/ sábado 16 de marzo de 2019

No podía haber dos directores en el ICED

No conocemos a un funcionario que haya renunciado. Argumentan que renuncian “Por motivos de salud” o que se van a dedicar a sus negocios privados. Por fortuna, la sociedad duranguense ya no se “chupa el dedo”. En el fondo, lo que sucede es muy sencillo: Los despiden y por cortesía hasta les abren las puertas para que nunca más regresen. Es el caso de la “renuncia” de Daniel Hernández Vela que estuvo al frente de Promoción y Difusión Cultural en el Instituto de Cultura del Estado, durante 1 año 10 meses. Desde antes de llegar a esa dirección, comentaba a los cuatro vientos que correrían a Víctor Hugo Galván y eso no fue renuncia como la de Daniel. Cuando llegó al ICED, su directora Socorro Soto Alanís, supo perfectamente quien lo mandaba, como le mandaron a muchos otros. Ella, que prometió la Revolución Cultural de la Alternancia no llegó ni a manifestación en la IV Centenario.

En unos cuantos días los trabajadores del ICED, se dieron cuenta quien mandaba en el Instituto, que había dos directores: La Legal Socorro Soto y de facto Danilo. Tampoco pasó mucho tiempo, para darnos cuenta, de la política cultural del director de facto, la cual, se vio reflejada en el primer Festival Revueltas que le tocó organizar y que pasó a la historia, por qué su clausura estuvo a cargo de las palenqueras Edith Márquez y Ana Bárbara, para beneplácito de la familia Revueltas. No estaría por demás recordar, que gran parte de los artistas del Festival fueron contratados por una empresaria de Torreón, Coahuila, amiga y socia de Daniel Hernández. Hay quienes conocen en cuánto se cotiza una cantante como Ana Bárbara, cuando se le contrata para actuar en un palenque. Le pagan entre 300 y 450 mil pesos pero no, 2 millones de pesos que le pagaron por la clausura del Festival.

En los hechos, desplazó a Socorro, él aprobaba todo, todos los asuntos pasaban por su escritorio. Él tenía todo el apoyo de quien lo recomendó, Daniel es un joven sin experiencia en políticas culturales, ignorante en temas de promoción y difusión cultural por eso, tarde o temprano tenía que “renunciar”. La gota que derramó el vaso, fue el segundo Festival Revueltas de la alternancia. Anunció como el acontecimiento cultural del siglo XXI, la presentación del tenor Plácido Domingo y además, que sería, la única en el país en el 2018, cosa que no fue así. Pero lo más grave resulta, que inflaron los contratos de varios artistas y grupos a la hora de contratarlos, que por cierto, el joven maestro de Difusión y Gestión Cultural no tenía facultades para ello aunque fuera, director de facto. Por estos famosos contratos, Daniel sin saberlo construyó el camino a su “renuncia”. Habrá quien te ayude, pero no quien te salve.

Ironías del destino: Fue desde el Congreso del Estado, y, no, de la Comunidad Cultural. El diputado Iván Gurrola les pidió cuentas a los responsables del ICED de los famosos contratos para que demostraran, si no hubo irregularidades en el pago de honorarios ya que éstos se pagaron con recursos públicos. Daniel contestó que en el mes de enero rendiría cuentas ante el Congreso. Pero ya se fueron las nieves de enero y hasta el día de hoy las autoridades del ICED, no han comparecido de manera oficial en el Congreso. Pero como siempre sucede, se filtró que hubo una reunión en lo oscurito donde todo salió bien.

Cuando un funcionario renuncia no quiere decir, que este exento de responsabilidades administrativas, pues la misma Ley, establece para esos efectos plazos y términos. El diputado Iván Gurrola tiene la última palabra. ¿Quién reparará el daño que se le ha hecho a la cultura y en especial, a la comunidad cultural? Es hora de que la “guerrillera” de la cultura tome cartas en el asunto.

No conocemos a un funcionario que haya renunciado. Argumentan que renuncian “Por motivos de salud” o que se van a dedicar a sus negocios privados. Por fortuna, la sociedad duranguense ya no se “chupa el dedo”. En el fondo, lo que sucede es muy sencillo: Los despiden y por cortesía hasta les abren las puertas para que nunca más regresen. Es el caso de la “renuncia” de Daniel Hernández Vela que estuvo al frente de Promoción y Difusión Cultural en el Instituto de Cultura del Estado, durante 1 año 10 meses. Desde antes de llegar a esa dirección, comentaba a los cuatro vientos que correrían a Víctor Hugo Galván y eso no fue renuncia como la de Daniel. Cuando llegó al ICED, su directora Socorro Soto Alanís, supo perfectamente quien lo mandaba, como le mandaron a muchos otros. Ella, que prometió la Revolución Cultural de la Alternancia no llegó ni a manifestación en la IV Centenario.

En unos cuantos días los trabajadores del ICED, se dieron cuenta quien mandaba en el Instituto, que había dos directores: La Legal Socorro Soto y de facto Danilo. Tampoco pasó mucho tiempo, para darnos cuenta, de la política cultural del director de facto, la cual, se vio reflejada en el primer Festival Revueltas que le tocó organizar y que pasó a la historia, por qué su clausura estuvo a cargo de las palenqueras Edith Márquez y Ana Bárbara, para beneplácito de la familia Revueltas. No estaría por demás recordar, que gran parte de los artistas del Festival fueron contratados por una empresaria de Torreón, Coahuila, amiga y socia de Daniel Hernández. Hay quienes conocen en cuánto se cotiza una cantante como Ana Bárbara, cuando se le contrata para actuar en un palenque. Le pagan entre 300 y 450 mil pesos pero no, 2 millones de pesos que le pagaron por la clausura del Festival.

En los hechos, desplazó a Socorro, él aprobaba todo, todos los asuntos pasaban por su escritorio. Él tenía todo el apoyo de quien lo recomendó, Daniel es un joven sin experiencia en políticas culturales, ignorante en temas de promoción y difusión cultural por eso, tarde o temprano tenía que “renunciar”. La gota que derramó el vaso, fue el segundo Festival Revueltas de la alternancia. Anunció como el acontecimiento cultural del siglo XXI, la presentación del tenor Plácido Domingo y además, que sería, la única en el país en el 2018, cosa que no fue así. Pero lo más grave resulta, que inflaron los contratos de varios artistas y grupos a la hora de contratarlos, que por cierto, el joven maestro de Difusión y Gestión Cultural no tenía facultades para ello aunque fuera, director de facto. Por estos famosos contratos, Daniel sin saberlo construyó el camino a su “renuncia”. Habrá quien te ayude, pero no quien te salve.

Ironías del destino: Fue desde el Congreso del Estado, y, no, de la Comunidad Cultural. El diputado Iván Gurrola les pidió cuentas a los responsables del ICED de los famosos contratos para que demostraran, si no hubo irregularidades en el pago de honorarios ya que éstos se pagaron con recursos públicos. Daniel contestó que en el mes de enero rendiría cuentas ante el Congreso. Pero ya se fueron las nieves de enero y hasta el día de hoy las autoridades del ICED, no han comparecido de manera oficial en el Congreso. Pero como siempre sucede, se filtró que hubo una reunión en lo oscurito donde todo salió bien.

Cuando un funcionario renuncia no quiere decir, que este exento de responsabilidades administrativas, pues la misma Ley, establece para esos efectos plazos y términos. El diputado Iván Gurrola tiene la última palabra. ¿Quién reparará el daño que se le ha hecho a la cultura y en especial, a la comunidad cultural? Es hora de que la “guerrillera” de la cultura tome cartas en el asunto.