/ martes 29 de septiembre de 2020

Los docentes en tiempos de Covid-19

Para muchos docentes la nueva realidad que generó el coronavirus ha sido brutal, de golpe tuvieron que modificar sus esquemas y diseñar estrategias que les permitieran cumplir con su labor de manera virtual.

El proceso de adaptación ha sido en algunos casos lento, difícil y doloroso.

En este nuevo esquema los alumnos tienen una sustancial ventaja, están más habituados y aprenden más rápido a utilizar programas y plataformas digitales, y eso, en los hechos, coloca al docente en una gran desventaja, para muchos de estos es la primera vez que usan una plataforma, incluso me atrevería decir que es la primera vez que utilizan una computadora.

Las instituciones educativas han reaccionado de acuerdo a sus posibilidades, diseñan tutoriales, cursos en línea y dan asesorías, de alguna manera han sorteado con relativo éxito esta parte, pero me parece que por descuido han dejado solos a los profes, olvidaron diseñar un reglamento para esta nueva realidad docente en tiempos de Covid-19.

El hecho ocurrido con la maestra de la Facultad de Psicología vino a evidenciar que las autoridades educativas lanzaron prácticamente al ruedo a los profes, sin la protección de un reglamento que regule la forma en que ahora se tiene que impartir clase, que señale a los que intervienen en una sesión virtual qué pueden hacer y qué no pueden hacer. Un reglamento haría que los disimiles criterios de las partes queden fuera, dando así certeza a los profes.

Desafortunadamente el cordel siempre se rompe por la parte más delgada, y en este caso, la parte más delgada está del lado de los profes. En los hechos la realidad de lo que se sostiene.

Para muchos docentes la nueva realidad que generó el coronavirus ha sido brutal, de golpe tuvieron que modificar sus esquemas y diseñar estrategias que les permitieran cumplir con su labor de manera virtual.

El proceso de adaptación ha sido en algunos casos lento, difícil y doloroso.

En este nuevo esquema los alumnos tienen una sustancial ventaja, están más habituados y aprenden más rápido a utilizar programas y plataformas digitales, y eso, en los hechos, coloca al docente en una gran desventaja, para muchos de estos es la primera vez que usan una plataforma, incluso me atrevería decir que es la primera vez que utilizan una computadora.

Las instituciones educativas han reaccionado de acuerdo a sus posibilidades, diseñan tutoriales, cursos en línea y dan asesorías, de alguna manera han sorteado con relativo éxito esta parte, pero me parece que por descuido han dejado solos a los profes, olvidaron diseñar un reglamento para esta nueva realidad docente en tiempos de Covid-19.

El hecho ocurrido con la maestra de la Facultad de Psicología vino a evidenciar que las autoridades educativas lanzaron prácticamente al ruedo a los profes, sin la protección de un reglamento que regule la forma en que ahora se tiene que impartir clase, que señale a los que intervienen en una sesión virtual qué pueden hacer y qué no pueden hacer. Un reglamento haría que los disimiles criterios de las partes queden fuera, dando así certeza a los profes.

Desafortunadamente el cordel siempre se rompe por la parte más delgada, y en este caso, la parte más delgada está del lado de los profes. En los hechos la realidad de lo que se sostiene.