/ sábado 3 de abril de 2021

¿Milagro o fraude?

Frank Morison, fue un abogado inglés que intentó escribir un libro para refutar la resurrección de Cristo.

Al hacerlo se dio cuenta que estaba frente a uno de los acontecimientos más documentados de toda la historia, de ahí que su primer capítulo lo titula “El libro que rehusó ser escrito”.

El apóstol Pablo dice de manera categórica: “Si Jesús no resucitó nuestra fe es vana” (1 Cor. 15.17). Esto significa que no tendrían sustento cada una de las doctrinas en las que creemos los cristianos. Que tampoco existiría esta comunidad de fe llamada iglesia que ha subsistido a lo largo de veinte siglos sobre la base de la realidad de la resurrección. Y por supuesto, no tendríamos esperanza en el más allá y viviríamos sin esperanza en este mundo.

TERGIVERSAR los hechos fue la primera reacción de los judíos quienes sobornaron a los guardias al decir que “el cuerpo había sido robado”. La resurrección nos confronta con nuestra autocompasión para llevarnos a la responsabilidad: Es posible vivir a la luz de Su victoria sobre la muerte.

IGNORAR fue la reacción de los romanos que representaban al mundo pagano, para quienes la obra de Cristo pasó inadvertida. Esta actitud está representada por la sociedad de consumo que ha convertido este fin de semana en una opción turística capaz de poner una pausa en una pandemia para enajenarnos de nuestra preocupante realidad.

ACEPTAR este acontecimiento nos lleva a vivir a la luz de los beneficios de la resurrección como son recibir el regalo de la salvación, tener victoria sobre el pecado y la maldad y gozar de verdadera esperanza en medio del sufrimiento.

Como diría el historiador Philip Schaff: “La resurrección de Cristo o bien es el más grande milagro o el fraude más grande que registra la historia”. ¿Qué piensas tú?

leonardolombar@gmail.com

Frank Morison, fue un abogado inglés que intentó escribir un libro para refutar la resurrección de Cristo.

Al hacerlo se dio cuenta que estaba frente a uno de los acontecimientos más documentados de toda la historia, de ahí que su primer capítulo lo titula “El libro que rehusó ser escrito”.

El apóstol Pablo dice de manera categórica: “Si Jesús no resucitó nuestra fe es vana” (1 Cor. 15.17). Esto significa que no tendrían sustento cada una de las doctrinas en las que creemos los cristianos. Que tampoco existiría esta comunidad de fe llamada iglesia que ha subsistido a lo largo de veinte siglos sobre la base de la realidad de la resurrección. Y por supuesto, no tendríamos esperanza en el más allá y viviríamos sin esperanza en este mundo.

TERGIVERSAR los hechos fue la primera reacción de los judíos quienes sobornaron a los guardias al decir que “el cuerpo había sido robado”. La resurrección nos confronta con nuestra autocompasión para llevarnos a la responsabilidad: Es posible vivir a la luz de Su victoria sobre la muerte.

IGNORAR fue la reacción de los romanos que representaban al mundo pagano, para quienes la obra de Cristo pasó inadvertida. Esta actitud está representada por la sociedad de consumo que ha convertido este fin de semana en una opción turística capaz de poner una pausa en una pandemia para enajenarnos de nuestra preocupante realidad.

ACEPTAR este acontecimiento nos lleva a vivir a la luz de los beneficios de la resurrección como son recibir el regalo de la salvación, tener victoria sobre el pecado y la maldad y gozar de verdadera esperanza en medio del sufrimiento.

Como diría el historiador Philip Schaff: “La resurrección de Cristo o bien es el más grande milagro o el fraude más grande que registra la historia”. ¿Qué piensas tú?

leonardolombar@gmail.com

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