/ domingo 14 de junio de 2020

No somos culpables, pero todos somos responsables

Hasta hace unos meses, los indicadores económicos se medían con la paridad del peso frente al dólar, la Bolsa de Valores de Nueva York, la de México, los precios del petróleo, las calificadoras, la Inversión Extranjera Directa, las remesas, la fuga de capitales, entre otros indicadores. Pero hoy quien dice cómo anda la economía en el mundo se llama coronavirus. Un pequeño detalle: no estamos preparados para ello, y lo más grave es que no vemos una luz al final del túnel. Los gobiernos federal y estatal están haciendo su parte, el problema radica en que el tema de la salud los está rebasando. Es verdad, ya sabíamos que nuestra economía y nuestro sistema de salud eran muy vulnerables, pero no al grado de que por un virus se colapse todo el país. ¿Depende de los gobiernos federales, estatales y municipales salvarnos? De entrada, parecería que sí, pero no hay que olvidarnos de lo que dijo Carlos Monsiváis: “autoayúdate que Dios te autoayudará”.

Aquí en Durango andamos en las calles, como decía José Alfredo Jiménez: “no vale nada la vida, la vida no vale nada, comienza siempre llorando y así llorando se acaba”. El secretario de Salud del estado, Sergio González le ha pedido en todas las ruedas de prensa a la sociedad que sigan los protocolos de salud. Que, si no nos cuidamos, un día, sin remedio, el sistema de salud estatal se colapsará. Recuerden: sobre aviso no hay engaño. Estamos en riesgo, de acuerdo al secretario de Salud, ni siquiera tenemos suficientes médicos para atender a las personas contagiadas. Y si esto llegara a suceder, que no estamos lejos, el problema no se va a solucionar pidiendo la renuncia del Dr. Sergio González. Los ciudadanos cuando ya tenemos el agua hasta el cuello, siempre culpamos al gobierno de todos nuestros males, pero no asumimos nuestra responsabilidad como es el caso.

No debemos olvidar que por la contingencia el Ejecutivo federal emitió un decreto el pasado mes de marzo, el cual le da facultades a los gobernadores, autoridades de salud y presidentes municipales para obligarnos a obedecer a la autoridad. El gobernador del estado José Rosas Aispuro Torres tiene un doctorado en Derecho Constitucional y sabe cuáles son los alcances del decreto en referencia. Este no viola derechos humanos o garantías individuales, pero sí establece restricciones para cuidar a la sociedad de un contagio masivo. Las medidas anunciadas ayer por el gobierno del estado parecen ser la última llamada a no contagiar o ser contagiados. Todo se puede si nosotros somos responsables, de no ser así, se nos podrá obligar por la vía legal a obedecer los protocolos y quien no lo haga podrá ser sancionado. Olvidémonos, por un tiempo, del “valemadrismo” que llevamos dentro.

Hasta hace unos meses, los indicadores económicos se medían con la paridad del peso frente al dólar, la Bolsa de Valores de Nueva York, la de México, los precios del petróleo, las calificadoras, la Inversión Extranjera Directa, las remesas, la fuga de capitales, entre otros indicadores. Pero hoy quien dice cómo anda la economía en el mundo se llama coronavirus. Un pequeño detalle: no estamos preparados para ello, y lo más grave es que no vemos una luz al final del túnel. Los gobiernos federal y estatal están haciendo su parte, el problema radica en que el tema de la salud los está rebasando. Es verdad, ya sabíamos que nuestra economía y nuestro sistema de salud eran muy vulnerables, pero no al grado de que por un virus se colapse todo el país. ¿Depende de los gobiernos federales, estatales y municipales salvarnos? De entrada, parecería que sí, pero no hay que olvidarnos de lo que dijo Carlos Monsiváis: “autoayúdate que Dios te autoayudará”.

Aquí en Durango andamos en las calles, como decía José Alfredo Jiménez: “no vale nada la vida, la vida no vale nada, comienza siempre llorando y así llorando se acaba”. El secretario de Salud del estado, Sergio González le ha pedido en todas las ruedas de prensa a la sociedad que sigan los protocolos de salud. Que, si no nos cuidamos, un día, sin remedio, el sistema de salud estatal se colapsará. Recuerden: sobre aviso no hay engaño. Estamos en riesgo, de acuerdo al secretario de Salud, ni siquiera tenemos suficientes médicos para atender a las personas contagiadas. Y si esto llegara a suceder, que no estamos lejos, el problema no se va a solucionar pidiendo la renuncia del Dr. Sergio González. Los ciudadanos cuando ya tenemos el agua hasta el cuello, siempre culpamos al gobierno de todos nuestros males, pero no asumimos nuestra responsabilidad como es el caso.

No debemos olvidar que por la contingencia el Ejecutivo federal emitió un decreto el pasado mes de marzo, el cual le da facultades a los gobernadores, autoridades de salud y presidentes municipales para obligarnos a obedecer a la autoridad. El gobernador del estado José Rosas Aispuro Torres tiene un doctorado en Derecho Constitucional y sabe cuáles son los alcances del decreto en referencia. Este no viola derechos humanos o garantías individuales, pero sí establece restricciones para cuidar a la sociedad de un contagio masivo. Las medidas anunciadas ayer por el gobierno del estado parecen ser la última llamada a no contagiar o ser contagiados. Todo se puede si nosotros somos responsables, de no ser así, se nos podrá obligar por la vía legal a obedecer los protocolos y quien no lo haga podrá ser sancionado. Olvidémonos, por un tiempo, del “valemadrismo” que llevamos dentro.