/ domingo 21 de julio de 2019

Morena debe actuar como partido, no como gobierno

Algunos morenistas de Durango, obnubilados por el arribo al poder, no han entendido que el cambio que implica la Cuarta Transformación también incluye al partido, y en lugar de abrevar para dejar atrás vicios y componendas, “trabajan” en lo oscurito para llevar agua a su molino, a favor de intereses personales o de grupo que pretenden encumbrarse en la dirigencia de una manera excluyente.

De acuerdo a comentarios de varios de los militantes del Movimiento de Regeneración Nacional, hay tristeza y decepción por la forma en que se “pelea” por lograr la dirigencia partidista, proceso que se llevará a cabo de manera simultánea con el nacional, de ahí que los grupos que se han formado traen etiquetas de personajes de nivel central.

La renovación de las dirigencias local y nacional no debe enmarcarse en la disputa por el poder, como muchos lo hacen, sino en tratar de abonarle al partido que aún requiere de trabajo para que se convierta realmente en la opción que anhelan millones de mexicanos, y de duranguenses, y que lo del triunfo del 2018 no sea flor de un día.

El presidente de la República habla hasta el cansancio del cambio, y ese debe empezar por la casa, que en este caso sería Morena, que aún requiere del esfuerzo de sus militantes para que la sociedad lo vea realmente como una opción positiva para sacar adelante al país, y a Durango, y no lo vean como una vía para acceder al poder, como lo hicieron en el pasado los partidos hegemónicos.

Los pleitos fraternos entre morenistas, que se dieron en pos de las candidaturas y de la supremacía partidista, deben quedar atrás, para dar paso a objetivos de integración, aun cuando haya legítimas aspiraciones por llegar a las dirigencias. Esto es lo que comentan, no solamente militantes decepcionados, sino también los politólogos.

Es diferente el caso de aquellos morenistas que andan tras los espacios en el servicio público federal, como es la superdelegación que continúa acéfala, ya que Enrique Novelo, según dicen, permanece convaleciente del accidente que sufrió en motocicleta. Pero también hay recelos porque lo manifiesten abiertamente, y no jueguen en varias canchas.

Hay quienes se rasgan las vestiduras para enfrascarse en dimes y diretes estériles con otras fuerzas políticas, lo cual son meras cortinas de humo para esconder los propósitos personales que los lleven al poder por el poder, según señalamientos entre ellos mismos integrantes del partido que sin lugar a dudas ha sido un referente del sentir de los mexicanos.

En Durango tienen el fuerte bastión del Congreso del Estado, y están en equilibrio de fuerza electoral con otros partidos en cuanto a municipios se trata, pero deben dejar atrás la arrogancia y hasta soberbia de algunos que se creyeron superpoderosos, y que se han comportado de forma excluyente, cuando hay que sumar y aprovechar las fortalezas y oportunidades que aún poseen.

Los resultados electorales de este año no deben tomarse a la ligera, sino al contrario son como un acicate para que los verdaderos morenistas de Durango reflexionen y sumen esfuerzos y capacidades en favor de un partido, que según los estudios de opinión, aún puede resurgir, sobre todo amparados en la gestión de Andrés Manuel López Obrador.

Otra de las fortalezas de Morena que deberán aprovechar, pero de manera uniforme, es Gómez Palacio, otrora uno de los bastiones priistas, que ahora registra la mayoría de morenistas.

No se trata de avasallar, como algunos falsos militantes de este partido tratan de aparentar, sino de trabajar con inclusión, porque si algo les hace falta a los partidos políticos es recuperar la credibilidad ciudadana, y eso también va para los “pejistas”.

Durango tiene morenistas de alta valía política, como el actual presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, quien mantiene tranquilo y en equilibrio uno de los poderes, aun y cuando el Ejecutivo es de otra fuerza política. Y no es una alabanza personal, sino que es el sentir de todos los morenistas que lo ven como una persona seria y trabajadora.

Pero hay muchos otros con capacidad para sacar adelante al partido, como Otniel García, Sandra Amaya, Iván Gurrola, Nancy Vázquez, Armando Navarro, Aldo Pacheco, Rosendo Salgado, Héctor Vela, Alfredo Martínez, Iván Ramírez, la misma Alma Marina Vitela, y hasta Ulises Adame, entre otros muchos que sí trabajan por el morenismo.

Según comentarios de algunos personajes de este partido, hay pláticas con políticos para que se sumen a los proyectos de Morena en Durango, y según afirmaron, darán sorpresas en lo que resta del presente año.

Algunos morenistas de Durango, obnubilados por el arribo al poder, no han entendido que el cambio que implica la Cuarta Transformación también incluye al partido, y en lugar de abrevar para dejar atrás vicios y componendas, “trabajan” en lo oscurito para llevar agua a su molino, a favor de intereses personales o de grupo que pretenden encumbrarse en la dirigencia de una manera excluyente.

De acuerdo a comentarios de varios de los militantes del Movimiento de Regeneración Nacional, hay tristeza y decepción por la forma en que se “pelea” por lograr la dirigencia partidista, proceso que se llevará a cabo de manera simultánea con el nacional, de ahí que los grupos que se han formado traen etiquetas de personajes de nivel central.

La renovación de las dirigencias local y nacional no debe enmarcarse en la disputa por el poder, como muchos lo hacen, sino en tratar de abonarle al partido que aún requiere de trabajo para que se convierta realmente en la opción que anhelan millones de mexicanos, y de duranguenses, y que lo del triunfo del 2018 no sea flor de un día.

El presidente de la República habla hasta el cansancio del cambio, y ese debe empezar por la casa, que en este caso sería Morena, que aún requiere del esfuerzo de sus militantes para que la sociedad lo vea realmente como una opción positiva para sacar adelante al país, y a Durango, y no lo vean como una vía para acceder al poder, como lo hicieron en el pasado los partidos hegemónicos.

Los pleitos fraternos entre morenistas, que se dieron en pos de las candidaturas y de la supremacía partidista, deben quedar atrás, para dar paso a objetivos de integración, aun cuando haya legítimas aspiraciones por llegar a las dirigencias. Esto es lo que comentan, no solamente militantes decepcionados, sino también los politólogos.

Es diferente el caso de aquellos morenistas que andan tras los espacios en el servicio público federal, como es la superdelegación que continúa acéfala, ya que Enrique Novelo, según dicen, permanece convaleciente del accidente que sufrió en motocicleta. Pero también hay recelos porque lo manifiesten abiertamente, y no jueguen en varias canchas.

Hay quienes se rasgan las vestiduras para enfrascarse en dimes y diretes estériles con otras fuerzas políticas, lo cual son meras cortinas de humo para esconder los propósitos personales que los lleven al poder por el poder, según señalamientos entre ellos mismos integrantes del partido que sin lugar a dudas ha sido un referente del sentir de los mexicanos.

En Durango tienen el fuerte bastión del Congreso del Estado, y están en equilibrio de fuerza electoral con otros partidos en cuanto a municipios se trata, pero deben dejar atrás la arrogancia y hasta soberbia de algunos que se creyeron superpoderosos, y que se han comportado de forma excluyente, cuando hay que sumar y aprovechar las fortalezas y oportunidades que aún poseen.

Los resultados electorales de este año no deben tomarse a la ligera, sino al contrario son como un acicate para que los verdaderos morenistas de Durango reflexionen y sumen esfuerzos y capacidades en favor de un partido, que según los estudios de opinión, aún puede resurgir, sobre todo amparados en la gestión de Andrés Manuel López Obrador.

Otra de las fortalezas de Morena que deberán aprovechar, pero de manera uniforme, es Gómez Palacio, otrora uno de los bastiones priistas, que ahora registra la mayoría de morenistas.

No se trata de avasallar, como algunos falsos militantes de este partido tratan de aparentar, sino de trabajar con inclusión, porque si algo les hace falta a los partidos políticos es recuperar la credibilidad ciudadana, y eso también va para los “pejistas”.

Durango tiene morenistas de alta valía política, como el actual presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, quien mantiene tranquilo y en equilibrio uno de los poderes, aun y cuando el Ejecutivo es de otra fuerza política. Y no es una alabanza personal, sino que es el sentir de todos los morenistas que lo ven como una persona seria y trabajadora.

Pero hay muchos otros con capacidad para sacar adelante al partido, como Otniel García, Sandra Amaya, Iván Gurrola, Nancy Vázquez, Armando Navarro, Aldo Pacheco, Rosendo Salgado, Héctor Vela, Alfredo Martínez, Iván Ramírez, la misma Alma Marina Vitela, y hasta Ulises Adame, entre otros muchos que sí trabajan por el morenismo.

Según comentarios de algunos personajes de este partido, hay pláticas con políticos para que se sumen a los proyectos de Morena en Durango, y según afirmaron, darán sorpresas en lo que resta del presente año.