¡SOS! dramático
De médicos, enfermeras y camilleros a las autoridades y a la población. Estimado lector, a querer y no el tema del Covid- 19 es un tema imposible de soslayar en el tiempo y en el espacio. Retomo como introducción algunas líneas de uno de mis artículos escrito con anterioridad.
“Como ya estamos enterados, el aislamiento social llegó… a diferentes niveles… pero llegó.
#QUÉDATE EN CASA es la expresión que permea en todas las capas sociales, ¡es el grito de guerra! contra el Covid-19.
En todo el mundo, las empresas industriales hacen un alto total. Casi todos los centros y establecimientos comerciales, grandes y pequeños, así como de diferente mercancía, cierran.
En la industria de los servicios se frena todo, hoteles, restaurantes, barberías, estéticas, entre otras muchas más, se quedan detenidas. Todo el comercio informal queda fuera de cuadro.
Las instituciones educativas de todos los niveles detienen su marcha.
Afuera sólo se quedan los que instan a través de la persuasión o por la fuerza a los transeúntes y automovilistas a abandonar la calle.
¡Las únicas “casas grandes” con un gran movimiento interno, pero restringido, son los hospitales!
Dentro del maremágnum de información y desinformación, más la segunda que la primera, parece que en vez de salir de esta terrible situación… parece… que no queremos salir de ella, al contrario… desafiamos la muerte, con información válida o no… pero así es.
Con una frecuencia inusual me llegan mensajes, leo mensajes o me llegan comentarios o bien me entero de ellos a través de los amigos que ejercen la noble tarea de la medicina.
Es un dramático ¡SOS! a las autoridades y a la población, ya no para que se tome conciencia de este terrible virus que es el Covid-19.
¡Claman a las autoridades apoyo urgente en medicamento, equipo y protección para ellos y sus familias!
¡Claman a las autoridades medidas eficaces que eviten con efectividad la movilidad de la población!
¡Suplican al borde del reclamo a la población que tomen conciencia de sus acciones!
Ciertamente que se han cambiado los colores de los semáforos, ciertamente se ha permitido abrir de manera gradual algunas de las actividades no esenciales. Pero esto… hay que admitirlo… ¡empeoró la situación! Y lo que más preocupa es la tendencia a agravarse más.
No se trata en este momento de buscar culpables, de lo que se trata es de actuar, de lo que se trata es de tomar decisiones para bien de todos. ¿Que si percibo esta situación desde afuera? Sí.
Tengo amigos que se han contagiado y que superaron la crisis gracias a médicos y enfermeras. Tengo amigos que han perdido la batalla contra este terrible virus. Tengo amigos médicos, enfermeras y camilleros que están en esta desventajosa lucha exponiendo su vida. Conozco a hijos de médicos que están ahí. Conozco a los directores de los hospitales.
Tengo el privilegio de conocer al C. Secretario de Salud y sé de su angustia, desesperación y responsabilidad. Tengo un hijo urgenciólogo que al igual que muchos de sus compañeros están en esta guerra.
Sí sé de qué se trata… y sí sé lo que se siente. Por eso me uno al clamor de estos nobles gremios, médicos, enfermeras, camilleros y autoridades hospitalarias, para que su voz tenga eco en sus demandas.