/ sábado 30 de noviembre de 2019

Las causas y las consecuencias en la UJED

En México existe una regla no escrita: Cuando un presidente de la República, un gobernador, presidente municipal y hasta un rector de una universidad pública dejan el poder, le heredan a los que llegan “estas ruinas que ves”. No importan los “cachorros” de la revolución; los gobiernos demagógicos y populistas del PRI; 35 años de políticas neoliberales, sin crecimiento económico; una derecha sin capacidad para gobernar y con Enrique Peña Nieto el sexenio más corrupto de la historia de México; hoy de todo esto Andrés Manuel López Obrador es el culpable y responsable.


Con sus matices y las distancias del caso, el rector Rubén Solís Ríos heredó de la administración pasada una Universidad en crisis. El prestigio académico que hubo lo dejaron en los últimos lugares. La Ley Orgánica de la Universidad fue violentada cuantas veces les dio la gana. Se violaron las normas y los procedimientos de los exámenes de oposición para ser maestro frente a grupo. Improvisaron a maestras y maestros en la cátedra universitaria, sólo por ser amigas y amigos del rector y de quienes desde el poder, convirtieron a la máxima casa de estudios en una franquicia de la extrema derecha local.

Por cierto, de esos “días de vino y rosas” en la UJED, la sociedad sigue esperando que las autoridades competentes aclaren lo que pasó con “la estafa maestra” en nuestra Universidad, y en otras universidades públicas supuestamente involucradas en dicha estafa.

Como si fuera una serie famosa de televisión, cada año nuestra máxima casa de estudios vive la misma historia: No hay recursos de fin de año para pagar a los trabajadores universitarios. De acuerdo al rector se requieren 120 millones de pesos para saldar este compromiso. Siempre se nos dice cuando no hay recursos, pero muy pocas veces, las causas de este déficit. Una de ellas por las que la UJED, tiene estos problemas, como dijo el clásico: “No se hagan bolas” Para nadie es un secreto que recién llegó la nueva administración, se dieron cuenta de un faltante de 400 millones de pesos.

La sociedad está pendiente de que en su momento se aclare porqué desparecieron esos millones en la pasada administración. Ni modo, no se puede “ocultar el sol con un dedo” y tampoco con “una triste nube”.

¿Ya ve usted por qué los grupos desde fuera y dentro de la UJED se pelean por llegar a la rectoría? No sería malo recordar: No es lo mismo la autonomía que ser independiente.

Muchos comentaban en su momento que si Rubén Solís Ríos ganaba la rectoría, tendría que revisar cómo se encontraba la “Cueva de Ali Babá” para no tener que pagar “por las culpas ajenas”. El Rector puede tener muchos defectos, pero nadie lo puede señalar de haber hecho malos manejos por todo su andar universitario. También se sabe “que desde que Dios amanece” el rector hace gestiones para conseguir los 120 millones de pesos.

Por supuesto que el gobernador José Rosas Aispuro Torres por ningún motivo dejará solos a los trabajadores universitarios. Como responsable de la gobernabilidad del estado, gestionará junto con el rector los recursos suficientes para resolver el grave problema financiero de la UJED.

Ya es tiempo de que no se culpe a los que llegan, del desastre que les heredan los que se fueron.

En México existe una regla no escrita: Cuando un presidente de la República, un gobernador, presidente municipal y hasta un rector de una universidad pública dejan el poder, le heredan a los que llegan “estas ruinas que ves”. No importan los “cachorros” de la revolución; los gobiernos demagógicos y populistas del PRI; 35 años de políticas neoliberales, sin crecimiento económico; una derecha sin capacidad para gobernar y con Enrique Peña Nieto el sexenio más corrupto de la historia de México; hoy de todo esto Andrés Manuel López Obrador es el culpable y responsable.


Con sus matices y las distancias del caso, el rector Rubén Solís Ríos heredó de la administración pasada una Universidad en crisis. El prestigio académico que hubo lo dejaron en los últimos lugares. La Ley Orgánica de la Universidad fue violentada cuantas veces les dio la gana. Se violaron las normas y los procedimientos de los exámenes de oposición para ser maestro frente a grupo. Improvisaron a maestras y maestros en la cátedra universitaria, sólo por ser amigas y amigos del rector y de quienes desde el poder, convirtieron a la máxima casa de estudios en una franquicia de la extrema derecha local.

Por cierto, de esos “días de vino y rosas” en la UJED, la sociedad sigue esperando que las autoridades competentes aclaren lo que pasó con “la estafa maestra” en nuestra Universidad, y en otras universidades públicas supuestamente involucradas en dicha estafa.

Como si fuera una serie famosa de televisión, cada año nuestra máxima casa de estudios vive la misma historia: No hay recursos de fin de año para pagar a los trabajadores universitarios. De acuerdo al rector se requieren 120 millones de pesos para saldar este compromiso. Siempre se nos dice cuando no hay recursos, pero muy pocas veces, las causas de este déficit. Una de ellas por las que la UJED, tiene estos problemas, como dijo el clásico: “No se hagan bolas” Para nadie es un secreto que recién llegó la nueva administración, se dieron cuenta de un faltante de 400 millones de pesos.

La sociedad está pendiente de que en su momento se aclare porqué desparecieron esos millones en la pasada administración. Ni modo, no se puede “ocultar el sol con un dedo” y tampoco con “una triste nube”.

¿Ya ve usted por qué los grupos desde fuera y dentro de la UJED se pelean por llegar a la rectoría? No sería malo recordar: No es lo mismo la autonomía que ser independiente.

Muchos comentaban en su momento que si Rubén Solís Ríos ganaba la rectoría, tendría que revisar cómo se encontraba la “Cueva de Ali Babá” para no tener que pagar “por las culpas ajenas”. El Rector puede tener muchos defectos, pero nadie lo puede señalar de haber hecho malos manejos por todo su andar universitario. También se sabe “que desde que Dios amanece” el rector hace gestiones para conseguir los 120 millones de pesos.

Por supuesto que el gobernador José Rosas Aispuro Torres por ningún motivo dejará solos a los trabajadores universitarios. Como responsable de la gobernabilidad del estado, gestionará junto con el rector los recursos suficientes para resolver el grave problema financiero de la UJED.

Ya es tiempo de que no se culpe a los que llegan, del desastre que les heredan los que se fueron.