/ lunes 21 de enero de 2019

Los aspirantes panistas

De cara al proceso electoral de 2019 en el que se renovarán las 39 alcaldías que conforman el estado de Durango, las cosas no parecen ir del todo bien al interior del Partido Acción Nacional (PAN).

Las pugnas internas se polarizan en extremo entre los panistas conservadores y los neopanistas, aquellos quieren que el candidato a la Presidencia Municipal de la capital sea un miembro de esa ala del partido, mientras que estos consideran que podría ser un externo. Cada grupo en busca de sus muy particulares conveniencias, desde luego.

Y es que los panistas conservadores se sienten relegados del que consideran “su” Partido; estaban tan acostumbrados a repartirse entre ellos las candidaturas y los pocos espacios que les dejaba el PRI en el Congreso local y en las regidurías, que ahora no ven con buenos ojos eso de la nominación como candidato de un personaje salido de las encuestas, y menos que no sea militante panista. Aunque en su disculpa diremos que las experiencias con los externos no han sido muy buenas para ellos.

Por el otro lado están los neopanistas, quienes saben por experiencia propia que si no llega un externo o alguien que comulgue con ellos, muy difícilmente obtendrán algo en la arena política; su actual aparición se debe a que llegaron dos externos: José Rosas Aispuro Torres y José Ramón Enríquez Herrera, y desde luego, a que hay más espacios que repartir, el gobierno estatal y municipal es azul.

Pero, ¿quién podría ser el candidato ideal para Acción Nacional? En mi muy humilde opinión creo que lo sería aquella persona que reúna estas 4 condiciones:

1. Tener el apoyo del Partido, lo que implica lograr que las dos alas se conjunten en pro de quien tenga mayores posibilidades de ganar según las encuestas, cosa nada sencilla, los panistas han sido capaces de votar en contra hasta de ellos mismo si el candidato no es de su grupo o conveniencia; 2. Lograr que la sociedad no los identifique con los fracasos que han tenido los gobiernos panistas o, hacer que los pocos logros alcanzados se magnifiquen; 3. Contar con un sólido respaldo económico que les permita repartir despensas, apoyos y dádivas entre la gente, la experiencia de 2016 les debió enseñar que no hay mejor forma de sumar votos; y 4. Tener la habilidad de construir en el discurso un argumento que les permita ser críticos de los gobiernos del PAN sin verse agraviados, a la gente le gusta escuchar que se ataque a los gobernantes, suma simpatías.

Hasta el momento se habla de 3 posibles candidatos, uno externo y dos internos. Veamos.

El externo es nada menos que el actual senador con licencia y presidente municipal en funciones, José Remón Enríquez Herrera. Muy difícilmente podrá el oftalmólogo lograr el apoyo del partido, no son pocas las voces que señalan que él fue el causante de la encarnizada guerra que se vive en el PAN; lo acusan de haber creado el ala de neopanistas, que bajo la esperanza de figurar en puestos de buen nivel en la administración municipal y de ser candidatos -lo que hasta entonces se les había negado-, se hicieron sin problema arfiles de Enríquez. Tan escucharon el canto de las sirenas que hubo quien se postulara en la elección pasada por el parido de Enríquez, Movimiento Ciudadano (MC), en claro perjuicio de Acción Nacional.

La segunda condición también será un problema, el actual gobierno municipal -que encabeza el propio José Ramón- ha dejado cuentas pendientes entre la ciudadanía, fueron muchas las promesas de campaña y pocos los resultados, el problema de los robos y de los baches es un ejemplo.

En cuanto a la tercera y cuarta condición no tiene problema alguno, siempre ha dicho que gana más dinero del que necesita para vivir, y en cuanto a atacar a los gobiernos panistas, ya comenzó desde hace tiempo con el de Aispuro, aunque ya le tendió su mano franca y sincera, no porque sienta que el apoyo del PAN se le va, es por Durango.

José Antonio Ochoa también se ha destapado, es militante panista, fue presidente del Comité Directivo Estatal y actualmente es diputado local por reelección, aunque no por el mismo distrito. Ochoa tiene el apoyo de Gina Campuzano, con lo que se podría pensar que también con el de Rómulo Campuzano, secretario general del PAN, aunque a estas alturas no sabemos si el apoyo es bueno o malo, los hermanos Campuzano traen un enfrentamiento directo con José Ramón Enríquez, y por ende, con los neopanistas que se identifican con él.

No sé si Ochoa ya se dio cuenta que el pleito Campuzano-Enríquez está escalando a niveles por demás preocupantes. Alguien filtró una copia de dos cheques girados por la Presidencia Municipal de Gómez Palacio en favor de Gina y Rómulo por supuestos pagos de servicios de asesorías, verdad o no los hermanos algo dirán o harán, recordemos que Rómulo es más que irascible, en su reacción puede verse más que afectado. Por lo pronto ya comenzó con el señuelo de las despensas en eso de la cacería de los votos.

El tercer nombre que se menciona es el de Jorge Salum, miembro de una de las familias otrora dueñas del partido. Salum ha sido diputado local y federal y es, desde mi particular punto de vista, quien podría unir al partido en torno a su candidatura. Además, no tiene una identificación directa con los gobiernos estatal y municipal, así que podría, sin mayores problemas, ser un candidato crítico de ser el caso; en el tema del dinero no creo que tenga complicaciones. Me parece que es bien visto entre los panistas y un político que no le desagrada del todo a la ciudadanía, en la elección pasada fue de los pocos que dio la batalla a los morenistas, perdió la diputación hasta la instancia judicial.

Así las cosas con los aspirantes panistas, al final del día serán los integrantes de la asamblea municipal -alrededor de mil ochocientos militantes- quienes decidirán quién será el candidato a la Presidencia Municipal de la capital del estado, y a la vez, de forma natural, un serio contendiente para la elección que renovará la gubernatura del estado en 2022.

De cara al proceso electoral de 2019 en el que se renovarán las 39 alcaldías que conforman el estado de Durango, las cosas no parecen ir del todo bien al interior del Partido Acción Nacional (PAN).

Las pugnas internas se polarizan en extremo entre los panistas conservadores y los neopanistas, aquellos quieren que el candidato a la Presidencia Municipal de la capital sea un miembro de esa ala del partido, mientras que estos consideran que podría ser un externo. Cada grupo en busca de sus muy particulares conveniencias, desde luego.

Y es que los panistas conservadores se sienten relegados del que consideran “su” Partido; estaban tan acostumbrados a repartirse entre ellos las candidaturas y los pocos espacios que les dejaba el PRI en el Congreso local y en las regidurías, que ahora no ven con buenos ojos eso de la nominación como candidato de un personaje salido de las encuestas, y menos que no sea militante panista. Aunque en su disculpa diremos que las experiencias con los externos no han sido muy buenas para ellos.

Por el otro lado están los neopanistas, quienes saben por experiencia propia que si no llega un externo o alguien que comulgue con ellos, muy difícilmente obtendrán algo en la arena política; su actual aparición se debe a que llegaron dos externos: José Rosas Aispuro Torres y José Ramón Enríquez Herrera, y desde luego, a que hay más espacios que repartir, el gobierno estatal y municipal es azul.

Pero, ¿quién podría ser el candidato ideal para Acción Nacional? En mi muy humilde opinión creo que lo sería aquella persona que reúna estas 4 condiciones:

1. Tener el apoyo del Partido, lo que implica lograr que las dos alas se conjunten en pro de quien tenga mayores posibilidades de ganar según las encuestas, cosa nada sencilla, los panistas han sido capaces de votar en contra hasta de ellos mismo si el candidato no es de su grupo o conveniencia; 2. Lograr que la sociedad no los identifique con los fracasos que han tenido los gobiernos panistas o, hacer que los pocos logros alcanzados se magnifiquen; 3. Contar con un sólido respaldo económico que les permita repartir despensas, apoyos y dádivas entre la gente, la experiencia de 2016 les debió enseñar que no hay mejor forma de sumar votos; y 4. Tener la habilidad de construir en el discurso un argumento que les permita ser críticos de los gobiernos del PAN sin verse agraviados, a la gente le gusta escuchar que se ataque a los gobernantes, suma simpatías.

Hasta el momento se habla de 3 posibles candidatos, uno externo y dos internos. Veamos.

El externo es nada menos que el actual senador con licencia y presidente municipal en funciones, José Remón Enríquez Herrera. Muy difícilmente podrá el oftalmólogo lograr el apoyo del partido, no son pocas las voces que señalan que él fue el causante de la encarnizada guerra que se vive en el PAN; lo acusan de haber creado el ala de neopanistas, que bajo la esperanza de figurar en puestos de buen nivel en la administración municipal y de ser candidatos -lo que hasta entonces se les había negado-, se hicieron sin problema arfiles de Enríquez. Tan escucharon el canto de las sirenas que hubo quien se postulara en la elección pasada por el parido de Enríquez, Movimiento Ciudadano (MC), en claro perjuicio de Acción Nacional.

La segunda condición también será un problema, el actual gobierno municipal -que encabeza el propio José Ramón- ha dejado cuentas pendientes entre la ciudadanía, fueron muchas las promesas de campaña y pocos los resultados, el problema de los robos y de los baches es un ejemplo.

En cuanto a la tercera y cuarta condición no tiene problema alguno, siempre ha dicho que gana más dinero del que necesita para vivir, y en cuanto a atacar a los gobiernos panistas, ya comenzó desde hace tiempo con el de Aispuro, aunque ya le tendió su mano franca y sincera, no porque sienta que el apoyo del PAN se le va, es por Durango.

José Antonio Ochoa también se ha destapado, es militante panista, fue presidente del Comité Directivo Estatal y actualmente es diputado local por reelección, aunque no por el mismo distrito. Ochoa tiene el apoyo de Gina Campuzano, con lo que se podría pensar que también con el de Rómulo Campuzano, secretario general del PAN, aunque a estas alturas no sabemos si el apoyo es bueno o malo, los hermanos Campuzano traen un enfrentamiento directo con José Ramón Enríquez, y por ende, con los neopanistas que se identifican con él.

No sé si Ochoa ya se dio cuenta que el pleito Campuzano-Enríquez está escalando a niveles por demás preocupantes. Alguien filtró una copia de dos cheques girados por la Presidencia Municipal de Gómez Palacio en favor de Gina y Rómulo por supuestos pagos de servicios de asesorías, verdad o no los hermanos algo dirán o harán, recordemos que Rómulo es más que irascible, en su reacción puede verse más que afectado. Por lo pronto ya comenzó con el señuelo de las despensas en eso de la cacería de los votos.

El tercer nombre que se menciona es el de Jorge Salum, miembro de una de las familias otrora dueñas del partido. Salum ha sido diputado local y federal y es, desde mi particular punto de vista, quien podría unir al partido en torno a su candidatura. Además, no tiene una identificación directa con los gobiernos estatal y municipal, así que podría, sin mayores problemas, ser un candidato crítico de ser el caso; en el tema del dinero no creo que tenga complicaciones. Me parece que es bien visto entre los panistas y un político que no le desagrada del todo a la ciudadanía, en la elección pasada fue de los pocos que dio la batalla a los morenistas, perdió la diputación hasta la instancia judicial.

Así las cosas con los aspirantes panistas, al final del día serán los integrantes de la asamblea municipal -alrededor de mil ochocientos militantes- quienes decidirán quién será el candidato a la Presidencia Municipal de la capital del estado, y a la vez, de forma natural, un serio contendiente para la elección que renovará la gubernatura del estado en 2022.