/ martes 13 de octubre de 2020

Morena, el hijo incómodo de AMLO

El proceso de renovación de la dirigencia nacional de Morena podría complicarle las cosas al presidente López Obrador, de cara a las elecciones intermedias del año entrante, pero sobre todo, pensando en el proyecto que se tiene para 2024.

Al momento de escribir la presente reflexión el escenario es complicado; el INE declaró un empate entre Porfirio Muñoz Ledo y Mario Delgado; aquél acusa de conspiración en el proceso y se autoproclama ganador, llamó a sus seguidores a su toma de protesta el lunes 12 de octubre; éste –Delgado- acusa a Porfirio de pretender dar un golpe de Estado en Morena para no someterse a una tercera encuesta que definiría al ganador.

De ser Muñoz Ledo las cosas no le irían bien al presidente, el actual diputado federal no se caracteriza precisamente por ser dócil y consecuente, es un tipo brillante y astuto que piensa por sí mismo, así que muy difícilmente permitirá intromisiones en las decisiones del partido –incluyendo la del presidente-, por ejemplo, al momento de elegir a los candidatos a los diferentes cargos de elección popular que se disputen mientras él dirija MORENA, lo que incluye, desde luego, la elección presidencial de 2024, lo que debe tener muy nervioso al carnal Marcelo.

Si es Mario Delgado el que llega a la dirigencia nacional, las cosas no serían necesariamente mejor para AMLO, se corre el riesgo de que el partido se rompa ante los señalamientos vertidos por Porfirio, lo que pondría generar que la izquierda haga lo que mejor sabe hacer, meterse el pié los unos a los otros. Si no me cree recuerde lo que pasó en Durango en 2019, cuando Otniel García quiso ser presidente municipal por la marca Morena.

El proceso de renovación de la dirigencia nacional de Morena podría complicarle las cosas al presidente López Obrador, de cara a las elecciones intermedias del año entrante, pero sobre todo, pensando en el proyecto que se tiene para 2024.

Al momento de escribir la presente reflexión el escenario es complicado; el INE declaró un empate entre Porfirio Muñoz Ledo y Mario Delgado; aquél acusa de conspiración en el proceso y se autoproclama ganador, llamó a sus seguidores a su toma de protesta el lunes 12 de octubre; éste –Delgado- acusa a Porfirio de pretender dar un golpe de Estado en Morena para no someterse a una tercera encuesta que definiría al ganador.

De ser Muñoz Ledo las cosas no le irían bien al presidente, el actual diputado federal no se caracteriza precisamente por ser dócil y consecuente, es un tipo brillante y astuto que piensa por sí mismo, así que muy difícilmente permitirá intromisiones en las decisiones del partido –incluyendo la del presidente-, por ejemplo, al momento de elegir a los candidatos a los diferentes cargos de elección popular que se disputen mientras él dirija MORENA, lo que incluye, desde luego, la elección presidencial de 2024, lo que debe tener muy nervioso al carnal Marcelo.

Si es Mario Delgado el que llega a la dirigencia nacional, las cosas no serían necesariamente mejor para AMLO, se corre el riesgo de que el partido se rompa ante los señalamientos vertidos por Porfirio, lo que pondría generar que la izquierda haga lo que mejor sabe hacer, meterse el pié los unos a los otros. Si no me cree recuerde lo que pasó en Durango en 2019, cuando Otniel García quiso ser presidente municipal por la marca Morena.