/ lunes 4 de marzo de 2019

Los aspirantes de la esperanza de México

El partido político MORENA, “La esperanza de México”, tiene prácticamente decidido a sus precandidatos a la alcaldía de la capital del Estado de Durango; de los casi 30 aspirantes -muchos de ellos verdaderos oportunistas sin perfil, hay que reconocerlo- quedaron solamente 4: Otniel García Navarro, Héctor Vela Valenzuela, José Ramón Enríquez Herrera y Silvestre Flores de los Santos; dos priistas, un oportunista y un interno.



Resulta incomprensible para el que esto escribe que MORENA haya dejado pasar la oportunidad de manifestarse como un partido político congruente con el decir y el actuar; desestimó a quienes sí son militantes en serio para ir con personajes desgastados y arribistas. Con todo respeto, el señor Silvestre Flores no tiene posibilidad de ser el candidato.

Pero la militancia y los simpatizantes de MORENA están todavía más sorprendidos, rechazan a los priistas y al actual presidente municipal, amenazan con no votar por ellos. Desafortunadamente sus reclamos no serán escuchados y pronto recibirán línea, a semejanza de lo que ocurría en el PRI, Partido al que dicen odiar pero al que cada vez se parecen más.

Quien está al borde de la sinrazón es Nacho Aguado, un tipo que al menos en el papel era el que menos pasado tiene; se rumora que podría impugnar el proceso interno. A ver si con esta segunda desconocida que le dieron los morenos entiende que la vida de los partidos políticos es así y se regresa a sus orígenes como independiente.

El hecho de que un priista pueda ser el candidato es absurdo, aunque lo sería más que lo fuera José Ramón Enríquez, un personaje que ha quedado a deber a los habitantes de la capital del Estado; sus arrebatos, alardes y acciones demuestran que no es una persona en quien se pueda confiar ¿quién se atreve a garantizar que ahora, de darse una nueva gestión como alcalde, cumpla las promesas de su anterior campaña, las de esta y que no se irá antes para ser candidato a gobernador?

Un dato, el artículo 149 de la Constitución de Durango establece que para que el presidente municipal pueda reelegirse, es necesario que la postulación la realice el mismo partido o cualquiera de los partidos integrantes de la coalición que lo hubieren postulado, salvo que hayan renunciado o perdido su militancia antes de la mitad de su mandato.

Según mi poco entender, el señor José Ramón Enríquez no satisface la condición de la postulación, ni el PAN ni el PRD lo postulan y no renunció ni perdió la militancia porque nunca fue militante de ninguno de estos partidos, así que no podrá ser candidato, a menos que ya haya acordado con alguien una trampita para darle la vuelta al articulillo ese que le estorba, no será la primera vez que lo hace.

Efectivamente, los impedimentos legales nunca han sido un problema para el oftalmólogo, ha sorteado todo lo que le estorba: Regresar como presidente municipal luego de renunciar, no permitir que el H. Congreso del Estado lo sancione, hacer nombramientos y sostener a funcionarios que no cumplen con las disposiciones normativas, por mencionar solo algunas vueltas que le ha dado a la ley que juró guardar y hacer guardar.

No falta mucho para saber qué pasará en MORENA y en la elección; veremos si los duranguenses capitalinos seguimos teniendo fe en la esperanza de México y seguimos la línea para votar por el que sea que postule MORENA, al fin que la fe es un síntoma paradigmático de la idiosincrasia mexicana.

El partido político MORENA, “La esperanza de México”, tiene prácticamente decidido a sus precandidatos a la alcaldía de la capital del Estado de Durango; de los casi 30 aspirantes -muchos de ellos verdaderos oportunistas sin perfil, hay que reconocerlo- quedaron solamente 4: Otniel García Navarro, Héctor Vela Valenzuela, José Ramón Enríquez Herrera y Silvestre Flores de los Santos; dos priistas, un oportunista y un interno.



Resulta incomprensible para el que esto escribe que MORENA haya dejado pasar la oportunidad de manifestarse como un partido político congruente con el decir y el actuar; desestimó a quienes sí son militantes en serio para ir con personajes desgastados y arribistas. Con todo respeto, el señor Silvestre Flores no tiene posibilidad de ser el candidato.

Pero la militancia y los simpatizantes de MORENA están todavía más sorprendidos, rechazan a los priistas y al actual presidente municipal, amenazan con no votar por ellos. Desafortunadamente sus reclamos no serán escuchados y pronto recibirán línea, a semejanza de lo que ocurría en el PRI, Partido al que dicen odiar pero al que cada vez se parecen más.

Quien está al borde de la sinrazón es Nacho Aguado, un tipo que al menos en el papel era el que menos pasado tiene; se rumora que podría impugnar el proceso interno. A ver si con esta segunda desconocida que le dieron los morenos entiende que la vida de los partidos políticos es así y se regresa a sus orígenes como independiente.

El hecho de que un priista pueda ser el candidato es absurdo, aunque lo sería más que lo fuera José Ramón Enríquez, un personaje que ha quedado a deber a los habitantes de la capital del Estado; sus arrebatos, alardes y acciones demuestran que no es una persona en quien se pueda confiar ¿quién se atreve a garantizar que ahora, de darse una nueva gestión como alcalde, cumpla las promesas de su anterior campaña, las de esta y que no se irá antes para ser candidato a gobernador?

Un dato, el artículo 149 de la Constitución de Durango establece que para que el presidente municipal pueda reelegirse, es necesario que la postulación la realice el mismo partido o cualquiera de los partidos integrantes de la coalición que lo hubieren postulado, salvo que hayan renunciado o perdido su militancia antes de la mitad de su mandato.

Según mi poco entender, el señor José Ramón Enríquez no satisface la condición de la postulación, ni el PAN ni el PRD lo postulan y no renunció ni perdió la militancia porque nunca fue militante de ninguno de estos partidos, así que no podrá ser candidato, a menos que ya haya acordado con alguien una trampita para darle la vuelta al articulillo ese que le estorba, no será la primera vez que lo hace.

Efectivamente, los impedimentos legales nunca han sido un problema para el oftalmólogo, ha sorteado todo lo que le estorba: Regresar como presidente municipal luego de renunciar, no permitir que el H. Congreso del Estado lo sancione, hacer nombramientos y sostener a funcionarios que no cumplen con las disposiciones normativas, por mencionar solo algunas vueltas que le ha dado a la ley que juró guardar y hacer guardar.

No falta mucho para saber qué pasará en MORENA y en la elección; veremos si los duranguenses capitalinos seguimos teniendo fe en la esperanza de México y seguimos la línea para votar por el que sea que postule MORENA, al fin que la fe es un síntoma paradigmático de la idiosincrasia mexicana.