/ jueves 16 de diciembre de 2021

Los misteriosos quipus

Los “quipus”, palabra quechua que significa “nudos”, eran un sistema de registro, contabilidad y envío de mensajes del Tahuantinsuyo, como se le conocía al incanato.

Eran una serie de piezas de cuerdas de fibra de camélido o algodón, marcadas con distintos tipos de nudos, enredan a los investigadores de los Incas hace al menos un siglo.

En poco más de un siglo, el imperio Inca se extendió desde Cusco, Perú, hasta el sur de Ecuador y Colombia, hasta Chile y Argentina y una parte importante del legado de esta civilización fueron precisamente los quipus, y a pesar de que han transcurrido cientos de años, los investigadores todavía no saben por completo qué cosas registraban o relataban.

Los quipucamayoc eran los funcionarios encargados de elaborar e interpretar los quipus en el imperio incaico y se cree que algunos quipus, elaborados entre los siglos VII y X d.C., pertenecieron a la cultura Wari, que dominó los Andes antes que los incas. Actualmente se conservan alrededor de 1.000 quipus en museos de Alemania, Estados Unidos y Perú, y en colecciones privadas.

Al momento de la conquista, muchos españoles veían a los incas como analfabetos porque los quipus no coincidían con lo que ellos entendían como escritura, la mayoría de ejemplares fueron hallados en la costa y en la selva de Perú y datan de entre el siglo XV y mediados del XVI.

La mayoría de quipus consta de una cuerda principal horizontal, de la que cuelgan varias cuerdas verticales que llevan numerosos nudos, de distintos colores y formas, siguiendo patrones complejos.

Según cronistas españoles y mestizos del siglo XVI, que transcribían las traducciones de los quipucamayocs o intérpretes de quipus, estos aparatos registraban censos, pago de impuestos, calendarios, eventos históricos, autoridades, jerarquías, canciones, genealogía inca, rebaños de camélidos, reservas de alimentos, etc., sin embargo, ninguno de los colonizadores aprendió ni explicó el método para “leer” o traducir un quipu.

Sin embargo, gracias al antropólogo estadounidense Leland Locke, que en 1923 publicó el libro “El antiguo Quipu, un registro peruano de nudos”, se sabe que los quipus eran una especie de expedientes numéricos organizados con base en un sistema decimal y son capaces de reconocer números representados en los quipus, aunque los especialistas todavía no saben interpretar por sí mismos qué cosas eran las que contaban o a qué se referían.

Todavía no se pueden leer las etiquetas nominativas que parecen haber sido codificadas en los colores y otras características estructurales de las cuerdas, por lo que es un “dispositivo semióticamente heterogéneo”, ya que emplea diferentes códigos en su elaboración, como el sistema de colores de las cuerdas, la forma en la que se configuraban, la posición, los tipos de nudos, etc.

Además, alrededor de un tercio de los que se conservan que no siguen el sistema decimal de numeración, sino patrones completamente distintos, los cuales podrían ser quipus "narrativos", con los que podrían haber estado contando historias como memorias, hazañas, poemas que se leían en actividades públicas de manera performática.

Actualmente, se tiene la esperanza en un “quipu Rosetta”, que sería la combinación de un quipu y una interpretación confiable del mismo en español que permitan desbloquear al resto de quipus, ya que existen entre 40 y 50 transcripciones coloniales, pero ninguna encaja con los quipus existentes. Quedan muchos documentos de las colonias de España pendientes de revisar y en los que podrían seguirse buscando más transcripciones.

Los “quipus”, palabra quechua que significa “nudos”, eran un sistema de registro, contabilidad y envío de mensajes del Tahuantinsuyo, como se le conocía al incanato.

Eran una serie de piezas de cuerdas de fibra de camélido o algodón, marcadas con distintos tipos de nudos, enredan a los investigadores de los Incas hace al menos un siglo.

En poco más de un siglo, el imperio Inca se extendió desde Cusco, Perú, hasta el sur de Ecuador y Colombia, hasta Chile y Argentina y una parte importante del legado de esta civilización fueron precisamente los quipus, y a pesar de que han transcurrido cientos de años, los investigadores todavía no saben por completo qué cosas registraban o relataban.

Los quipucamayoc eran los funcionarios encargados de elaborar e interpretar los quipus en el imperio incaico y se cree que algunos quipus, elaborados entre los siglos VII y X d.C., pertenecieron a la cultura Wari, que dominó los Andes antes que los incas. Actualmente se conservan alrededor de 1.000 quipus en museos de Alemania, Estados Unidos y Perú, y en colecciones privadas.

Al momento de la conquista, muchos españoles veían a los incas como analfabetos porque los quipus no coincidían con lo que ellos entendían como escritura, la mayoría de ejemplares fueron hallados en la costa y en la selva de Perú y datan de entre el siglo XV y mediados del XVI.

La mayoría de quipus consta de una cuerda principal horizontal, de la que cuelgan varias cuerdas verticales que llevan numerosos nudos, de distintos colores y formas, siguiendo patrones complejos.

Según cronistas españoles y mestizos del siglo XVI, que transcribían las traducciones de los quipucamayocs o intérpretes de quipus, estos aparatos registraban censos, pago de impuestos, calendarios, eventos históricos, autoridades, jerarquías, canciones, genealogía inca, rebaños de camélidos, reservas de alimentos, etc., sin embargo, ninguno de los colonizadores aprendió ni explicó el método para “leer” o traducir un quipu.

Sin embargo, gracias al antropólogo estadounidense Leland Locke, que en 1923 publicó el libro “El antiguo Quipu, un registro peruano de nudos”, se sabe que los quipus eran una especie de expedientes numéricos organizados con base en un sistema decimal y son capaces de reconocer números representados en los quipus, aunque los especialistas todavía no saben interpretar por sí mismos qué cosas eran las que contaban o a qué se referían.

Todavía no se pueden leer las etiquetas nominativas que parecen haber sido codificadas en los colores y otras características estructurales de las cuerdas, por lo que es un “dispositivo semióticamente heterogéneo”, ya que emplea diferentes códigos en su elaboración, como el sistema de colores de las cuerdas, la forma en la que se configuraban, la posición, los tipos de nudos, etc.

Además, alrededor de un tercio de los que se conservan que no siguen el sistema decimal de numeración, sino patrones completamente distintos, los cuales podrían ser quipus "narrativos", con los que podrían haber estado contando historias como memorias, hazañas, poemas que se leían en actividades públicas de manera performática.

Actualmente, se tiene la esperanza en un “quipu Rosetta”, que sería la combinación de un quipu y una interpretación confiable del mismo en español que permitan desbloquear al resto de quipus, ya que existen entre 40 y 50 transcripciones coloniales, pero ninguna encaja con los quipus existentes. Quedan muchos documentos de las colonias de España pendientes de revisar y en los que podrían seguirse buscando más transcripciones.