/ jueves 6 de febrero de 2020

Muñoz Ledo. Voz disidente en Morena, respetuoso de la institución presidencial

Las intervenciones y mensajes del diputado Porfirio Muñoz Ledo en el Congreso de la Unión, en sus artículos periodísticos y redes sociales, como figura política de los liderazgos que acompañan al presidente Andrés Manuel López Obrador y al proyecto de nación de la 4T, han motivado algunas referencias y citas en algunas de mis colaboraciones en El Sol de Durango.

Sobre todo las que ha emitido en materia educativa y las que se refieren a la soberanía nacional y el respeto a nuestra Carta Magna. Político constitucionalista, desde la tribuna del legislativo hace años reiteraba que México requería una nueva Constitución y no seguir por la ruta de las reformas parciales. De ahí su notable participación como asambleísta constituyente en el proceso que transformó el DF en la entidad federativa Ciudad de México.

Pero es la reciente declaración de Muñoz Ledo- detonada por el abrupto “frenón” que en la cámara le dieron sus compañeros del grupo mayoritario Morena en relación con su convicción en materia de derechos humanos a que inspira estas notas. “Nada le puede quitar o dar a un hombre que está más cerca de la muerte que de ver cómo se pierde en la mentira y en el autoritarismo el sueño de una transformación de México. Hoy puedo decir que hemos dado un salto hacia atrás de 30 o 40 años, y lo puedo decir porque yo lo viví. Yo no me voy de Morena. Morena se sale de mi corazón”. Esto a raíz del cuestionamiento de los compañeros por su posición en relación con la política migratoria del nuevo gobierno impuesta por el presidente Donald J. Trump.

Porfirio tiene 86 años. Su voz y reflexiones valen. Es un conocedor del sistema político mexicano y ha participado en su transformación democrática, pluripartidista con alternancias: De México y sus instituciones es un ensayo publicado en el 50 aniversario de la Revolución Mexicana. Como intelectual, legislador, diplomático y político ha estado en la antesala de las asociaciones presidenciales.

Por su trayectoria política y el papel que ha venido jugando en la República desde la segunda mitad del Siglo XX es un personaje histórico que trasciende -activo y participativo- al México del Siglo XXI. Su historia de vida como legislador y político lo dibuja como un hombre de partidos. Empezó en 1954 como militante del PRI y ha transitado por el PARM, PRD, PT y Morena. En 2000 fue candidato del PARM a la presidencia de la República. Hoy en día me parece el político más experimentado de nuestro país.

Lo conocí en 1975 en la campaña presidencial de Luis Echeverría Álvarez y colaboré con el en 1976-1977 cuando ocupó la Secretaría de Educación Pública (SEP) en el gobierno del presidente José López Portillo y Pacheco. El firmó mi nombramiento de director general de Institutos Tecnológicos Regionales, dando continuidad a la designación, que a principios de 1976, hizo en mi favor, como director general de Educación Superior de la SEP, el ingeniero Víctor Bravo Ahuja, titular de la SEP en el sexenio del presidente Luis Echeverría Álvarez (1970-1976). Ambos personajes dejaron huella en el sistema político mexicano de la segunda mitad del siglo XX.

Con Muñoz Ledo participé, en 1977, en la puesta en marcha Plan Nacional de Educación, que no le tocó implementar porque fue removido de la SEP por el presidente López Portillo. En ese tiempo se decía que por su sello “echeverrista” y su cuestionamiento a la tecnocracia que empezaba a verse en el gabinete. (El discurso político “tercermundista” y de “apertura democrática” llevaba el ingrediente ideológico de Muñoz Ledo).

Al lado de ambos -en los 70- tuve el honor y la extraordinaria experiencia de haber contribuido a la configuración del Sistema Nacional de Educación Técnica y Superior. En los 70 todavía se hablaba del Proyecto Educativo de la Revolución Mexicana. Eran los tiempos de los gobiernos priistas cuando Porfirio presidio el CEN del PRI y López Obrador dirigía el de Tabasco, ejerciendo posiciones críticas dentro del sistema presidencialista con un partido hegemónico. Fui testigo en 1988 cuando Muñoz Ledo diputado hizo la primera interpelación a un presidente de la República, en el informe del presidente Miguel de la Madrid Hurtado.

Por los episodios antes señalados se entiende el contenido y el mensaje de su reciente artículo en El Universal (23/01/2020) que tituló “Prohibido prohibir”. Contundente precisó “agradezco profundamente la declaración vertida el día de ayer por el presidente López Obrador durante la mañana. En ella expreso mi respeto a la posición que ha tomado una de las mentes más lucidas de la 4T… “Porfirio es un gran dirigente y hombre de lucha; sabe muy bien que la libertad no se implora, sino que se conquista. Mi recomendación es que se abran todos los foros. Prohibido prohibir”.

Esto significa su fidelidad a la institución presidencial.

Las intervenciones y mensajes del diputado Porfirio Muñoz Ledo en el Congreso de la Unión, en sus artículos periodísticos y redes sociales, como figura política de los liderazgos que acompañan al presidente Andrés Manuel López Obrador y al proyecto de nación de la 4T, han motivado algunas referencias y citas en algunas de mis colaboraciones en El Sol de Durango.

Sobre todo las que ha emitido en materia educativa y las que se refieren a la soberanía nacional y el respeto a nuestra Carta Magna. Político constitucionalista, desde la tribuna del legislativo hace años reiteraba que México requería una nueva Constitución y no seguir por la ruta de las reformas parciales. De ahí su notable participación como asambleísta constituyente en el proceso que transformó el DF en la entidad federativa Ciudad de México.

Pero es la reciente declaración de Muñoz Ledo- detonada por el abrupto “frenón” que en la cámara le dieron sus compañeros del grupo mayoritario Morena en relación con su convicción en materia de derechos humanos a que inspira estas notas. “Nada le puede quitar o dar a un hombre que está más cerca de la muerte que de ver cómo se pierde en la mentira y en el autoritarismo el sueño de una transformación de México. Hoy puedo decir que hemos dado un salto hacia atrás de 30 o 40 años, y lo puedo decir porque yo lo viví. Yo no me voy de Morena. Morena se sale de mi corazón”. Esto a raíz del cuestionamiento de los compañeros por su posición en relación con la política migratoria del nuevo gobierno impuesta por el presidente Donald J. Trump.

Porfirio tiene 86 años. Su voz y reflexiones valen. Es un conocedor del sistema político mexicano y ha participado en su transformación democrática, pluripartidista con alternancias: De México y sus instituciones es un ensayo publicado en el 50 aniversario de la Revolución Mexicana. Como intelectual, legislador, diplomático y político ha estado en la antesala de las asociaciones presidenciales.

Por su trayectoria política y el papel que ha venido jugando en la República desde la segunda mitad del Siglo XX es un personaje histórico que trasciende -activo y participativo- al México del Siglo XXI. Su historia de vida como legislador y político lo dibuja como un hombre de partidos. Empezó en 1954 como militante del PRI y ha transitado por el PARM, PRD, PT y Morena. En 2000 fue candidato del PARM a la presidencia de la República. Hoy en día me parece el político más experimentado de nuestro país.

Lo conocí en 1975 en la campaña presidencial de Luis Echeverría Álvarez y colaboré con el en 1976-1977 cuando ocupó la Secretaría de Educación Pública (SEP) en el gobierno del presidente José López Portillo y Pacheco. El firmó mi nombramiento de director general de Institutos Tecnológicos Regionales, dando continuidad a la designación, que a principios de 1976, hizo en mi favor, como director general de Educación Superior de la SEP, el ingeniero Víctor Bravo Ahuja, titular de la SEP en el sexenio del presidente Luis Echeverría Álvarez (1970-1976). Ambos personajes dejaron huella en el sistema político mexicano de la segunda mitad del siglo XX.

Con Muñoz Ledo participé, en 1977, en la puesta en marcha Plan Nacional de Educación, que no le tocó implementar porque fue removido de la SEP por el presidente López Portillo. En ese tiempo se decía que por su sello “echeverrista” y su cuestionamiento a la tecnocracia que empezaba a verse en el gabinete. (El discurso político “tercermundista” y de “apertura democrática” llevaba el ingrediente ideológico de Muñoz Ledo).

Al lado de ambos -en los 70- tuve el honor y la extraordinaria experiencia de haber contribuido a la configuración del Sistema Nacional de Educación Técnica y Superior. En los 70 todavía se hablaba del Proyecto Educativo de la Revolución Mexicana. Eran los tiempos de los gobiernos priistas cuando Porfirio presidio el CEN del PRI y López Obrador dirigía el de Tabasco, ejerciendo posiciones críticas dentro del sistema presidencialista con un partido hegemónico. Fui testigo en 1988 cuando Muñoz Ledo diputado hizo la primera interpelación a un presidente de la República, en el informe del presidente Miguel de la Madrid Hurtado.

Por los episodios antes señalados se entiende el contenido y el mensaje de su reciente artículo en El Universal (23/01/2020) que tituló “Prohibido prohibir”. Contundente precisó “agradezco profundamente la declaración vertida el día de ayer por el presidente López Obrador durante la mañana. En ella expreso mi respeto a la posición que ha tomado una de las mentes más lucidas de la 4T… “Porfirio es un gran dirigente y hombre de lucha; sabe muy bien que la libertad no se implora, sino que se conquista. Mi recomendación es que se abran todos los foros. Prohibido prohibir”.

Esto significa su fidelidad a la institución presidencial.