/ lunes 28 de septiembre de 2020

Líder de la 44 exagera sus agradecimientos

El día 21 de septiembre del año que va, se plantó en la explanada de la Secretaría de Educación, el líder de la Sección 44, a manifestar su agradecimiento eterno al gobernador del Estado, por su respuesta sobre el pago de los quinquenios.

Cabe aclarar que las apreciaciones que plasmo en el presente artículo, pueden adolecer de omisiones o especulaciones personales, dado que en dicho evento lo único que se entendió, es la lealtad y entrega que el maestro le profesa al gobierno, como si de éste fuera una gracia o un acto de buena voluntad y no un derecho vencido y regateado, donde priva la mentira y confusión.

Sin duda que el señor tenía prisa de agradecerle al patrón, mientras los representantes de otras secciones sindicales no lo han hecho. Tal vez sean mal agradecidos, o la respuesta es tan pírrica que no amerita que lo hagan. Porque nadie ignora que en la ley de 1965 el derecho de los quinquenios equivalía a miles de pesos, lo que se traduce ahora en morralla centavería, envuelta en el indescifrable truco de seis días.

Para hacer un agradecimiento público de ese tamaño, implica que el gobierno ya haya depositado los 900 millones que adeuda al magisterio por dicho concepto, lo que da por hecho que a cada trabajador se le cubrirá totalmente el monto que le corresponde en tiempo y forma.

Si esto no es así, entonces no entiendo lo que este señor tuvo que anunciar y agradecer, porque hay muchas interpretaciones que nos pueden confundir. Lo que sí es muy claro que la Ley de Educación del Estado de 1965, contemplaba un diez por ciento de aumento en el sueldo base, cada vez que el maestro cumpliera cinco años en el servicio, derecho que el patrón le robó y que cuando los maestros reclamaron, las dirigencias de la Sección 44 de las que formaba parte el actual secretario general, le ayudaron al gobierno a que dicha ley se derogara.

Qué atrevida desproporción de las cosas, agradecer a quien cumple una mínima parte de esa gran deuda y omitir a quien le siguen debiendo, que al cabo no dijeron nada cuando les robaron ese derecho, del que fuera cómplice el que ahora lucha por su rescate, y que se distinguió como parte importante de la podredumbre de aquel comité ejecutivo seccional, que en el 2013 le puso precio al sagrado derecho de los quinquenios.

¿Dónde estaba en ese tiempo el secretario general actual? Es verdad que lo vimos caminar del brazo junto con la Judas que consumó dicha traición y una vez que la sustituyó, sólo teníamos noticia de él, cuando en los medios manifestaba apasionados reconocimientos al gobernador. Esa ha sido la ocupación que ha capturado su atención, a pesar de que todo el magisterio se ha visto inmerso en el despojo de sus conquistas y en el acoso tendiente a desprestigiar su profesión, como fue el terror de la evaluación punitiva.

Lamentable que negociaciones tan desventajosas, nos dividan en primeros y segundos; respectivamente aquellos que recibirán migajas y los que seguirán siendo acreedores a las esperanzas, que no engordan pero mantienen y que sigan fieles a los llamados de unidad, porque ese es el mérito que el gobierno aprecia, para seguir poniendo el chupón en la boca del pastor que le refrenda el olor ovejuno.

Lamentable que ignoren el disgusto de las víctimas, por esa ferviente comprensión al gobierno, quien se amparara ante las embestidas de aquellos mercenarios que, no defienden a los maestros para que recuperen sus quinquenios, sino para robárselos. Oprobio que celebra el líder de la Sección 44, por permitir que la defensa externa haga negocio a expensas de “sus representados”.

Vivimos en una organización de víctimas y lamento reconocer que el representante seccional posea el monopolio de la voz, para que a nombre de todos rinda pleitesía y agradecimiento al patrón. Aunque desde otras trincheras algunas voces evidencian la generalidad que en bandeja de plata pone el entregado, como consecuencia de un ego inflado por la falsa amistad y un beso de Judas recibido.

El día 21 de septiembre del año que va, se plantó en la explanada de la Secretaría de Educación, el líder de la Sección 44, a manifestar su agradecimiento eterno al gobernador del Estado, por su respuesta sobre el pago de los quinquenios.

Cabe aclarar que las apreciaciones que plasmo en el presente artículo, pueden adolecer de omisiones o especulaciones personales, dado que en dicho evento lo único que se entendió, es la lealtad y entrega que el maestro le profesa al gobierno, como si de éste fuera una gracia o un acto de buena voluntad y no un derecho vencido y regateado, donde priva la mentira y confusión.

Sin duda que el señor tenía prisa de agradecerle al patrón, mientras los representantes de otras secciones sindicales no lo han hecho. Tal vez sean mal agradecidos, o la respuesta es tan pírrica que no amerita que lo hagan. Porque nadie ignora que en la ley de 1965 el derecho de los quinquenios equivalía a miles de pesos, lo que se traduce ahora en morralla centavería, envuelta en el indescifrable truco de seis días.

Para hacer un agradecimiento público de ese tamaño, implica que el gobierno ya haya depositado los 900 millones que adeuda al magisterio por dicho concepto, lo que da por hecho que a cada trabajador se le cubrirá totalmente el monto que le corresponde en tiempo y forma.

Si esto no es así, entonces no entiendo lo que este señor tuvo que anunciar y agradecer, porque hay muchas interpretaciones que nos pueden confundir. Lo que sí es muy claro que la Ley de Educación del Estado de 1965, contemplaba un diez por ciento de aumento en el sueldo base, cada vez que el maestro cumpliera cinco años en el servicio, derecho que el patrón le robó y que cuando los maestros reclamaron, las dirigencias de la Sección 44 de las que formaba parte el actual secretario general, le ayudaron al gobierno a que dicha ley se derogara.

Qué atrevida desproporción de las cosas, agradecer a quien cumple una mínima parte de esa gran deuda y omitir a quien le siguen debiendo, que al cabo no dijeron nada cuando les robaron ese derecho, del que fuera cómplice el que ahora lucha por su rescate, y que se distinguió como parte importante de la podredumbre de aquel comité ejecutivo seccional, que en el 2013 le puso precio al sagrado derecho de los quinquenios.

¿Dónde estaba en ese tiempo el secretario general actual? Es verdad que lo vimos caminar del brazo junto con la Judas que consumó dicha traición y una vez que la sustituyó, sólo teníamos noticia de él, cuando en los medios manifestaba apasionados reconocimientos al gobernador. Esa ha sido la ocupación que ha capturado su atención, a pesar de que todo el magisterio se ha visto inmerso en el despojo de sus conquistas y en el acoso tendiente a desprestigiar su profesión, como fue el terror de la evaluación punitiva.

Lamentable que negociaciones tan desventajosas, nos dividan en primeros y segundos; respectivamente aquellos que recibirán migajas y los que seguirán siendo acreedores a las esperanzas, que no engordan pero mantienen y que sigan fieles a los llamados de unidad, porque ese es el mérito que el gobierno aprecia, para seguir poniendo el chupón en la boca del pastor que le refrenda el olor ovejuno.

Lamentable que ignoren el disgusto de las víctimas, por esa ferviente comprensión al gobierno, quien se amparara ante las embestidas de aquellos mercenarios que, no defienden a los maestros para que recuperen sus quinquenios, sino para robárselos. Oprobio que celebra el líder de la Sección 44, por permitir que la defensa externa haga negocio a expensas de “sus representados”.

Vivimos en una organización de víctimas y lamento reconocer que el representante seccional posea el monopolio de la voz, para que a nombre de todos rinda pleitesía y agradecimiento al patrón. Aunque desde otras trincheras algunas voces evidencian la generalidad que en bandeja de plata pone el entregado, como consecuencia de un ego inflado por la falsa amistad y un beso de Judas recibido.