/ domingo 30 de agosto de 2020

Maestros, que no nos asuste el voto directo, secreto y universal

Sobre la temática sindical, el día 10 de agosto escribí un artículo que se titula: “En el SNTE Ya no queremos más de lo mismo”, lo que en Facebook generó algunas críticas, lo que obviamente es válido, y sin abonarles importancia, jamás diré que carecen de peso para que hagan uso de su derecho, el que sin duda fortalece y legitima el mío, para seguir de frente en esta columna, cuyo objetivo jamás será ofender a quien me hace el favor de leerla, salvo a aquellos que abusan de mis derechos y que por tal razón han dejado de ser dignos de mi confianza y consideración.

Bienvenida la crítica! pero más certero sería que me señalaran la equivocación de que hago víctima a sus líderes, cuya acción sin duda les ofende. De ahí que su malestar no es gratuito, como tampoco lo es el mío, pero no tendría empacho en reconocer mi error, si sus argumentos repusieran el monto de mis derechos, que desafortunadamente han dejado perder, aquellos que a sus seguidores les causa escozor, y que bajo dicho influjo defienden lo indefendible.

Pero pasemos a lo importante: Por primera vez la Ley Federal del Trabajo, nos otorga el sagrado derecho de votar y ser votado en el cambio de dirigentes sindicales, que en el SNTE se ha pospuesto. De ahí que pugnemos para que de dicho derecho, haga uso todo aquel trabajador que tenga aspiraciones de dirigir a la Sección 44 y que ninguna maniobra de carácter legal menor, lo limite en su participación.

Por primera vez, la ley nos concede a cada uno de los trabajadores de la educación, el sagrado derecho de ejercer el voto directo, secreto y universal. También por primera vez, bajo esa condición, vamos a elegir a un comité ejecutivo seccional, ya que antes por dedazo lo designaba el comité nacional, a través de la negociada, truqueada y vergonzosa planilla de unidad, donde los máster’s y aprendices de la corrupción eran los agraciados.

Razones nos sobran para aceptar el reto de la democracia y evitar el intento de que el comité nacional y seccional, intervengan para imponer las planillas, que sin duda irían manchadas de ilegalidad, intervencionismo e intromisión. Atémosles las manos y ya no permitamos que sean ellos los que definan el cómo y quién será nuestra dirigencia, porque esto sólo le corresponde a las bases.

Alcemos la voz y manifestemos nuestro rechazo absoluto, a la monumental y demencial imposición por parte de los inútiles del presente, que aún ocupan el cargo y tratan de hacer uso de las añejas y antidemocráticas formas, para continuar manipulando, poder que ya no tienen ni tendrán más, por la gesta heroica del 2018 donde el Magisterio tuvo una gran participación.

Ante este hecho histórico que constituye un parteaguas de la vida sindical, no debemos desperdiciar la oportunidad de la transparencia, que la ley establece en el proceso de la votación. Hagamos el esfuerzo de vigilar que los próximos dirigentes de la Sección 44, sean ungidos y legitimados por el voto directo, secreto y universal y de no cumplirse dicho mandato, cualquier trabajador puede impugnar el proceso, porque ya no es posible que la elección de dirigentes, quede atrapada en el rejuego de la sospecha y al mando de tramposos y maniobreros.

Y no es casual que nos preocupen todas esas circunstancias, dado que las ramificaciones de ese árbol tan corrupto, se extienden por multitud de vertientes que se resisten a la inoculación democrática. De ahí que debemos confiar y apostar en serio a que la transparencia sea un hecho, porque nadie ignora el corrupto pasado de los procesos de elección, que pese al paso del tiempo, no dejan de ser experiencias lamentables y de penosa realidad. Nunca desarrolladas ni expuestas con claridad, pero eso sí, agraciando figuras grises como las actuales.

Por eso, es muy importante que los trabajadores de la educación no desperdiciemos dicha oportunidad, sustentada en que nada tenemos que agradecer a las artimañas del pasado, pero sí, mucho que reprochar a los estilos del presente, que han hecho del ejercicio sindical un gran negocio que gira en beneficio propio.

El momento histórico que estamos viviendo, se ha encargado de mover y cuestionar las cosas. De ahí que a los dirigentes actuales les resultaría muy difícil negar su ingreso fraudulento al sindicato, al cual le han abonado sacándole provecho económico, ya que su salario base es generosamente engrosado, por una compensación quincenal elevada, cuyo fondo proviene de las cuotas sindicales, donde dicho monto conservadoramente rebasa el millón de pesos, el cual graciosamente va a parar al bolsillo roto de nuestros representantes.

Cómo podrían negar que su estancia irresponsable y anodina, sólo ha rendido las cuentas de los números rojos, dónde la pérdida de nuestras conquistas es escandalosa y el ruido de los quinquenios es infame, dado que no hubo límite de cálculo que midiera la entrega ni el crimen del abuso del patrón. Juego muy de moda, donde los líderes ganan bastante a costa de las pérdidas de los docentes

Por eso, debemos estar en voz de alerta, para inhibir todo tipo de marrullerías que tiendan a cubrir este cúmulo de transas que afectaron el patrimonio de los trabajadores. Se requiere la misma voz de alerta, para anular cualquier tipo de convocatoria que venga amañada y sujeta a la voluntad de los líderes actuales, que sin duda tratarán de darle jugada sólo a aquellos que sean de confianza y garantía de tapadera a todas sus trapacerías.

Por eso, debemos ir adelantándonos y participar desde nuestra trinchera y exigir la transparencia, así como impedir cualquier madruguete que se orqueste. Lo mismo ir previendo la limpieza del proceso de votación, y para descartar la participación de meritorios, cadáveres o cesados, que los votantes se acrediten mediante credencial de elector y último talón de cheque, para que el triunfo de quienes lo obtengan, sea legítimo y confiable.

Que los maestros denuncien cualquier acto de presión o coacción de que sean objeto, ya que existen liderazgos nefastos y anacrónicos, que se han mantenido a base de amenazas en contra de quienes consideran sus súbditos eternos. Y me refiero aquellos grupos que predican la democracia, pero que se imponen a base de métodos gangsteriles, de explotación y manipulación.

Sobre la temática sindical, el día 10 de agosto escribí un artículo que se titula: “En el SNTE Ya no queremos más de lo mismo”, lo que en Facebook generó algunas críticas, lo que obviamente es válido, y sin abonarles importancia, jamás diré que carecen de peso para que hagan uso de su derecho, el que sin duda fortalece y legitima el mío, para seguir de frente en esta columna, cuyo objetivo jamás será ofender a quien me hace el favor de leerla, salvo a aquellos que abusan de mis derechos y que por tal razón han dejado de ser dignos de mi confianza y consideración.

Bienvenida la crítica! pero más certero sería que me señalaran la equivocación de que hago víctima a sus líderes, cuya acción sin duda les ofende. De ahí que su malestar no es gratuito, como tampoco lo es el mío, pero no tendría empacho en reconocer mi error, si sus argumentos repusieran el monto de mis derechos, que desafortunadamente han dejado perder, aquellos que a sus seguidores les causa escozor, y que bajo dicho influjo defienden lo indefendible.

Pero pasemos a lo importante: Por primera vez la Ley Federal del Trabajo, nos otorga el sagrado derecho de votar y ser votado en el cambio de dirigentes sindicales, que en el SNTE se ha pospuesto. De ahí que pugnemos para que de dicho derecho, haga uso todo aquel trabajador que tenga aspiraciones de dirigir a la Sección 44 y que ninguna maniobra de carácter legal menor, lo limite en su participación.

Por primera vez, la ley nos concede a cada uno de los trabajadores de la educación, el sagrado derecho de ejercer el voto directo, secreto y universal. También por primera vez, bajo esa condición, vamos a elegir a un comité ejecutivo seccional, ya que antes por dedazo lo designaba el comité nacional, a través de la negociada, truqueada y vergonzosa planilla de unidad, donde los máster’s y aprendices de la corrupción eran los agraciados.

Razones nos sobran para aceptar el reto de la democracia y evitar el intento de que el comité nacional y seccional, intervengan para imponer las planillas, que sin duda irían manchadas de ilegalidad, intervencionismo e intromisión. Atémosles las manos y ya no permitamos que sean ellos los que definan el cómo y quién será nuestra dirigencia, porque esto sólo le corresponde a las bases.

Alcemos la voz y manifestemos nuestro rechazo absoluto, a la monumental y demencial imposición por parte de los inútiles del presente, que aún ocupan el cargo y tratan de hacer uso de las añejas y antidemocráticas formas, para continuar manipulando, poder que ya no tienen ni tendrán más, por la gesta heroica del 2018 donde el Magisterio tuvo una gran participación.

Ante este hecho histórico que constituye un parteaguas de la vida sindical, no debemos desperdiciar la oportunidad de la transparencia, que la ley establece en el proceso de la votación. Hagamos el esfuerzo de vigilar que los próximos dirigentes de la Sección 44, sean ungidos y legitimados por el voto directo, secreto y universal y de no cumplirse dicho mandato, cualquier trabajador puede impugnar el proceso, porque ya no es posible que la elección de dirigentes, quede atrapada en el rejuego de la sospecha y al mando de tramposos y maniobreros.

Y no es casual que nos preocupen todas esas circunstancias, dado que las ramificaciones de ese árbol tan corrupto, se extienden por multitud de vertientes que se resisten a la inoculación democrática. De ahí que debemos confiar y apostar en serio a que la transparencia sea un hecho, porque nadie ignora el corrupto pasado de los procesos de elección, que pese al paso del tiempo, no dejan de ser experiencias lamentables y de penosa realidad. Nunca desarrolladas ni expuestas con claridad, pero eso sí, agraciando figuras grises como las actuales.

Por eso, es muy importante que los trabajadores de la educación no desperdiciemos dicha oportunidad, sustentada en que nada tenemos que agradecer a las artimañas del pasado, pero sí, mucho que reprochar a los estilos del presente, que han hecho del ejercicio sindical un gran negocio que gira en beneficio propio.

El momento histórico que estamos viviendo, se ha encargado de mover y cuestionar las cosas. De ahí que a los dirigentes actuales les resultaría muy difícil negar su ingreso fraudulento al sindicato, al cual le han abonado sacándole provecho económico, ya que su salario base es generosamente engrosado, por una compensación quincenal elevada, cuyo fondo proviene de las cuotas sindicales, donde dicho monto conservadoramente rebasa el millón de pesos, el cual graciosamente va a parar al bolsillo roto de nuestros representantes.

Cómo podrían negar que su estancia irresponsable y anodina, sólo ha rendido las cuentas de los números rojos, dónde la pérdida de nuestras conquistas es escandalosa y el ruido de los quinquenios es infame, dado que no hubo límite de cálculo que midiera la entrega ni el crimen del abuso del patrón. Juego muy de moda, donde los líderes ganan bastante a costa de las pérdidas de los docentes

Por eso, debemos estar en voz de alerta, para inhibir todo tipo de marrullerías que tiendan a cubrir este cúmulo de transas que afectaron el patrimonio de los trabajadores. Se requiere la misma voz de alerta, para anular cualquier tipo de convocatoria que venga amañada y sujeta a la voluntad de los líderes actuales, que sin duda tratarán de darle jugada sólo a aquellos que sean de confianza y garantía de tapadera a todas sus trapacerías.

Por eso, debemos ir adelantándonos y participar desde nuestra trinchera y exigir la transparencia, así como impedir cualquier madruguete que se orqueste. Lo mismo ir previendo la limpieza del proceso de votación, y para descartar la participación de meritorios, cadáveres o cesados, que los votantes se acrediten mediante credencial de elector y último talón de cheque, para que el triunfo de quienes lo obtengan, sea legítimo y confiable.

Que los maestros denuncien cualquier acto de presión o coacción de que sean objeto, ya que existen liderazgos nefastos y anacrónicos, que se han mantenido a base de amenazas en contra de quienes consideran sus súbditos eternos. Y me refiero aquellos grupos que predican la democracia, pero que se imponen a base de métodos gangsteriles, de explotación y manipulación.