/ viernes 24 de abril de 2020

Lo que hagamos o dejemos de hacer hoy tendrá consecuencias mañana

Esta frase la pudo decir cualquier gobernador de alguna entidad federativa, Hugo López Gatell o el presidente de la República, pero la dijo el gobernador del estado, José Rosas Aispuro Torres, haciendo un llamado a toda la sociedad para que tenga una responsabilidad social.

Todos somos libres, pero nuestra libertad termina donde comienza la del otro. Significa que no tenemos derecho de contagiar a nadie y tampoco otro tiene derecho a infectarnos. Esa es la lectura de Quédate en casa y la Sana distancia.

También somos dueños de nuestras vidas, pero no lo somos de las de los demás. Hay que tener en cuenta que nuestro sistema de salud, su infraestructura hospitalaria, sus recursos humanos y administrativos no son suficientes para una contingencia de esta magnitud. Es muy endeble y vulnerable y podemos rebasarlo. No tenemos la economía para construir un hospital totalmente equipado y con mil camas para enfermos de Covid-19 en tan sólo 10 días.

Aquí en Durango se han necesitado hasta dos sexenios para construir un hospital que no tiene capacidad de respuesta, lo mismo en Gómez Palacio. ¿Cómo contribuir a no colapsar nuestro sistema de salud? Se nos ocurre hacer caso a las instrucciones de las autoridades de salud y de los tres órdenes de gobierno: federal, estatal y municipal. Lo que se nos dice todos los días sobre quedarnos en casa, que los que no tienen necesidad de salir se queden en casa, es para evitar un daño social y económico.

Si todos cooperamos, saldremos adelante, para ello necesitamos cuidar nuestras vidas y las de los demás. No olvidar que lo más importante que tenemos es la salud, sin ella nada sería posible, ni siquiera rescatar nuestra economía. Se dice que estamos en una economía de guerra, y si esto es cierto, alguien dijo que la victoria costará sangre, sudor y lágrimas.

Por otro lado, todos sabemos que millones de mexicanos viven al día, tienen que trabajar todos los días para darle de comer a sus familias, y ese sería suficiente motivo para no quedarse en casa. En este momento se requieren urgentes estrategias y políticas públicas de los gobiernos federal, estatal y municipal, en este sentido se están haciendo esfuerzos para apoyar a los más vulnerables, y este sector tiene que ser prioritario.

Por otro lado, si nosotros no hacemos caso de las autoridades, hay que tener presente que tienen facultades legales para obligarnos a hacer lo que no hacemos como ciudadanos responsables. Las únicas facultades que no tienen las autoridades de salud, los gobiernos estatales y municipales es lo que se conoce como toque de queda o Estado de excepción.

Estas facultades del presidente de la República se encuentran en el artículo 29 de la Constitución. Sin embargo, al gobernador, como representante del Poder Ejecutivo, la Ley General de Salud le otorga facultades de ser la autoridad de salud en el estado y poner medidas de control a la contingencia. No se trata de violar derechos humanos o garantías, pero sí de aplicar medidas administrativas y punitivas en un momento dado. Que no se nos olvide: la única manera de vencer al virus es quedándonos en casa. Hagamos el sacrificio antes de que sea demasiado tarde.

Esta frase la pudo decir cualquier gobernador de alguna entidad federativa, Hugo López Gatell o el presidente de la República, pero la dijo el gobernador del estado, José Rosas Aispuro Torres, haciendo un llamado a toda la sociedad para que tenga una responsabilidad social.

Todos somos libres, pero nuestra libertad termina donde comienza la del otro. Significa que no tenemos derecho de contagiar a nadie y tampoco otro tiene derecho a infectarnos. Esa es la lectura de Quédate en casa y la Sana distancia.

También somos dueños de nuestras vidas, pero no lo somos de las de los demás. Hay que tener en cuenta que nuestro sistema de salud, su infraestructura hospitalaria, sus recursos humanos y administrativos no son suficientes para una contingencia de esta magnitud. Es muy endeble y vulnerable y podemos rebasarlo. No tenemos la economía para construir un hospital totalmente equipado y con mil camas para enfermos de Covid-19 en tan sólo 10 días.

Aquí en Durango se han necesitado hasta dos sexenios para construir un hospital que no tiene capacidad de respuesta, lo mismo en Gómez Palacio. ¿Cómo contribuir a no colapsar nuestro sistema de salud? Se nos ocurre hacer caso a las instrucciones de las autoridades de salud y de los tres órdenes de gobierno: federal, estatal y municipal. Lo que se nos dice todos los días sobre quedarnos en casa, que los que no tienen necesidad de salir se queden en casa, es para evitar un daño social y económico.

Si todos cooperamos, saldremos adelante, para ello necesitamos cuidar nuestras vidas y las de los demás. No olvidar que lo más importante que tenemos es la salud, sin ella nada sería posible, ni siquiera rescatar nuestra economía. Se dice que estamos en una economía de guerra, y si esto es cierto, alguien dijo que la victoria costará sangre, sudor y lágrimas.

Por otro lado, todos sabemos que millones de mexicanos viven al día, tienen que trabajar todos los días para darle de comer a sus familias, y ese sería suficiente motivo para no quedarse en casa. En este momento se requieren urgentes estrategias y políticas públicas de los gobiernos federal, estatal y municipal, en este sentido se están haciendo esfuerzos para apoyar a los más vulnerables, y este sector tiene que ser prioritario.

Por otro lado, si nosotros no hacemos caso de las autoridades, hay que tener presente que tienen facultades legales para obligarnos a hacer lo que no hacemos como ciudadanos responsables. Las únicas facultades que no tienen las autoridades de salud, los gobiernos estatales y municipales es lo que se conoce como toque de queda o Estado de excepción.

Estas facultades del presidente de la República se encuentran en el artículo 29 de la Constitución. Sin embargo, al gobernador, como representante del Poder Ejecutivo, la Ley General de Salud le otorga facultades de ser la autoridad de salud en el estado y poner medidas de control a la contingencia. No se trata de violar derechos humanos o garantías, pero sí de aplicar medidas administrativas y punitivas en un momento dado. Que no se nos olvide: la única manera de vencer al virus es quedándonos en casa. Hagamos el sacrificio antes de que sea demasiado tarde.