/ lunes 25 de enero de 2021

Mañaneras incomodan a la oposición

Hace días que en los diferentes medios me tocó observar, el festejo frívolo y triunfalista de la oposición, donde dan por hecho que la suspensión de las mañaneras es irreversible.

Acción que ameritaba exhibirse como ganadores del primer raund, ya que la pelea será de campeonato y ya inició con los primeros golpes, donde los bajos serán de pronóstico reservado.

Pese al optimismo de los que llevan el registro de los triunfos y el gozo de los agoreros, que predicen las siete plagas que ha incubado el actual gobierno federal, dichos haberes no serán suficientes para que debiliten el tirón que correrá la cortina sucia, que por sí misma delata todos los desastres del pasado y que para la derecha será una carga muy pesada que dudo pueda levantar.

Con la larguísima cauda de corrupción que arrastran, ensayan golpear las garras y colmillos de la fiera, porque creen que ésta se intimida con el ruido mediático que le arman, pensando que eso basta para que su larguísima cola se haga invisible y la hiera de muerte.

En este momento, el mayor perjuicio que le endilgan a las mañaneras, es la información que emite el presidente en torno a los avances que se van dando en la aplicación de la vacuna contra Covid-19, a la que ya le entraron no para salvar vidas, sino para hacer negocio y evitar que morena lucre y la popularidad de AMLO crezca y así, el piso que reclaman parejo, se vaya dando, aunque la aplanadora no esté aceitada como cuando el PRIAN era gobierno.

En la vida abundan las paradojas y una de ellas es la que distingue a aquellos que trompearon el piso de la democracia y ahora son los finos arquitectos que exigen su nivelación. Durante ochenta años, anduvieron ese camino y ahora les asusta, que cualquier barrunto les fisure ese terreno que bordearon y agujeraron, para borrar las huellas de los mapaches electorales.

En más de ochenta años, operaron las peores prácticas de gobierno y ahora les incomoda que el presidente las exhiba en la mañanera y además, les aterroriza que la infamia que utilizaron para cometer los grandes latrocinios, no sea parte de la solución, que ahora en charola de plata refrendan a los electores, aduciendo que sólo el PRIAN pueden componer el desorden actual, y tienen razón, porque ellos lo hicieron. De ahí que posean la clave, pero no para ordenar, sino para volver a saquear.

Por eso, resulta inaudito que aquellas largas uñas que usaron para rastrojear el escenario de la democracia, ahora exijan al INE que pode las de aquel, que ellos arañan diariamente, para impedir que remueva la tierra maltrecha que no ha logrado cubrir ni diluir los gigantescos fraudes electorales, de cuyas semillas ellos eran los principales sembradores.

La derecha no tiene límites, cuando demanda equidad, pero cuando fue gobierno jamás le preocupó violarla. Como oposición demanda la aplicación cabal de la ley, pero cuando ejerció el poder, jamás la respetó porque era juez y parte. De ahí el atraco al derecho de información a la ciudadanía, sustentado en el mal ejemplo, cuyo tamaño no logran arropar los alegatos legaloides.

Les incomoda que el presidente haga uso de la mañanera, porque les espanta que diga la verdad, ya que la gracia de la oposición era ocultarla; exigen que el presidente saque las manos del próximo proceso electoral, cuando ellos sin restricciones las metían; exigen que el INE coloque la mordaza al ejecutivo y ellos por la libre ningunear a quien se las quitó.

La mañanera puede ser todo lo que le achaquen, menos bodega de los excesos y atropellos, en que incurrieron aquellos que la consideran una ofensa, cuando sus nombres aparecen en la lista negra. Por eso aplauden la suspensión temporal de amordazar al presidente, porque creen que ese lapso será suficiente para que todos los estigmatizados cobren la revancha.

Acción que merodeará las fronteras del norte, donde de rodillas pedirán a Biden, que haga el milagro que ellos ni de latón han podido confeccionar. De ahí su peregrinación hacia la Casa Blanca a ofrecer la corona del congreso, a cambio de que su nuevo patrono, la ciña en las sienes de Gustavo de Hoyos y Claudio X González.

Hace días que en los diferentes medios me tocó observar, el festejo frívolo y triunfalista de la oposición, donde dan por hecho que la suspensión de las mañaneras es irreversible.

Acción que ameritaba exhibirse como ganadores del primer raund, ya que la pelea será de campeonato y ya inició con los primeros golpes, donde los bajos serán de pronóstico reservado.

Pese al optimismo de los que llevan el registro de los triunfos y el gozo de los agoreros, que predicen las siete plagas que ha incubado el actual gobierno federal, dichos haberes no serán suficientes para que debiliten el tirón que correrá la cortina sucia, que por sí misma delata todos los desastres del pasado y que para la derecha será una carga muy pesada que dudo pueda levantar.

Con la larguísima cauda de corrupción que arrastran, ensayan golpear las garras y colmillos de la fiera, porque creen que ésta se intimida con el ruido mediático que le arman, pensando que eso basta para que su larguísima cola se haga invisible y la hiera de muerte.

En este momento, el mayor perjuicio que le endilgan a las mañaneras, es la información que emite el presidente en torno a los avances que se van dando en la aplicación de la vacuna contra Covid-19, a la que ya le entraron no para salvar vidas, sino para hacer negocio y evitar que morena lucre y la popularidad de AMLO crezca y así, el piso que reclaman parejo, se vaya dando, aunque la aplanadora no esté aceitada como cuando el PRIAN era gobierno.

En la vida abundan las paradojas y una de ellas es la que distingue a aquellos que trompearon el piso de la democracia y ahora son los finos arquitectos que exigen su nivelación. Durante ochenta años, anduvieron ese camino y ahora les asusta, que cualquier barrunto les fisure ese terreno que bordearon y agujeraron, para borrar las huellas de los mapaches electorales.

En más de ochenta años, operaron las peores prácticas de gobierno y ahora les incomoda que el presidente las exhiba en la mañanera y además, les aterroriza que la infamia que utilizaron para cometer los grandes latrocinios, no sea parte de la solución, que ahora en charola de plata refrendan a los electores, aduciendo que sólo el PRIAN pueden componer el desorden actual, y tienen razón, porque ellos lo hicieron. De ahí que posean la clave, pero no para ordenar, sino para volver a saquear.

Por eso, resulta inaudito que aquellas largas uñas que usaron para rastrojear el escenario de la democracia, ahora exijan al INE que pode las de aquel, que ellos arañan diariamente, para impedir que remueva la tierra maltrecha que no ha logrado cubrir ni diluir los gigantescos fraudes electorales, de cuyas semillas ellos eran los principales sembradores.

La derecha no tiene límites, cuando demanda equidad, pero cuando fue gobierno jamás le preocupó violarla. Como oposición demanda la aplicación cabal de la ley, pero cuando ejerció el poder, jamás la respetó porque era juez y parte. De ahí el atraco al derecho de información a la ciudadanía, sustentado en el mal ejemplo, cuyo tamaño no logran arropar los alegatos legaloides.

Les incomoda que el presidente haga uso de la mañanera, porque les espanta que diga la verdad, ya que la gracia de la oposición era ocultarla; exigen que el presidente saque las manos del próximo proceso electoral, cuando ellos sin restricciones las metían; exigen que el INE coloque la mordaza al ejecutivo y ellos por la libre ningunear a quien se las quitó.

La mañanera puede ser todo lo que le achaquen, menos bodega de los excesos y atropellos, en que incurrieron aquellos que la consideran una ofensa, cuando sus nombres aparecen en la lista negra. Por eso aplauden la suspensión temporal de amordazar al presidente, porque creen que ese lapso será suficiente para que todos los estigmatizados cobren la revancha.

Acción que merodeará las fronteras del norte, donde de rodillas pedirán a Biden, que haga el milagro que ellos ni de latón han podido confeccionar. De ahí su peregrinación hacia la Casa Blanca a ofrecer la corona del congreso, a cambio de que su nuevo patrono, la ciña en las sienes de Gustavo de Hoyos y Claudio X González.