/ sábado 6 de abril de 2019

Los rebeldes con causa del PRI

En el PRI local no todo era color de rosa como lo pintaba su dirigente. Aseguraba: mientras los de enfrente se andan haciendo pedazos por ser candidatos a la presidencia municipal, nosotros estamos tranquilos y vamos rumbo a la victoria. Desde ahora, Enrique Benítez sabe que perderán Durango capital, Lerdo y Gómez Palacio. Maquilla la crónica de una derrota anunciada con el discurso de siempre: el PRI no está muerto, solo anda de parranda. Pero los jóvenes no lo ven así, y por esa razón, encabezados por Marlene Espinosa aquí en Durango, y en Gómez Palacio por Raúl Meraz, esta rebeldía puede causarles un grave problema a Enrique Benítez y al delegado nacional de ese partido.

Los laguneros le exigen a su dirigente que cumpla los acuerdos y su palabra. En recientes declaraciones a medios de comunicación, los dirigentes de la CNOP, CNC, MP, OMNPRI y otras organizaciones acusan a Benítez Ojeda de dividir y desestabilizar al partido. Polo Pasillas Ortiz, dirigente de la CNC en Gómez Palacio fue más allá al mencionar que “detrás de todo esto hay un exgobernador, en MORENA se están peleando y están perdidos, dicho exgobernador pretende dividir y debilitar al PRI para restarle fuerza y que pierda el próximo proceso electoral”. ¡Órale! La que pudo poner orden en Gómez Palacio ni se fue ni se quedó en el PRI, sino todo lo contrario. Si ese partido pierde la presidencia municipal de Gómez, no será responsabilidad de la presidente Leticia Herrera Ale, los culpables podrían ser el General Lázaro Cárdenas, su hijo Cuauhtémoc y Andrés Manuel López Obrador. Porque en La Laguna sus habitantes tienen memoria histórica, y creemos, con la pena, que MORENA se quedará con los municipios más importantes de La Laguna Durango.

Algo más, el fantasma de las impugnaciones recorre varios municipios. Los priistas consideran que se violentaron no solo los acuerdos, también los estatutos y sus derechos políticos. Cómo han de estar extrañando en Gómez a la señora Herrera Ale las cúpulas del PRI estatal. Y no es que la exitosa política y empresaria quiera que pierda su partido, sin embargo, da la impresión de que aparte de su voto a favor de los candidatos del tricolor nadie en su sano juicio pensaría que pueda echarle toda la carne al asador como en el pasado. Tal vez la presidente municipal de Gómez Palacio conozca muy bien el soneto de Renato Leduc: “sabia virtud de conocer el tiempo, a tiempo amar y desatarse a tiempo”. ¿Qué harán Raúl Meraz y los demás dirigentes priistas de aquella región del estado? Poner de rodillas a Enrique Benítez no será cosa sencilla, es de los que saben muy bien que en política perdiendo se gana. ¿Usted a quién le apostaría?, ¿a los rebeldes con causa del PRI o a su dirigente?

La inconformidad de los jóvenes del tricolor estatal no es cosa menor. Muchos de ellos tienen más de 10 años militando y haciendo trabajo político, le reclaman a Benítez Ojeda que no respeta el 30% de cuota que por estatuto les corresponde, y se ha filtrado que si unos brazos los desprecian otros los están esperando. Dice el refrán: el que avisa no engaña. Al parecer hoy domingo es el plazo para recomponer las planillas de regidoras y regidores. Benítez debe apagar el fuego, de no hacerlo, la casa del PRI acabaría hecha cenizas. Si las cúpulas del PRI local no reaccionan, entonces, como dijo Juan Gabriel, allá ellos.

En el PRI local no todo era color de rosa como lo pintaba su dirigente. Aseguraba: mientras los de enfrente se andan haciendo pedazos por ser candidatos a la presidencia municipal, nosotros estamos tranquilos y vamos rumbo a la victoria. Desde ahora, Enrique Benítez sabe que perderán Durango capital, Lerdo y Gómez Palacio. Maquilla la crónica de una derrota anunciada con el discurso de siempre: el PRI no está muerto, solo anda de parranda. Pero los jóvenes no lo ven así, y por esa razón, encabezados por Marlene Espinosa aquí en Durango, y en Gómez Palacio por Raúl Meraz, esta rebeldía puede causarles un grave problema a Enrique Benítez y al delegado nacional de ese partido.

Los laguneros le exigen a su dirigente que cumpla los acuerdos y su palabra. En recientes declaraciones a medios de comunicación, los dirigentes de la CNOP, CNC, MP, OMNPRI y otras organizaciones acusan a Benítez Ojeda de dividir y desestabilizar al partido. Polo Pasillas Ortiz, dirigente de la CNC en Gómez Palacio fue más allá al mencionar que “detrás de todo esto hay un exgobernador, en MORENA se están peleando y están perdidos, dicho exgobernador pretende dividir y debilitar al PRI para restarle fuerza y que pierda el próximo proceso electoral”. ¡Órale! La que pudo poner orden en Gómez Palacio ni se fue ni se quedó en el PRI, sino todo lo contrario. Si ese partido pierde la presidencia municipal de Gómez, no será responsabilidad de la presidente Leticia Herrera Ale, los culpables podrían ser el General Lázaro Cárdenas, su hijo Cuauhtémoc y Andrés Manuel López Obrador. Porque en La Laguna sus habitantes tienen memoria histórica, y creemos, con la pena, que MORENA se quedará con los municipios más importantes de La Laguna Durango.

Algo más, el fantasma de las impugnaciones recorre varios municipios. Los priistas consideran que se violentaron no solo los acuerdos, también los estatutos y sus derechos políticos. Cómo han de estar extrañando en Gómez a la señora Herrera Ale las cúpulas del PRI estatal. Y no es que la exitosa política y empresaria quiera que pierda su partido, sin embargo, da la impresión de que aparte de su voto a favor de los candidatos del tricolor nadie en su sano juicio pensaría que pueda echarle toda la carne al asador como en el pasado. Tal vez la presidente municipal de Gómez Palacio conozca muy bien el soneto de Renato Leduc: “sabia virtud de conocer el tiempo, a tiempo amar y desatarse a tiempo”. ¿Qué harán Raúl Meraz y los demás dirigentes priistas de aquella región del estado? Poner de rodillas a Enrique Benítez no será cosa sencilla, es de los que saben muy bien que en política perdiendo se gana. ¿Usted a quién le apostaría?, ¿a los rebeldes con causa del PRI o a su dirigente?

La inconformidad de los jóvenes del tricolor estatal no es cosa menor. Muchos de ellos tienen más de 10 años militando y haciendo trabajo político, le reclaman a Benítez Ojeda que no respeta el 30% de cuota que por estatuto les corresponde, y se ha filtrado que si unos brazos los desprecian otros los están esperando. Dice el refrán: el que avisa no engaña. Al parecer hoy domingo es el plazo para recomponer las planillas de regidoras y regidores. Benítez debe apagar el fuego, de no hacerlo, la casa del PRI acabaría hecha cenizas. Si las cúpulas del PRI local no reaccionan, entonces, como dijo Juan Gabriel, allá ellos.