Recuerdos imborrables para una generación de varias décadas. Estimado lector este artículo está dedicado a quienes nos tocó la época en que cuando se enviaban mensajes lo más rápido posible era a través de un telegrama.
Recuerdos imborrables para una generación de varias décadas. Estimado lector este artículo está dedicado a quienes nos tocó la época en que cuando se enviaban mensajes lo más rápido posible era a través de un telegrama.
Samuel Finley Breese Morse (1791-1872) inventor y pintor estadounidense, tenía un gran interés por los temas de electricidad desde que estudió en Yale. Ahí había aprendido que si se interrumpía un circuito se veía un fulgor y se le ocurrió que esas interrupciones podían utilizarse como un medio de comunicación. Obsesionado con este tema y tras la muerte de su esposa Lucrecia, hizo un viaje por Europa. A su regreso en 1832, diseñó un rudimentario telégrafo (aparato que transmite y recibe mensajes por medio de impulsos eléctricos utilizando un código de signos preestablecidos). Con esta idea empezó a desplegar un sistema telegráfico de alambres con un electromagneto incorporado.
Con el dispositivo más desarrollado y listo para la transmisión de mensajes, inventó el conocido código Morse. Con este código nació el telegrama que es un documento para una comunicación escrita rápida.
Tiempo después Samuel Finley Breese Morse junto con Alfred Vail, inventaron e instalaron un sistema de telegrafía en Estados Unidos, el primero de su clase.
En 1833, Morse realiza la primera demostración pública de su telégrafo y se involucra en la tarea de construir un telégrafo práctico y despertar el interés público y del Gobierno.
Morse consiguió que el Congreso de su país aprobara un proyecto de ley para proporcionar treinta mil dólares asignados a la construcción de una línea telegráfica de 60 kms.
Morse envió el primer telegrama de la historia, de Washington a Baltimore, en Estados Unidos, el 24 de mayo de 1844, “¿What has God wrought?” ¿Qué ha creado Dios? Fue el mensaje transmitido por la línea telegráfica. El 1 de enero de 1845, Morse y Vail inauguraron la primera línea telegráfica de Estados Unidos entre Washington y Baltimore, que utilizaba un sistema de telegrafía,
El telegrama usa un tipo de escritura lacónica es concisa y breve, eliminando palabras que no representan ideas concretas. Puede ser ordinario o urgente. La tarifa del servicio se cobra de acuerdo con el número de palabras contenidas en el texto del mensaje.
Fernando Miñana, en PROVINCIAS, comenta que el telegrama, Cito, “Su irrupción a mediados del siglo XIX aceleró el mundo, pero hoy prácticamente ha desaparecido. Sobrevive por su valor legal ante un tribunal y su carácter solemne para instituciones.
Recibir un telegrama solía ser de mala noticia, aquella hoja doblada y sellada solía encerrar anuncios funestos. Aunque no siempre. También había deportistas que eran convocados para la selección española a través de de un telegrama. Y algunas familias tenían la costumbre de utilizar este servicio para felicitar las navidades. O el día de San José, que también es el día del padre, en el que se mandaban tantos que eran conocidos como lo “Pepes”. Pero el tiempo pasó y la tecnología, con el correo electrónico y los mensajes por teléfono gratuitos, fue sepultándolo. Ahora prácticamente ha desaparecido, pero no del todo. Sobrevive por dos motivos: la areola solemne y ceremoniosa que lo rodea, que hace que instituciones pública, como la Casa Real, lo sigan utilizando, y su valor legal, como prueba judicial, ante un tribunal”.
Telegramas célebres entre cientos de muchos más: El primer telegrama de Morse. El SOS del Titanic. El matemático Dirichlet era un genio con los números pero parco con las palabras, como demostró al anunciarle a su suegro que habían tenido un niño 2+1=3. Hasta la próxima!
