/ martes 7 de septiembre de 2021

No robar, no mentir, no traicionar

A 15 días de concluir la 68 legislatura, los diputados de MORENA se pusieron creativos, echaron mano de los números que les daban mayoría y reformaron la Ley Orgánica del Congreso para que la presidencia de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO) de la 69 legislatura recayera otra vez en MORENA, lo que desde luego molestó a los otros partidos.

Es importante decir que la JUCOPO es el órgano de gobierno interior del Congreso, es quien lo administra y además organiza la agenda legislativa, pero lo más importante (de ahí el pleito), es quien distribuye las comisiones legislativas y maneja los dineros. Los diputados de MORENA sostuvieron ante quienes los querían oír que la reforma traería la democratización a la JUCOPO: “El ciudadano debe ser el centro de las decisiones” -Iván Gurrola-; “estamos empoderando al pueblo” -Sandra Amaya-; “es una iniciativa de avanzada que pone al ciudadano por encima de los acuerdos en lo oscurito” -Otniel García.

Días después, los diputados de MORENA lo pensaron mejor y decidieron que eso de la democratización, de empoderar al pueblo y de colocarlo por encima de los acuerdos en lo oscurito fue una ofuscación mal sana provocada por la resaca de haber perdido las elecciones; reconocieron tácitamente que todo ese choro mareador que inventaron quedaba para una mejor ocasión, al fin que el pueblo es aguantador y todo olvida.

Los impulsos y razones que estos tres personajes tuvieron para mentir y traicionar a quienes les creyeron algún día se sabrán, por lo pronto al cierre de su mandato le aprobaron todo al gobernador. Después de todo les afloró el priista que llevan dentro.

Y a propósito de no robar, le voy a contar una historia que le va a resultar muy familiar, puede que hasta encuentre semejanzas y similitudes con lo que ocurre en Durango. Resulta que el PT maneja en Nuevo León los Centros de Desarrollo Infantil (Cendis), la directora es María Guadalupe Rodríguez, funcionaria del PT y esposa de Alberto Anaya, dueño del partido.

A ella, el gobierno de Nuevo León le depositó en su cuenta personal 120 millones de pesos, dinero etiquetado para la operación de los Cendis, pero el INE detectó que 60 millones fueron entregados a Héctor Quiroz, comisionado nacional del PT, por lo que el partido fue multado con 119.8 millones de pesos.

A 15 días de concluir la 68 legislatura, los diputados de MORENA se pusieron creativos, echaron mano de los números que les daban mayoría y reformaron la Ley Orgánica del Congreso para que la presidencia de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO) de la 69 legislatura recayera otra vez en MORENA, lo que desde luego molestó a los otros partidos.

Es importante decir que la JUCOPO es el órgano de gobierno interior del Congreso, es quien lo administra y además organiza la agenda legislativa, pero lo más importante (de ahí el pleito), es quien distribuye las comisiones legislativas y maneja los dineros. Los diputados de MORENA sostuvieron ante quienes los querían oír que la reforma traería la democratización a la JUCOPO: “El ciudadano debe ser el centro de las decisiones” -Iván Gurrola-; “estamos empoderando al pueblo” -Sandra Amaya-; “es una iniciativa de avanzada que pone al ciudadano por encima de los acuerdos en lo oscurito” -Otniel García.

Días después, los diputados de MORENA lo pensaron mejor y decidieron que eso de la democratización, de empoderar al pueblo y de colocarlo por encima de los acuerdos en lo oscurito fue una ofuscación mal sana provocada por la resaca de haber perdido las elecciones; reconocieron tácitamente que todo ese choro mareador que inventaron quedaba para una mejor ocasión, al fin que el pueblo es aguantador y todo olvida.

Los impulsos y razones que estos tres personajes tuvieron para mentir y traicionar a quienes les creyeron algún día se sabrán, por lo pronto al cierre de su mandato le aprobaron todo al gobernador. Después de todo les afloró el priista que llevan dentro.

Y a propósito de no robar, le voy a contar una historia que le va a resultar muy familiar, puede que hasta encuentre semejanzas y similitudes con lo que ocurre en Durango. Resulta que el PT maneja en Nuevo León los Centros de Desarrollo Infantil (Cendis), la directora es María Guadalupe Rodríguez, funcionaria del PT y esposa de Alberto Anaya, dueño del partido.

A ella, el gobierno de Nuevo León le depositó en su cuenta personal 120 millones de pesos, dinero etiquetado para la operación de los Cendis, pero el INE detectó que 60 millones fueron entregados a Héctor Quiroz, comisionado nacional del PT, por lo que el partido fue multado con 119.8 millones de pesos.