/ domingo 28 de junio de 2020

¿Modificarán escenarios las alianzas de facto?

Hay inquietud entre aspirantes a candidaturas constitucionales que estarán en juego en el 2021, por las alianzas de facto que ya se vislumbran, y que al ser acuerdos “bajo la mesa” de las negociaciones oficiales entre los partidos políticos, pudieran modificar escenarios y sobre todo resultados electorales, conforme a intereses de grupos en lo particular, y hasta individuales.

Una cosa son las asociaciones político electorales que se oficializan ante los órganos encargados de las elecciones, con reglas claras y los acuerdos estipulados debidamente, en función de lo que establece el marco jurídico.

Las alianzas de facto, no son nuevas, siempre han existido, y de acuerdo a los antecedentes, pueden ser al interior de los partidos políticos, o entre algunos directivos partidistas, e incluso con funcionarios públicos de los tres órdenes de gobierno.

Los partidos políticos, con fundamento en lo dispuesto por la normatividad electoral, pueden registrar alianzas electorales, con la figura de coaliciones totales y/o parciales, con cláusulas claras para procesos concretos, como son los dos casos que ya se perfilan para 2021 y 2022: Morena con PT y Pvem; mientras que el PAN lo hará con PRD y MC.

Sin embargo, hay otro tipo de pactos políticos que ya se empezaron a socializar, como es el del jefe político del Estado, con el líder nacional de la CNC, y que empezó a generar especulaciones sobre la alianza que estos dos personajes enfilarán para las elecciones constitucionales del 2021, en que se renovarán los congresos federal y estatal.

Bastó que ambos personajes se tomaran la foto juntos en un acto de gobierno, para que surgieran todo tipo de especulaciones futuristas, pero que también provocaron inquietud entre militantes de los dos partidos a los que pertenecen.

Y es que tanto panistas como priistas, consideran que producto de esta alianza política, pudieran reflejarse movimientos pactados en lo oscurito, para desplazar a algunos de los aspirantes con más trabajo, y potenciar a otros, con lo que se podría cambiar el panorama electoral, conforme se acerquen las definiciones de candidaturas a diputados federales y locales. E incluso, rumbo al 2022, en que estará en juego la gubernatura.

Y es que por ejemplo, en el PAN, dicen que el único gallo que se perfila para abanderar la causa de Acción Nacional, entró en la incertidumbre, luego de convalecer de una enfermedad crónica, ya que incluso se afirma que existe la probabilidad de que no regrese a la silla edilicia, por prescripción médica, que le recomienda retirarse del estrés que le causa la política. No obstante, el viernes desde el hospital, presidió de manera virtual la sesión de Cabildo.

Cualquiera que sea la decisión, apuntan, tendrá una merma política en lo individual, y más si no se maneja bien la comunicación política, tal como ha sucedido hasta ahora, y ello se podría reflejar en la decisión de buscar alternativas, inclusive, ciudadanas y no precisamente entre los militantes.

Según los politólogos, la “extraña” alianza entre JRAT e IHD, implicaría la repartición de los distritos federales: especulan que el primero sería para Jaime Rivas, el actual secretario estatal del Bienestar, lo cual afectaría las proyecciones del PAN y PRI, que manejan varios perfiles para esas candidaturas.

El 02, adelantan, se le dejaría a Morena, y todo indica que ahí el candidato sería Pablo César Aguilar, allá en la Comarca Lagunera, donde la priista Leticia Herrera, aún no se decide. Mientras que el tercero ya está escriturado para Ismael Hernández Deras, lo que también inhibiría aspiraciones de algunos panistas.

El cuarto distrito, que de acuerdo a antecedentes es el voto duro del panismo, estaría convenido para Juan Carlos Maturino. Aquí es donde han aparecido más inquietudes. Toda vez que en el Comité Directivo de AN, aún quieren revivir a José Antonio Ochoa.

De ser cierta la alianza de facto, se propiciaría que hubiera candidatos opositores a modo para que llegara el triunfo de los que ellos han convenido.

En el Revolucionario Institucional, Alicia Gamboa y Daniela Soto, han optado por la retirada a sus aspiraciones al 04, bajo el argumento de que así no le entran a la contienda, porque saben que Benítez, el dirigente estatal, obedecerá a ciegas lo que diga la CNC.

También se dice que el ex gobernador priista oriundo de Mezquital, empuja para que su hija se reelija en la curul local, bajo la figura de candidata de Representación Proporcional, ello como parte de las alianzas que sabe tejer, y un colmillo político retorcido que tiene.

Pero además está el factor Morena, que por ejemplo para el distrito 04, impulsa las aspiraciones de Sandra Amaya, para que sea la candidata de la coalición con el PT y el Verde Ecologista, y le imbuiría competitividad a la contienda.

Habrá que esperar si las alianzas de facto, que según se afirma habrán de surgir más en fechas próximas, alcanzarán para alterar el escenario de competitividad que se avizora con los candidatos que ya manejan los partidos políticos. De ser así podrían dejar varios damnificados políticos.

Hay inquietud entre aspirantes a candidaturas constitucionales que estarán en juego en el 2021, por las alianzas de facto que ya se vislumbran, y que al ser acuerdos “bajo la mesa” de las negociaciones oficiales entre los partidos políticos, pudieran modificar escenarios y sobre todo resultados electorales, conforme a intereses de grupos en lo particular, y hasta individuales.

Una cosa son las asociaciones político electorales que se oficializan ante los órganos encargados de las elecciones, con reglas claras y los acuerdos estipulados debidamente, en función de lo que establece el marco jurídico.

Las alianzas de facto, no son nuevas, siempre han existido, y de acuerdo a los antecedentes, pueden ser al interior de los partidos políticos, o entre algunos directivos partidistas, e incluso con funcionarios públicos de los tres órdenes de gobierno.

Los partidos políticos, con fundamento en lo dispuesto por la normatividad electoral, pueden registrar alianzas electorales, con la figura de coaliciones totales y/o parciales, con cláusulas claras para procesos concretos, como son los dos casos que ya se perfilan para 2021 y 2022: Morena con PT y Pvem; mientras que el PAN lo hará con PRD y MC.

Sin embargo, hay otro tipo de pactos políticos que ya se empezaron a socializar, como es el del jefe político del Estado, con el líder nacional de la CNC, y que empezó a generar especulaciones sobre la alianza que estos dos personajes enfilarán para las elecciones constitucionales del 2021, en que se renovarán los congresos federal y estatal.

Bastó que ambos personajes se tomaran la foto juntos en un acto de gobierno, para que surgieran todo tipo de especulaciones futuristas, pero que también provocaron inquietud entre militantes de los dos partidos a los que pertenecen.

Y es que tanto panistas como priistas, consideran que producto de esta alianza política, pudieran reflejarse movimientos pactados en lo oscurito, para desplazar a algunos de los aspirantes con más trabajo, y potenciar a otros, con lo que se podría cambiar el panorama electoral, conforme se acerquen las definiciones de candidaturas a diputados federales y locales. E incluso, rumbo al 2022, en que estará en juego la gubernatura.

Y es que por ejemplo, en el PAN, dicen que el único gallo que se perfila para abanderar la causa de Acción Nacional, entró en la incertidumbre, luego de convalecer de una enfermedad crónica, ya que incluso se afirma que existe la probabilidad de que no regrese a la silla edilicia, por prescripción médica, que le recomienda retirarse del estrés que le causa la política. No obstante, el viernes desde el hospital, presidió de manera virtual la sesión de Cabildo.

Cualquiera que sea la decisión, apuntan, tendrá una merma política en lo individual, y más si no se maneja bien la comunicación política, tal como ha sucedido hasta ahora, y ello se podría reflejar en la decisión de buscar alternativas, inclusive, ciudadanas y no precisamente entre los militantes.

Según los politólogos, la “extraña” alianza entre JRAT e IHD, implicaría la repartición de los distritos federales: especulan que el primero sería para Jaime Rivas, el actual secretario estatal del Bienestar, lo cual afectaría las proyecciones del PAN y PRI, que manejan varios perfiles para esas candidaturas.

El 02, adelantan, se le dejaría a Morena, y todo indica que ahí el candidato sería Pablo César Aguilar, allá en la Comarca Lagunera, donde la priista Leticia Herrera, aún no se decide. Mientras que el tercero ya está escriturado para Ismael Hernández Deras, lo que también inhibiría aspiraciones de algunos panistas.

El cuarto distrito, que de acuerdo a antecedentes es el voto duro del panismo, estaría convenido para Juan Carlos Maturino. Aquí es donde han aparecido más inquietudes. Toda vez que en el Comité Directivo de AN, aún quieren revivir a José Antonio Ochoa.

De ser cierta la alianza de facto, se propiciaría que hubiera candidatos opositores a modo para que llegara el triunfo de los que ellos han convenido.

En el Revolucionario Institucional, Alicia Gamboa y Daniela Soto, han optado por la retirada a sus aspiraciones al 04, bajo el argumento de que así no le entran a la contienda, porque saben que Benítez, el dirigente estatal, obedecerá a ciegas lo que diga la CNC.

También se dice que el ex gobernador priista oriundo de Mezquital, empuja para que su hija se reelija en la curul local, bajo la figura de candidata de Representación Proporcional, ello como parte de las alianzas que sabe tejer, y un colmillo político retorcido que tiene.

Pero además está el factor Morena, que por ejemplo para el distrito 04, impulsa las aspiraciones de Sandra Amaya, para que sea la candidata de la coalición con el PT y el Verde Ecologista, y le imbuiría competitividad a la contienda.

Habrá que esperar si las alianzas de facto, que según se afirma habrán de surgir más en fechas próximas, alcanzarán para alterar el escenario de competitividad que se avizora con los candidatos que ya manejan los partidos políticos. De ser así podrían dejar varios damnificados políticos.