurecido peor, y su furia la exhiben en las marchas fifí donde exigen la renuncia del presidente, porque hará de México un Venezuela. Dicho presagio también lo acarician los prianistas, porque muchos de sus socios están en el filo de la navaja, dados los antecedentes de evidente corrupción, que pesan escandalosamente sobre las espaldas de sus encapillados.

Y no es para menos, los prianistas acostumbrados a gobernar desbocadamente, sin limitarse en ningún aspecto, ni a rendir cuentas de ninguna índole, porque en su formación corrupta había la enseñanza de que el PRIAN era invencible. De ahí que navegar en esa barca, primero se secaba el mar a que ésta un día se hundiera.

Pero pese a que dicha barca hace agua, aún no vacilan en fletarse en ella aquellos liderazgos que están al borde del ataque, porque ya se secó la ubre que amamantaban y pareciera que dicha pandemia no es exclusiva de éstos, sino también de los alcaldes panistas, que ayunos de la cultura de los moches, han implementado la peor estrategia para recuperarlos.

Pero las cosas se tornan atípicas, cuando vemos a los gobernadores del PAN emputados, porque consideran que los recursos asignados a sus presupuestos no son los que esperaban. De ahí que al presidente se le hayan ido a la yugular, sin obtener lo que pretendían, pero si victimizar a quien ha sido perseguido y atacado durante lustros, los que ha contribuido para que en las peores circunstancias el aire corra siempre a su favor.

En fin, todo ese caos que políticamente han armado las fuerzas reaccionarias, obedece a una sola razón: el dinero que engrosaba el monto de la escandalosa deuda externa, cuyas gracias millonarias iban a parar a los bolsillos de los funcionarios y líderes venales, respaldados en el fondo perdido y en cuanto a la responsabilidad de su pago ante las instancias monetarias internacionales, sólo bastaba el aval de “apúntesela a los mexicanos”. Acción que sólo las conciencias perturbadas pueden olvidar.

Por eso, a los gobiernos del PRIAN se les hizo un polvo, cuando despilfarraron y se robaron los excedentes petroleros, junto con esa cáfila de bandidos, que ahora tiembla de rabia contra las medidas de austeridad, que en serio ha tomado el presidente de la República, lo que ha generado desprecio en aquellos que estaban acostumbrados a enriquecerse a costillas del presupuesto. De ahí que no se midan en faltarle al respeto y tildarlo de loco.

Y yo creo que tienen razón, porque sólo un loco puede resistir tanta insidia y tanta maldad en torno a su autoridad, que pese a su mala leche no lo han doblado, como fue en el caso de Venezuela, donde le exigieron ponerse de rodillas ante las instancias internacionales; que lo han querido contrapuntear con el presidente Trump por el problema de la migración; que lo han querido sacar de quicio al restregarle que le faltaron huevos en los acontecimientos de Culiacán y que quedó como un pendejo ante los ojos del mundo.

Considero que con dicho proceder no están ofendiendo a su gobierno, sino al pueblo, que ha decidido alejarse del miedo, primero para despojarlos del poder político y luego del poder económico, cuya concientización empieza a dar frutos en el sentido de sabotear sus empresas si insisten en sus depravaciones torcidas y corruptas, que les da el mensaje claro de que ellos ya no mandan.

Dicho mensaje también abarca que los mexicanos ya no están dispuestos a concederles otro Fobaproa, donde los ladrones de cuello blanco, han disfrutado a sus anchas del rescate bancario y el pueblo pagando en el debate de su miseria los saldos de semejante deuda.