/ lunes 25 de marzo de 2019

Nacionalismo y neoliberalismo

Los parámetros del neoliberalismo: Equilibrio de cuentas en el exterior, equilibrio fiscal, estabilidad cambiaria de precios, libre comercio y privatización de empresas públicas.

Porfirio Muñoz Ledo; La Ruptura Que Viene

En el ámbito local al término de estas líneas no se sabía a quién postulará el Partido Morena a la presidencia municipal de esta capital, sea en coalición con el PT como parece, por sí mismo o con otros partidos menores.

La candidatura de Gonzalo Yáñez concentra la atención de la opinión pública. Priva un escenario contradicho, en el espacio noticioso son relegados los otros candidatos ya registrados y un presidente municipal minimizado como el del Bicentenario en el comentario político.

Volviendo al tema planteado. En días pasados el presidente López Obrador declaró cancelado el neoliberalismo en México, al que calificó de instrumento de la mafia del poder generando corrupción, pobreza y entreguismo al extranjero.

En torno a la conmemoración el natalicio de Benito Juárez y la expropiación petrolera, hubo paradojas: A la convención bancaria el presidente les ofrece no legislar sobre las más grandes comisiones de América Latina que aquí cobran los bancos, e implora que los bancos se autorregulen, lo que no es ningún epitafio al neoliberalismo.

Luego se entrevista con el yerno de Donald Trump en el domicilio particular del operador político de Televisa, y se difunde que se platicó del nuevo trato comercial con los EE.UU, Canadá, uno de los bastiones del neoliberalismo cancelado; y en Oaxaca de Juárez, menciona la posibilidad de otorgar concesiones de televisión y radio a las iglesias para que eduquen en moralidad.

Un conjunto de declaraciones presidenciales que no van en línea recta con anunciada defenestración del neoliberalismo, y no compaginan con el proteccionismo de corte nacionalista con precios de garantía a productos del campo, la baja de impuestos en la faja fronteriza o con los programas sociales de asistencialismo.

El neoliberalismo fue un eufemismo en boca de Milton Friedman y Friedrich V. Hayek instrumentadores del modelo económico. El liberalismo que representaron Juárez y los héroes de la reforma se guió por las enseñanzas de John Locke y J. Stuart Mill y su filosofía del gobierno civil. Liberalismo en la libertad política del individuo ante el gobierno feudal y libertad de conciencia del mexicano contra la imposición e intolerancia de la jerarquía católica. En los países de mayoría protestante, EEUU o Inglaterra no fue tan nefasta la influencia de la gazmoñería como en México.

El neoliberalismo que impone capital financiero posterior a la caída del bloque socialista, y menguadas las oposiciones de izquierda criolla, es una estrategia y para abatir fronteras al libre mercado en países pobres y dosificarles su deuda externa en beneficio de la banca mundial.

Afirma Carlos Tello, en su Revolución de los Ricos: “Por 35 años el neoliberalismo ha buscado liberar las capacidades individuales y potenciar la libertad de los empresarios, al mismo tiempo que construye una hostilidad a toda forma de solidaridad, particularmente entre los trabajadores”.

El bastión del neoliberalismo fue retirar a los gobiernos de naciones pobres el control del banco central, aquí el Banco de México, que no promovieran el desarrollo dedicándolo a cuidar la inflación, con bajos salarios, libre comercio para la alta producción de los países ricos. Créditos para sus deudas externas con intereses fijados por la banca mundial y mantener la tasa de ganancia.

Muy arriesgado resultará aplicar planes similares al desarrollo estabilizador y el desarrollo compartido de décadas anteriores, de agricultura sin biotecnología o maquinaria de punta, y en medio de procesos industriales de productividad y competitividad que impulsa las sedes de la inteligencia y la vida artificial.

Las instituciones autónomas por ley son necesarias, y requieren ponerlas de cabeza, sacudirlas de corrupción y sometimiento al poder ejecutivo, estableciendo mecanismos de selección de sus integrantes con participación ponderada de sectores afines y ciudadanos.

Los parámetros del neoliberalismo: Equilibrio de cuentas en el exterior, equilibrio fiscal, estabilidad cambiaria de precios, libre comercio y privatización de empresas públicas.

Porfirio Muñoz Ledo; La Ruptura Que Viene

En el ámbito local al término de estas líneas no se sabía a quién postulará el Partido Morena a la presidencia municipal de esta capital, sea en coalición con el PT como parece, por sí mismo o con otros partidos menores.

La candidatura de Gonzalo Yáñez concentra la atención de la opinión pública. Priva un escenario contradicho, en el espacio noticioso son relegados los otros candidatos ya registrados y un presidente municipal minimizado como el del Bicentenario en el comentario político.

Volviendo al tema planteado. En días pasados el presidente López Obrador declaró cancelado el neoliberalismo en México, al que calificó de instrumento de la mafia del poder generando corrupción, pobreza y entreguismo al extranjero.

En torno a la conmemoración el natalicio de Benito Juárez y la expropiación petrolera, hubo paradojas: A la convención bancaria el presidente les ofrece no legislar sobre las más grandes comisiones de América Latina que aquí cobran los bancos, e implora que los bancos se autorregulen, lo que no es ningún epitafio al neoliberalismo.

Luego se entrevista con el yerno de Donald Trump en el domicilio particular del operador político de Televisa, y se difunde que se platicó del nuevo trato comercial con los EE.UU, Canadá, uno de los bastiones del neoliberalismo cancelado; y en Oaxaca de Juárez, menciona la posibilidad de otorgar concesiones de televisión y radio a las iglesias para que eduquen en moralidad.

Un conjunto de declaraciones presidenciales que no van en línea recta con anunciada defenestración del neoliberalismo, y no compaginan con el proteccionismo de corte nacionalista con precios de garantía a productos del campo, la baja de impuestos en la faja fronteriza o con los programas sociales de asistencialismo.

El neoliberalismo fue un eufemismo en boca de Milton Friedman y Friedrich V. Hayek instrumentadores del modelo económico. El liberalismo que representaron Juárez y los héroes de la reforma se guió por las enseñanzas de John Locke y J. Stuart Mill y su filosofía del gobierno civil. Liberalismo en la libertad política del individuo ante el gobierno feudal y libertad de conciencia del mexicano contra la imposición e intolerancia de la jerarquía católica. En los países de mayoría protestante, EEUU o Inglaterra no fue tan nefasta la influencia de la gazmoñería como en México.

El neoliberalismo que impone capital financiero posterior a la caída del bloque socialista, y menguadas las oposiciones de izquierda criolla, es una estrategia y para abatir fronteras al libre mercado en países pobres y dosificarles su deuda externa en beneficio de la banca mundial.

Afirma Carlos Tello, en su Revolución de los Ricos: “Por 35 años el neoliberalismo ha buscado liberar las capacidades individuales y potenciar la libertad de los empresarios, al mismo tiempo que construye una hostilidad a toda forma de solidaridad, particularmente entre los trabajadores”.

El bastión del neoliberalismo fue retirar a los gobiernos de naciones pobres el control del banco central, aquí el Banco de México, que no promovieran el desarrollo dedicándolo a cuidar la inflación, con bajos salarios, libre comercio para la alta producción de los países ricos. Créditos para sus deudas externas con intereses fijados por la banca mundial y mantener la tasa de ganancia.

Muy arriesgado resultará aplicar planes similares al desarrollo estabilizador y el desarrollo compartido de décadas anteriores, de agricultura sin biotecnología o maquinaria de punta, y en medio de procesos industriales de productividad y competitividad que impulsa las sedes de la inteligencia y la vida artificial.

Las instituciones autónomas por ley son necesarias, y requieren ponerlas de cabeza, sacudirlas de corrupción y sometimiento al poder ejecutivo, estableciendo mecanismos de selección de sus integrantes con participación ponderada de sectores afines y ciudadanos.

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