/ domingo 6 de octubre de 2019

No han dado posesión a Espino como súper delegado federal

Manuel Espino Barrientos ya actúa como superdelegado federal en Durango, porque según argumenta, recibió el encargo directo del presidente López Obrador, y, sin embargo, mientras no le den posesión oficial del cargo, la responsabilidad sigue acéfala, y el escenario aún es incierto.

En tanto no se le dé posesión oficial del puesto, la superdelegación federal en Durango continúa sin titular, bajo el acecho de los intentos de las legisladoras federales de Morena, para que el puesto se le asigne a una de ellas, mientras los miles de beneficiarios de los programas sociales, están en la incertidumbre a la espera de que lleguen los apoyos que les prometió el presidente de la República.

Pese a que el mismísimo López Obrador, personalmente llamó y encargó a Manuel Espino, hacerse cargo de la llamada superdelegación, según lo declaró a los medios, la asunción supuestamente se complicó por las manifestaciones de las 4 diputadas federales, y la senadora, todas ellas de Morena, en contra del nombramiento del exsecretario general del gobierno municipal de Naucalpan, Estado de México.

Todo estaba previsto para que el primero de octubre Espino empezara funciones, luego de haber recibido las instrucciones directas de AMLO y, sin embargo, algo sucedió, ya que hasta el momento no ha llegado el coordinador de Delegaciones del gobierno federal, Gabriel García Hernández, a protocolizar el nombramiento presidencial.

Las legisladoras federales impulsadas por la ocupante de un escaño en la Cámara Alta, descalifican a Manuel Espino para hacerse cargo del puesto, y esgrimen la propuesta de la diputada Patricia Ortega, para llegar a coordinar los programas sociales del gobierno federal en Durango, y ser un enlace con las autoridades locales.

Se critica el activismo de las “hacedoras de leyes”, para tratar de obtener un puesto, en un afán que se vislumbra meramente “chambista”, cuando al parecer las dietas que perciben como legisladoras, ya no les resulta tan atractivas. O al menos eso es lo que evidencian.

Y también que en este caso se muestren tan apasionadas y activas, mientras que permanecen estáticas, inmóviles, en lo que se refiere al ante proyecto de Presupuesto Federal 2020 para Durango, que llega a la Cámara Legislativa, con una merma de más del 3 por ciento, con relación al monto aprobado en el presente año.

Llama la atención que las legisladoras se erigieran en un frente común para oponerse a una decisión presidencial, y dejen de lado lo que es realmente su función legislativa, y sobre todo que no les importe que a Durango se le pretenda castigar con una drástica disminución en los recursos proyectados para el año próximo.

Según, los que saben de esto, a las legisladoras las mueven personajes de Morena que están en desacuerdo con AMLO con el nombramiento, y quieren que recaiga tal responsabilidad, en alguno de los militantes del partido.

En los corrillos y cafés políticos, hicieron un comparativo de las estaturas políticas y de experiencia en la administración pública, de Espino y la diputada Ortega: no hay punto de comparación, ya que la legisladora es una bisoña en estas lides del servicio público. Espino ha sido dos ocasiones diputado federal, sabe los tejes y manejes para aprobar un presupuesto.

Las legisladoras carecen de los puentes de comunicación, y de las relaciones que Manuel tiene con el gobernador y la clase política duranguense, afirman las comparaciones que se hicieran en radio pasillo. Pero al final, todo puede suceder, y se espera el manotazo de AMLO, o que se retracte de la invitación que le hiciera a Espino.

Y mientras le dan posesión, Manuel Espino dedicó, desde el jueves a domingo pasados, a entrevistarse con personajes de la política en Durango, con el gobernador Aispuro lo hizo el sábado, según trascendió para refrendar una relación institucional que tendría como único objetivo, Durango.

Pero también sostuvo pláticas personales con algunos de los alcaldes, como Jorge Salum de Durango, y Homero Martínez de Lerdo. Los 10 diputados locales de Morena, le expresaron apoyo al presidente López Obrador, al fijarse en Espino para la superdelegación.

En sus decisiones, López Obrador se ha mantenido firme y no ha dado marcha atrás, por lo que es difícil que lo haga con el nombramiento de Espino, y las morenistas tengan que dedicarse a legislar, en lugar de andar haciendo grilla, es lo que les dicen los propios militantes de su partido. Aunque como dicen los politólogos, todo puede suceder antes de que caiga el “out 27”.

Y sin embargo, aunque Manuel Espino se ha dedicado a cabildear con los personajes de la política local, en su calidad de superdelegado federal, aún no ostenta oficialmente el cargo, lo cual únicamente parecer ser de protocolo, y que AMLO no vaya a dar marcha atrás por la presión de sus legisladoras federales.

Manuel Espino Barrientos ya actúa como superdelegado federal en Durango, porque según argumenta, recibió el encargo directo del presidente López Obrador, y, sin embargo, mientras no le den posesión oficial del cargo, la responsabilidad sigue acéfala, y el escenario aún es incierto.

En tanto no se le dé posesión oficial del puesto, la superdelegación federal en Durango continúa sin titular, bajo el acecho de los intentos de las legisladoras federales de Morena, para que el puesto se le asigne a una de ellas, mientras los miles de beneficiarios de los programas sociales, están en la incertidumbre a la espera de que lleguen los apoyos que les prometió el presidente de la República.

Pese a que el mismísimo López Obrador, personalmente llamó y encargó a Manuel Espino, hacerse cargo de la llamada superdelegación, según lo declaró a los medios, la asunción supuestamente se complicó por las manifestaciones de las 4 diputadas federales, y la senadora, todas ellas de Morena, en contra del nombramiento del exsecretario general del gobierno municipal de Naucalpan, Estado de México.

Todo estaba previsto para que el primero de octubre Espino empezara funciones, luego de haber recibido las instrucciones directas de AMLO y, sin embargo, algo sucedió, ya que hasta el momento no ha llegado el coordinador de Delegaciones del gobierno federal, Gabriel García Hernández, a protocolizar el nombramiento presidencial.

Las legisladoras federales impulsadas por la ocupante de un escaño en la Cámara Alta, descalifican a Manuel Espino para hacerse cargo del puesto, y esgrimen la propuesta de la diputada Patricia Ortega, para llegar a coordinar los programas sociales del gobierno federal en Durango, y ser un enlace con las autoridades locales.

Se critica el activismo de las “hacedoras de leyes”, para tratar de obtener un puesto, en un afán que se vislumbra meramente “chambista”, cuando al parecer las dietas que perciben como legisladoras, ya no les resulta tan atractivas. O al menos eso es lo que evidencian.

Y también que en este caso se muestren tan apasionadas y activas, mientras que permanecen estáticas, inmóviles, en lo que se refiere al ante proyecto de Presupuesto Federal 2020 para Durango, que llega a la Cámara Legislativa, con una merma de más del 3 por ciento, con relación al monto aprobado en el presente año.

Llama la atención que las legisladoras se erigieran en un frente común para oponerse a una decisión presidencial, y dejen de lado lo que es realmente su función legislativa, y sobre todo que no les importe que a Durango se le pretenda castigar con una drástica disminución en los recursos proyectados para el año próximo.

Según, los que saben de esto, a las legisladoras las mueven personajes de Morena que están en desacuerdo con AMLO con el nombramiento, y quieren que recaiga tal responsabilidad, en alguno de los militantes del partido.

En los corrillos y cafés políticos, hicieron un comparativo de las estaturas políticas y de experiencia en la administración pública, de Espino y la diputada Ortega: no hay punto de comparación, ya que la legisladora es una bisoña en estas lides del servicio público. Espino ha sido dos ocasiones diputado federal, sabe los tejes y manejes para aprobar un presupuesto.

Las legisladoras carecen de los puentes de comunicación, y de las relaciones que Manuel tiene con el gobernador y la clase política duranguense, afirman las comparaciones que se hicieran en radio pasillo. Pero al final, todo puede suceder, y se espera el manotazo de AMLO, o que se retracte de la invitación que le hiciera a Espino.

Y mientras le dan posesión, Manuel Espino dedicó, desde el jueves a domingo pasados, a entrevistarse con personajes de la política en Durango, con el gobernador Aispuro lo hizo el sábado, según trascendió para refrendar una relación institucional que tendría como único objetivo, Durango.

Pero también sostuvo pláticas personales con algunos de los alcaldes, como Jorge Salum de Durango, y Homero Martínez de Lerdo. Los 10 diputados locales de Morena, le expresaron apoyo al presidente López Obrador, al fijarse en Espino para la superdelegación.

En sus decisiones, López Obrador se ha mantenido firme y no ha dado marcha atrás, por lo que es difícil que lo haga con el nombramiento de Espino, y las morenistas tengan que dedicarse a legislar, en lugar de andar haciendo grilla, es lo que les dicen los propios militantes de su partido. Aunque como dicen los politólogos, todo puede suceder antes de que caiga el “out 27”.

Y sin embargo, aunque Manuel Espino se ha dedicado a cabildear con los personajes de la política local, en su calidad de superdelegado federal, aún no ostenta oficialmente el cargo, lo cual únicamente parecer ser de protocolo, y que AMLO no vaya a dar marcha atrás por la presión de sus legisladoras federales.