/ sábado 6 de marzo de 2021

Montajes, apariencias y espectáculo

La frase muy conocida de “cómo te ven te tratan”, es completamente cierta y en el devenir de nuestra sociedad, vamos creando etiquetas con las cuales juzgamos a las personas solamente por su aspecto, procurando muchos ser cautelosos en procurar o inventar una presencia que sea favorable para la persona y obtener un pretexto a fin de aparentar ante todos, ya sea su personalidad, cualidades, conocimientos, etc., pero también para excusarse, justificarse y tratar de resultar triunfadores.

Si observamos en nuestros políticos, todos ellos presentan el síndrome del gallo de pelea, que es aparentar para dominar, en donde su principal enfermedad es la soberbia, pues necesitan ser considerados los superiores y principales en el corral, nunca por un espíritu de competitividad, sino porque siempre considerarán que los demás no les llegan ni a los tobillos, su principal objetivo es la manipulación, pero también, considerarse en ocasiones víctimas para la obtención de todo tipo de beneficios.

En la realización de sus apariencias, llevan a cabo un sinnúmero de montajes de los espectáculos más sensacionales posibles con actuaciones teatrales algunas creíbles, pero la mayoría, por su rápida improvisación, peor que su misma cuarta categoría, que sólo el pueblo bueno y sabio puede creer.

Para referirnos a algo objetivo citaremos la actuación sumamente desafortunada de algunas personas que en el vuelo comercial del domingo pasado insultaron al presidente; que se puede entender el odio y animadversión que ha provocado se pueda tener en su contra; pero es caer en el mismo juego que él desde un principio inició, de dividir, insultar, calumniar, culpar sin denunciar formalmente; pero ahora con el fin de justificar que está expuesto al pueblo, se dice que se montó el espectáculo de una persona que supuestamente burló la entrada al palacio nacional, la admisión al lugar en donde el presidente lleva a cabo su sesiones de éxtasis con sus homilías cotidianas, en las que trata de envolver a sus mascotas, pues son los únicos que acatan todo lo que él desea; que burló todo tipo de seguridad, pues hasta los periodistas tienen muchos problemas para poder ingresar y llegar hasta él, como lo hizo José Luis González Quiñones, y casi se abrazan, pero la noticia corrió por todas partes, que si se analiza la supuesta intención del intruso, en realidad, no valía la pena su atrevimiento y exponerse a cuanta cosa hemos sabido llevan a cabo los custodios de seguridad de un personaje.

Se busca que la apariencia en lo personal sea óptima, pero para los adversarios que su aspecto y figura sean lo peor y denigrante, que pueda en verdad perjudicar y evitar cualquier buena opinión que se pudiera tener de los adversarios, montando los espectáculos más impresionantes y extraordinarios posibles, como lo están haciendo en las redes sociales en contra de los gobernadores del bloque opositor y, al que tenga mejor fama, es preciso quemarlo con todas las artimañas posibles, a tal grado de llevar al fiscal general de la república a las mañaneras, en donde nada tiene que hacer, para pedir el desafuero del gobernador de Tamaulipas, que por ser tiempo de elecciones, debe surtir algún efecto negativo en la actualidad, aunque los delitos que se le imputen sea pura patraña.

El jueves pasado, un pseudo periodista se arrodilló en plena mañanera, para pedir la palabra; todo mundo esperaba que en su intervención realizara alguna pregunta de impacto; pero lo que hizo sin identificarse ni señalar a que diario representaba, fue que, en su Estado Tamaulipas los ex gobernadores están en la cárcel y que, al actual gobernador tanto la delincuencia organizada y la delincuencia de cuello blanco, lo habían hecho triunfar y que había organizado el domingo pasado una mega marcha en su Estado con empleados y el cuerpo policiaco de la entidad.

Ante tal actuación, no lo dudo que, como a Lord Molécula, al pirata y a otros, pronto le den su doctorado honoris causa.

La frase muy conocida de “cómo te ven te tratan”, es completamente cierta y en el devenir de nuestra sociedad, vamos creando etiquetas con las cuales juzgamos a las personas solamente por su aspecto, procurando muchos ser cautelosos en procurar o inventar una presencia que sea favorable para la persona y obtener un pretexto a fin de aparentar ante todos, ya sea su personalidad, cualidades, conocimientos, etc., pero también para excusarse, justificarse y tratar de resultar triunfadores.

Si observamos en nuestros políticos, todos ellos presentan el síndrome del gallo de pelea, que es aparentar para dominar, en donde su principal enfermedad es la soberbia, pues necesitan ser considerados los superiores y principales en el corral, nunca por un espíritu de competitividad, sino porque siempre considerarán que los demás no les llegan ni a los tobillos, su principal objetivo es la manipulación, pero también, considerarse en ocasiones víctimas para la obtención de todo tipo de beneficios.

En la realización de sus apariencias, llevan a cabo un sinnúmero de montajes de los espectáculos más sensacionales posibles con actuaciones teatrales algunas creíbles, pero la mayoría, por su rápida improvisación, peor que su misma cuarta categoría, que sólo el pueblo bueno y sabio puede creer.

Para referirnos a algo objetivo citaremos la actuación sumamente desafortunada de algunas personas que en el vuelo comercial del domingo pasado insultaron al presidente; que se puede entender el odio y animadversión que ha provocado se pueda tener en su contra; pero es caer en el mismo juego que él desde un principio inició, de dividir, insultar, calumniar, culpar sin denunciar formalmente; pero ahora con el fin de justificar que está expuesto al pueblo, se dice que se montó el espectáculo de una persona que supuestamente burló la entrada al palacio nacional, la admisión al lugar en donde el presidente lleva a cabo su sesiones de éxtasis con sus homilías cotidianas, en las que trata de envolver a sus mascotas, pues son los únicos que acatan todo lo que él desea; que burló todo tipo de seguridad, pues hasta los periodistas tienen muchos problemas para poder ingresar y llegar hasta él, como lo hizo José Luis González Quiñones, y casi se abrazan, pero la noticia corrió por todas partes, que si se analiza la supuesta intención del intruso, en realidad, no valía la pena su atrevimiento y exponerse a cuanta cosa hemos sabido llevan a cabo los custodios de seguridad de un personaje.

Se busca que la apariencia en lo personal sea óptima, pero para los adversarios que su aspecto y figura sean lo peor y denigrante, que pueda en verdad perjudicar y evitar cualquier buena opinión que se pudiera tener de los adversarios, montando los espectáculos más impresionantes y extraordinarios posibles, como lo están haciendo en las redes sociales en contra de los gobernadores del bloque opositor y, al que tenga mejor fama, es preciso quemarlo con todas las artimañas posibles, a tal grado de llevar al fiscal general de la república a las mañaneras, en donde nada tiene que hacer, para pedir el desafuero del gobernador de Tamaulipas, que por ser tiempo de elecciones, debe surtir algún efecto negativo en la actualidad, aunque los delitos que se le imputen sea pura patraña.

El jueves pasado, un pseudo periodista se arrodilló en plena mañanera, para pedir la palabra; todo mundo esperaba que en su intervención realizara alguna pregunta de impacto; pero lo que hizo sin identificarse ni señalar a que diario representaba, fue que, en su Estado Tamaulipas los ex gobernadores están en la cárcel y que, al actual gobernador tanto la delincuencia organizada y la delincuencia de cuello blanco, lo habían hecho triunfar y que había organizado el domingo pasado una mega marcha en su Estado con empleados y el cuerpo policiaco de la entidad.

Ante tal actuación, no lo dudo que, como a Lord Molécula, al pirata y a otros, pronto le den su doctorado honoris causa.