Arturito Yáñez Cuellar, el día de su discurso como virtual presidente del PRI estatal, al igual que Mónico de Luna, “fue el que la mecha encendió”. De frente a la disciplinada clase priista local le escuchamos decir: “hoy se los digo: tenemos todas las posibilidades de encabezar la alianza con una candidatura a gobernador priista”.
Para que vea usted, que el nuevo dirigente del PRI no suelta todo en sus discursos, omitió, por educación, el nombre del candidato de la posible alianza entre el PRI y el PAN: Esteban Villegas Villareal. Y si ya lo sabe Dios, que lo sepa el panismo entero. Por donde se le vea, su debut no fue muy afortunado. Se le olvidó que hay un principio en política: Los políticos nunca dicen lo que piensan, ni dicen lo que hacen.
Quiérase o no, Arturito encendió los focos rojos de la clase panista. Aunque parece posible la alianza, está muy lejos de ser una realidad. Quien opine lo contrario está en su legítimo derecho. No queremos ver moros con tranchetes, pero la visita del presidente nacional del
PAN, Marko Cortés y su discurso son de alguna manera una respuesta al amigo de Alito. Cheque usted: “Las y los alcaldes son la mejor carta de presentación. Somos cercanos a la ciudadanía y tenemos todo para ganar el próximo año”. Como usted puede ver, si el PRI tiene su candidato para encabezar la alianza, el PAN no canta mal las rancheras. Algo que llamó la atención también de Marko Cortés, es cuando afirma que las negociaciones de la posible alianza con el PRI, las encabezará Ismael Hernández Deras. De Arturo Yáñez ni en cuenta. ¿Por qué será? “Haiga sido como haiga sido”, Marko y Arturo le pusieron el cascabel al gato.
Como testigo de honor, estuvo el gobernador del Estado. Quiérase o no, en su momento podría ser el fiel de la balanza. Sin duda, su opinión será tomada en cuenta y su derecho de veto también. El que despacha en el Bicentenario tiene su corazón, o sea quiere poner a su sucesor, a su delfín o al caballo negro que nunca falta. Sería absurdo pensar que el nativo de Tamazula no piense en alguien en el contexto de la sucesión.
Alguien dijo: El silencio vale más que mil palabras. Claro que en la visita del presidente nacional estuvo la crema y nata de la cúpula panista local. Una pasarela en todo su esplendor, no estaban todos los que son ni son todos los que estaban.
En política hay una teoría: El vaso medio vacío o el vaso medio lleno. Eso depende de como se vean las cosas. En política nadie está muerto, ni se puede descartar a nadie. Lo que pasa es que unos tienen más posibilidades que otros. El punto de partida en el contexto de la alianza, si así fuera, es que existe un dilema: ¿Quién encabezará la alianza, un priista, un panista o un híbrido? Es decir, un priista que esté en el PAN o un panista que esté en el PRI. Que, por cierto, abundan. ¿O son el PRI y el PAN un solo partido, dividido en dos? Ya con las alianzas no hay duda. Como usted ya estará enterado, los dos partidos quieren llevar mano y eso va a complicar mucho las cosas. Uno puso los votos y el otro puso el poder.
¿Pero es lo mismo aportar votos que tener el poder? Ese es el problema que tendrán que resolver si quieren ir juntos en 2022. Salvo su mejor opinión, el que paga manda. A Enrique Benítez Ojeda, no se le puede negar que fue el principal arquitecto de la alianza pasada, pero no es lo mismo la gimnasia que la magnesia. Él les puede dar terapias a Marko y a Alito, de qué es la mejor opción es su estilo de hacer política, sabe que perdiendo también se gana. Parece que Marko Cortés dejó algo muy en claro: O lleva mano el PAN o no hay alianza. La pasada, por muchas cosas se pudo negociar, pero esta no será posible.