/ miércoles 6 de marzo de 2019

Luis Rosales Celis, una vida dedicada a la educación

Luis Rosales Celis, es un ingeniero industrial mecánico egresado del Instituto Tecnológico de Durango, que desde muy joven se incorporó a las actividades dentro del sistema de educación técnica y que desde esa trinchera ha pugnado por el fortalecimiento y desarrollo industrial de nuestro país, labor que continúa hasta hoy.

Nació en el poblado de General Galeana, municipio de El Oro, debido a que su padre era maestro rural, y con el ejemplo de familia, desde pequeño fue dedicado a sus estudios, terminando sus estudios en la escuela Miguel Hidalgo del Barrio de Analco, para luego ingresar al Internado No. 5 de educación secundaria.

Como profesionista, después de su paso por la Iniciativa Privada en una planta de madera ubicada en el poblado de San Miguel de Cruces, se incorporó como Jefe de Talleres del Instituto Tecnológico de Culiacán, para luego ser nombrado jefe de Estudios Superiores del Instituto Tecnológico de La Laguna y posteriormente subdirector.

En 1976 fue designado como director del Instituto Tecnológico de Saltillo, donde estuvo hasta 1981, cuando se incorporó a la Dirección General de Institutos Tecnológicos como subdirector de Operación y Servicios Estudiantiles, en donde tuvo la oportunidad de atender las necesidades de los alumnos de esta institución y conocer de cerca sus anhelos para llegar a ser profesionistas.

Se regresó a su tierra natal en 1983 para desempeñarse como director del Instituto Tecnológico de Durango y luego, ocupar el cargo de director de Operación de los Institutos Tecnológicos del país.

Durante la administración estatal que encabezó el licenciado Ángel Sergio Guerrero Mier, cuando se nombró como secretario de Educación Cultura y Deporte, y es entonces cuando me tocó convivir con él, como con los demás integrantes del gabinete estatal, ya que me tocó desempeñar el cargo de Secretario General de Gobierno.

En ese entonces, nos tocó negociar con el magisterio mejores condiciones para los maestros duranguenses y sobre todo, combatir la venta de plazas al interior de las instituciones educativas. Lo que se buscaba era el incremento de la calidad educativa, objetivo que se cumplió, incluyendo la educación para adultos, y se atendió la petición del mandatario de “no quiero secretarios de escritorio”, por lo que se intensificaron los recorridos en las escuelas y atender sus necesidades de manera directa.

Después de su labor al frente de la Secretaría de Educación, nuevamente regresó a su alma mater como jefe de Vinculación del Instituto Tecnológico de Durango, cargo que ocupó hasta el 2009, cuando fue nombrado director del Instituto Tecnológico Valle del Guadiana, donde se ha desempeñado en los últimos diez años, ha impulsado el cumplimiento de los objetivos institucionales de control y seguimiento del proceso enseñanza-aprendizaje, así como de los recursos humanos y económicos de la institución.

Su contacto con los jóvenes ha sido de manera continua, lo que lo ha llevado a comprender a este sector y sobre todo, a luchar por mejores condiciones, lo que se puede lograr con una mejor formación y contribuir al fortalecimiento de las actividades productivas.

Como parte de su formación ha participado en diferentes programas educativos de otro estados y países, como el Instituto Tecnológico Militar de Río de Janeiro, Brasil, a la Universidad de San Paulo, Universidad de Brasilia, Universidad de Simón Bolívar en Venezuela y Universidad de Colombia en Bogotá.

También visitó la Universidad Politécnica Múnich Alemania, Escuela Central de Francia en París, Escuela de Artes y Oficios en París, Instituto Politécnico de Grenoble en Francia, Instituto Politécnico de Londres, Universidad de Cambridge Inglaterra, Universidad Complutense de Salamanca, Universidad Tecnológica de Madrid y la Asociación de Intercambio Técnico para Países Latinoamericanos en Berlín.

Ha formado también parte del intercambio académico y de investigación de la educación superior, realizado en Shangai y Shengdu, China, y sus actividades le han llevado a recibir diversos reconocimientos por su labor, compromiso y liderazgo, mismos que ha recibido del Consejo de Directores de los Institutos Tecnológicos, del Sistema Nacional de los Institutos Tecnológicos, la Confederación Nacional de Estudiantes Técnicos y el Frente Nacional Villista, entre otros.

En el ámbito profesional, forma parte del Colegio Nacional de Ingenieros Industriales, del CIME (Colegio de Ingenieros Mecánicos y Eléctricos, American Section of the International Solar Energy, y se ha desempeñado como vicepresidente del Consejo Nacional de Directores de los Institutos Tecnológicos del país.

De esta manera, su labor se ha caracterizado por impulsar la educación desde los Institutos Tecnológicos, a los que ha dedicado la mayor parte de su vida, y con ellos fomentar entre los jóvenes la inquietud por el estudio de las ciencias exactas que contribuyen con su labor a fortalecer la técnica al servicio de la patria.

Su dedicación es ejemplo para las nuevas generaciones, y debe ser motivo de orgullo para los duranguenses por su gran labor a favor de la educación técnica en nuestro país.

Luis Rosales Celis, es un ingeniero industrial mecánico egresado del Instituto Tecnológico de Durango, que desde muy joven se incorporó a las actividades dentro del sistema de educación técnica y que desde esa trinchera ha pugnado por el fortalecimiento y desarrollo industrial de nuestro país, labor que continúa hasta hoy.

Nació en el poblado de General Galeana, municipio de El Oro, debido a que su padre era maestro rural, y con el ejemplo de familia, desde pequeño fue dedicado a sus estudios, terminando sus estudios en la escuela Miguel Hidalgo del Barrio de Analco, para luego ingresar al Internado No. 5 de educación secundaria.

Como profesionista, después de su paso por la Iniciativa Privada en una planta de madera ubicada en el poblado de San Miguel de Cruces, se incorporó como Jefe de Talleres del Instituto Tecnológico de Culiacán, para luego ser nombrado jefe de Estudios Superiores del Instituto Tecnológico de La Laguna y posteriormente subdirector.

En 1976 fue designado como director del Instituto Tecnológico de Saltillo, donde estuvo hasta 1981, cuando se incorporó a la Dirección General de Institutos Tecnológicos como subdirector de Operación y Servicios Estudiantiles, en donde tuvo la oportunidad de atender las necesidades de los alumnos de esta institución y conocer de cerca sus anhelos para llegar a ser profesionistas.

Se regresó a su tierra natal en 1983 para desempeñarse como director del Instituto Tecnológico de Durango y luego, ocupar el cargo de director de Operación de los Institutos Tecnológicos del país.

Durante la administración estatal que encabezó el licenciado Ángel Sergio Guerrero Mier, cuando se nombró como secretario de Educación Cultura y Deporte, y es entonces cuando me tocó convivir con él, como con los demás integrantes del gabinete estatal, ya que me tocó desempeñar el cargo de Secretario General de Gobierno.

En ese entonces, nos tocó negociar con el magisterio mejores condiciones para los maestros duranguenses y sobre todo, combatir la venta de plazas al interior de las instituciones educativas. Lo que se buscaba era el incremento de la calidad educativa, objetivo que se cumplió, incluyendo la educación para adultos, y se atendió la petición del mandatario de “no quiero secretarios de escritorio”, por lo que se intensificaron los recorridos en las escuelas y atender sus necesidades de manera directa.

Después de su labor al frente de la Secretaría de Educación, nuevamente regresó a su alma mater como jefe de Vinculación del Instituto Tecnológico de Durango, cargo que ocupó hasta el 2009, cuando fue nombrado director del Instituto Tecnológico Valle del Guadiana, donde se ha desempeñado en los últimos diez años, ha impulsado el cumplimiento de los objetivos institucionales de control y seguimiento del proceso enseñanza-aprendizaje, así como de los recursos humanos y económicos de la institución.

Su contacto con los jóvenes ha sido de manera continua, lo que lo ha llevado a comprender a este sector y sobre todo, a luchar por mejores condiciones, lo que se puede lograr con una mejor formación y contribuir al fortalecimiento de las actividades productivas.

Como parte de su formación ha participado en diferentes programas educativos de otro estados y países, como el Instituto Tecnológico Militar de Río de Janeiro, Brasil, a la Universidad de San Paulo, Universidad de Brasilia, Universidad de Simón Bolívar en Venezuela y Universidad de Colombia en Bogotá.

También visitó la Universidad Politécnica Múnich Alemania, Escuela Central de Francia en París, Escuela de Artes y Oficios en París, Instituto Politécnico de Grenoble en Francia, Instituto Politécnico de Londres, Universidad de Cambridge Inglaterra, Universidad Complutense de Salamanca, Universidad Tecnológica de Madrid y la Asociación de Intercambio Técnico para Países Latinoamericanos en Berlín.

Ha formado también parte del intercambio académico y de investigación de la educación superior, realizado en Shangai y Shengdu, China, y sus actividades le han llevado a recibir diversos reconocimientos por su labor, compromiso y liderazgo, mismos que ha recibido del Consejo de Directores de los Institutos Tecnológicos, del Sistema Nacional de los Institutos Tecnológicos, la Confederación Nacional de Estudiantes Técnicos y el Frente Nacional Villista, entre otros.

En el ámbito profesional, forma parte del Colegio Nacional de Ingenieros Industriales, del CIME (Colegio de Ingenieros Mecánicos y Eléctricos, American Section of the International Solar Energy, y se ha desempeñado como vicepresidente del Consejo Nacional de Directores de los Institutos Tecnológicos del país.

De esta manera, su labor se ha caracterizado por impulsar la educación desde los Institutos Tecnológicos, a los que ha dedicado la mayor parte de su vida, y con ellos fomentar entre los jóvenes la inquietud por el estudio de las ciencias exactas que contribuyen con su labor a fortalecer la técnica al servicio de la patria.

Su dedicación es ejemplo para las nuevas generaciones, y debe ser motivo de orgullo para los duranguenses por su gran labor a favor de la educación técnica en nuestro país.