Mientras que las negociaciones entre Hamas e Israel no han tenido éxito, la reconstrucción de Gaza ha sido obstaculizada y el intercambio de rehenes inconcluso, otro suceso ha contribuido a la inestabilidad de Palestina.
Fue el 24 de junio cuando múltiples protestas comenzaron a emerger a causa del asesinato de Nizar Banat, activista palestino en contra del gobierno de Abbas, presidente de la Autoridad Palestina. Nizar Banat fue conocido como férreo crítico y opositor de Abbas y su mala gestión para contrarrestar los daños causados por el intercambio de ataques entre Israel y Hamas. Banat no sólo criticaba la cooperación entre la Autoridad Palestina e Israel que terminaba por servir en mayor parte al Estado judío, sino que, al descontento se le sumó la suspensión de las primeras elecciones parlamentarias de la AP después de 15 años. Abbas manifestó que éstas se cancelarían de forma indefinida lo cual intensificó el enojo de los palestinos.
Sin embargo, el elemento detonador de las revueltas civiles fue la muerte de Banat. La familia declaró que Banat fue detenido por agentes y fue golpeado y torturado hasta morir. Los protestantes comenzaron las revueltas en la ciudad de Ramallah, territorio ocupado de Cisjordania, donde manifestaron su descontento hacia Abbas y exigían un cambio de régimen. Distintos analistas comentan que el partido Fatah, del cual Abbas es miembro, ya había perdido relevancia y con Banat como candidato en las elecciones de abril, éste enfrentaba una amenaza inminente.
Asimismo, las marchas muestran cómo los palestinos en Cisjordania ya no creen en el modelo autocrático de Abbas. La exigencia por los derechos de los ciudadanos, la reconstrucción de Gaza, el injusto asesinato de Banat y el totalitarismo de Abbas pueden convertirse en factores para una mayor desestabilización en la región después de haber salido de 11 días de ataques bélicos entre Hamas e Israel. Se reporta incluso que los cantos y los mensajes usados en las protestas son un simbolismo que se remonta a la Primavera Árabe del 2011.
Mientras tanto, la Autoridad Palestina, en medio de la inestabilidad civil y política, ha disfrutado de distintos privilegios por colaborar con Israel, factor que lo ha calificado como un gobierno corrupto y bastión de Estados Unidos. Los protestantes palestinos dicen que el gobierno de Abbas se sirve a sí mismo y por eso el pueblo ha visto a Hamas como la fuerza que ha defendido sus derechos frente a Israel debido a la inacción de la AP.
Cabe mencionar que, incluso para cubrir la controversia de las revueltas en Ramallah, el partido Fatah llevó a cabo celebraciones en Hebron donde la gente movía banderas amarillas con el símbolo de Al-Fatah para disminuir la atención hacia lo que sucedía en la otra parte de la región.
Por otro lado, se debe decir que Abbas, pese a su mano dura con los palestinos y su cooperación con Israel, cuenta con el apoyo de otros actores. Es claro que Estados Unidos y la Unión Europea prefieren tratar con éste que con Hamas debido a los intereses que tienen en la región y el financiamiento y entrenamiento a la policía palestina. Joe Biden aclaró que, a diferencia de Trump, él pretende entablar la una mejor relación con la AP, llevar a cabo una resolución de dos estados entre Israel y Palestina, y reconstruir Gaza.
Por último, es importante señalar que, aunque Abbas tenga el apoyo de algunos actores, debe escuchar las quejas y las exigencias de los palestinos. La ONU, la UE y el vocero del Departamento de Estado, Ned Price, han dicho que se debe asegurar la libertad de expresión de los ciudadanos y castigar las represiones violentas a los manifestantes y el asesinato a Banat.
*Estudiante de Relaciones Internacionales en la Universidad Anáhuac en la Ciudad de México.