/ domingo 7 de junio de 2020

Ochoa se convirtió en un panista incómodo

Le salió “el tiro por la culata” al diputado panista José Antonio Ochoa, con la vulgar manifestación de misoginia y violencia política de género, que escenificó en el Congreso durante la sesión de la Comisión Permanente.

Fue prácticamente “linchado” en las redes sociales, por haber llevado a la curul de Sandra Amaya, coordinadora de la bancada de Morena, una cartera de huevos, colocados de tal manera, que pretendieron asemejar la forma del miembro sexual masculino.

“Ni sus allegados entendieron lo que pretendió manifestar con ello. Y lo peor para él, según algunos de sus compañeros panistas, es que el rebote político de lo que hizo, lo coloca en riesgo de perder la que ya casi tenía ganada, candidatura del PAN a diputado federal por el distrito 04.

Pero además, también de “rebote”, sin deberla ni temerla, afectó políticamente al primer panista del estado, al causar un conflicto del cual no era responsable, pero que en su calidad de jefe político tendrá que conciliar.

La carambola de “tres bandas” de José Antonio Ochoa, llega sin lugar a dudas, también hasta el Palacio de Escárzaga, ya que fue el coordinador de la campaña que encumbró al PAN en la Presidencia Municipal de Durango, aún con todas las tibiezas e ineficiencias con que se conduce la administración.

Y en el Partido Acción Nacional, aún no asimilan el problema que provocó la actitud de Ochoa, y al menos, hasta el momento, con el silencio hay un deslinde partidista del diputado, que tendrá que hacer más que ofrecer una disculpa a través de redes, para medio rehabilitar su imagen. Incluso, hay el sentir de blanquiazules de prosapia, de que de alguna manera se le sancione, para que inhiba este tipo de manifestaciones futuras que van en contra de los principios partidistas.

Y consolidó también de rebote, lo que era el objetivo contrario en su actuar, que Sandra Amaya, sea la presidenta de la Junta Gobierno y Coordinación Política, a partir del primero de septiembre del 2020, y hasta el 30 de agosto del 2021.

De entrada, el mensaje enviado por “Lord Huevos”, como lo calificaron las redes sociales, no tuvo relación alguna con el cuestionamiento que había planteado en la tribuna legislativa, de que se había incumplido acuerdo político para que en el tercer año de ejercicio legal de la LXVIII Legislatura, la Junta de Gobierno y Coordinación Política, fuera presidida por el PAN.

Tal vez la cuestionada acción del oriundo de Vicente Guerrero, hubiera tenido repercusiones a su favor, de haber llevado el apoyo, aunque fuera en declaraciones, de sus compañeros legisladores de bancada, y de la propia dirigencia del PAN, pero no fue así. Evidenció que, o lo dejaron solo por los resultados, o se enroló en una decisión unipersonal, mal asesorado por quien sabe quién, que al final, en la cuantificación de daños, lo deja ante un incierto futuro político.

Era entendible el enojo y frustración del diputado Ochoa, que peleaba desde hace algunos meses con sus compañeros panistas, el derecho de presidir la Junta de Gobierno y Coordinación Política a partir de septiembre próximo, pero que por las reformas a la Ley Orgánica del Congreso, la posición será asumida por una coalición parlamentaria integrada por diputados de diferentes fracciones.

Todo hubiera quedado en expresar su posición en la tribuna, y hasta se hubiera podido ganar el respeto de sus compañeros, no sólo de partido, sino de Legislatura, de haberlo hecho con un discurso de altura, acorde las circunstancias que permean el ambiente político actual. Pero dicen sus cercanos, que puso oídos a una mal asesoría, y así le fue.

Lo condenable, y así se lo hicieron saber a través de las intratables redes sociales, es que sacara a relucir su misoginia, y el espíritu de violencia política que traía escondido, para atacar a la mujer, que todo indica, será la presidenta de la Junta de Gobierno y Coordinación Política durante el tercer año de ejercicio legal de la actual Legislatura local.

Ahora todo quedó en la cancha del Instituto Estatal y de Participación Ciudadana, cuya Comisión de Quejas y Denuncias, habrá de resolver si acepta la denuncia que presentó la diputada Santa Amaya, por violencia política de género en su contra.

De darle entrada a la querella de la legisladora, que se vio acuerpada en su incursión ante el IEyPC, por la senadora y diputadas federales de Morena, además de mujeres de otros partidos como el PRI y MC, deberá ser el Consejo General la instancia que emita una resolución al respecto. Aunque dicen los que saben, que tendrá que recurrir en su análisis de la denuncia, a leyes en la materia de índole federal.

El zipizape político legislativo, contamina el escenario de incertidumbre económica, y desasosiego social, causado por la pandemia del coronavirus, pero también vislumbra lo que sucederá rumbo a la actividad electoral del 2021, en que se renovará el Congreso Federal, pero también diputaciones locales y alcaldías.

El panorama sanitario pareció no importarle al diputado panista, que sin medir consecuencias, mal asesorado, les generó problemas políticos de rebote al gobernador y al presidente municipal de Durango, y a su partido, Acción Nacional.

El inicio gradual del desconfinamiento, (que en realidad en la mayoría de los sectores ya fue total), parece no preocupar a miles de duranguenses que han incrementado su movilidad, pero que de no acatar las medidas preventivas de sanidad, el problema pudiera desbordarse en la saturación de los hospitales. Mientras los políticos se distraen en sus confrontaciones.

Le salió “el tiro por la culata” al diputado panista José Antonio Ochoa, con la vulgar manifestación de misoginia y violencia política de género, que escenificó en el Congreso durante la sesión de la Comisión Permanente.

Fue prácticamente “linchado” en las redes sociales, por haber llevado a la curul de Sandra Amaya, coordinadora de la bancada de Morena, una cartera de huevos, colocados de tal manera, que pretendieron asemejar la forma del miembro sexual masculino.

“Ni sus allegados entendieron lo que pretendió manifestar con ello. Y lo peor para él, según algunos de sus compañeros panistas, es que el rebote político de lo que hizo, lo coloca en riesgo de perder la que ya casi tenía ganada, candidatura del PAN a diputado federal por el distrito 04.

Pero además, también de “rebote”, sin deberla ni temerla, afectó políticamente al primer panista del estado, al causar un conflicto del cual no era responsable, pero que en su calidad de jefe político tendrá que conciliar.

La carambola de “tres bandas” de José Antonio Ochoa, llega sin lugar a dudas, también hasta el Palacio de Escárzaga, ya que fue el coordinador de la campaña que encumbró al PAN en la Presidencia Municipal de Durango, aún con todas las tibiezas e ineficiencias con que se conduce la administración.

Y en el Partido Acción Nacional, aún no asimilan el problema que provocó la actitud de Ochoa, y al menos, hasta el momento, con el silencio hay un deslinde partidista del diputado, que tendrá que hacer más que ofrecer una disculpa a través de redes, para medio rehabilitar su imagen. Incluso, hay el sentir de blanquiazules de prosapia, de que de alguna manera se le sancione, para que inhiba este tipo de manifestaciones futuras que van en contra de los principios partidistas.

Y consolidó también de rebote, lo que era el objetivo contrario en su actuar, que Sandra Amaya, sea la presidenta de la Junta Gobierno y Coordinación Política, a partir del primero de septiembre del 2020, y hasta el 30 de agosto del 2021.

De entrada, el mensaje enviado por “Lord Huevos”, como lo calificaron las redes sociales, no tuvo relación alguna con el cuestionamiento que había planteado en la tribuna legislativa, de que se había incumplido acuerdo político para que en el tercer año de ejercicio legal de la LXVIII Legislatura, la Junta de Gobierno y Coordinación Política, fuera presidida por el PAN.

Tal vez la cuestionada acción del oriundo de Vicente Guerrero, hubiera tenido repercusiones a su favor, de haber llevado el apoyo, aunque fuera en declaraciones, de sus compañeros legisladores de bancada, y de la propia dirigencia del PAN, pero no fue así. Evidenció que, o lo dejaron solo por los resultados, o se enroló en una decisión unipersonal, mal asesorado por quien sabe quién, que al final, en la cuantificación de daños, lo deja ante un incierto futuro político.

Era entendible el enojo y frustración del diputado Ochoa, que peleaba desde hace algunos meses con sus compañeros panistas, el derecho de presidir la Junta de Gobierno y Coordinación Política a partir de septiembre próximo, pero que por las reformas a la Ley Orgánica del Congreso, la posición será asumida por una coalición parlamentaria integrada por diputados de diferentes fracciones.

Todo hubiera quedado en expresar su posición en la tribuna, y hasta se hubiera podido ganar el respeto de sus compañeros, no sólo de partido, sino de Legislatura, de haberlo hecho con un discurso de altura, acorde las circunstancias que permean el ambiente político actual. Pero dicen sus cercanos, que puso oídos a una mal asesoría, y así le fue.

Lo condenable, y así se lo hicieron saber a través de las intratables redes sociales, es que sacara a relucir su misoginia, y el espíritu de violencia política que traía escondido, para atacar a la mujer, que todo indica, será la presidenta de la Junta de Gobierno y Coordinación Política durante el tercer año de ejercicio legal de la actual Legislatura local.

Ahora todo quedó en la cancha del Instituto Estatal y de Participación Ciudadana, cuya Comisión de Quejas y Denuncias, habrá de resolver si acepta la denuncia que presentó la diputada Santa Amaya, por violencia política de género en su contra.

De darle entrada a la querella de la legisladora, que se vio acuerpada en su incursión ante el IEyPC, por la senadora y diputadas federales de Morena, además de mujeres de otros partidos como el PRI y MC, deberá ser el Consejo General la instancia que emita una resolución al respecto. Aunque dicen los que saben, que tendrá que recurrir en su análisis de la denuncia, a leyes en la materia de índole federal.

El zipizape político legislativo, contamina el escenario de incertidumbre económica, y desasosiego social, causado por la pandemia del coronavirus, pero también vislumbra lo que sucederá rumbo a la actividad electoral del 2021, en que se renovará el Congreso Federal, pero también diputaciones locales y alcaldías.

El panorama sanitario pareció no importarle al diputado panista, que sin medir consecuencias, mal asesorado, les generó problemas políticos de rebote al gobernador y al presidente municipal de Durango, y a su partido, Acción Nacional.

El inicio gradual del desconfinamiento, (que en realidad en la mayoría de los sectores ya fue total), parece no preocupar a miles de duranguenses que han incrementado su movilidad, pero que de no acatar las medidas preventivas de sanidad, el problema pudiera desbordarse en la saturación de los hospitales. Mientras los políticos se distraen en sus confrontaciones.