/ jueves 11 de abril de 2019

Otra vez la misma gata, nomás que revolcada

¿Ve usted alguna novedad en los candidatos al municipio de la capital? Nosotros tampoco. Nos quejamos de que son los mismos de siempre, pero al final terminamos votando por ellos.

Haga usted las cuentas: entre Arturo Yáñez, Gonzalo, Jorge Salum y José Ramón, juntos suman más de 100 años en su oficio de políticos. Todos tienen historia, unos más que otros, los hay de todas las ideologías, de centroizquierda, de derecha, de izquierda y de la izquierda maoísta, pero cuando llegan al poder gracias a la democracia se vuelven democráticos, no tienen colores partidistas, gobiernan para todos, principalmente para sus amigas, amigos, compadres y comadres.

Es una verdadera lástima, como dice la gente, son los mismos de siempre. Y esos de siempre cada tres años o seis, cuando hay elecciones, nos prometen el cambio, y por supuesto que todo cambia para que todo siga igual. Gonzalo nos dirá: Yo soy la cuarta transformación, mis principios siempre han sido no robar, no engañar y no mentir.

Arturo Yáñez seguramente nos hablará del regreso del nuevo PRI, ya que en el reciente proceso interno de su partido para elegir a los candidatos, las bases decidieron mediante el voto secreto elegir sobre todo a los tres primeros regidores. El doctor José Ramón Enríquez, uno de los favoritos, volverá a inundar todo el municipio y los medios con su famosa frase “Durango, te quiero feliz”. El panista Jorge Salum del Palacio le pedirá el voto a la sociedad para consolidar la alternancia.

Y por todo este espectáculo electoral del cual usted y yo seremos testigos, pagaremos un boleto muy caro en primera fila y toda esta obra será financiada con nuestros impuestos, porque no ha nacido el político que saque dinero de su bolsa para financiar sus campañas.

Ante esta realidad, nosotros como ciudadanos no hallamos por quién votar, si por los mismos de siempre, o formar parte del abstencionismo. A propósito, ya que hablamos de este problema, se escucha decir que habrá una participación tan sólo del 43%.

En tiempos pasados el abstencionismo beneficiaba al PRI, pero ahora, como están las circunstancias, le pueden favorecer al PAN. Nosotros le seguiremos apostando a que la gente salga a votar como sucedió en 2016 y 2018. Hay que recordar que con votos o sin ellos, las elecciones cuestan lo mismo,

Pero no le echemos toda la culpa a los mismos de siempre, nosotros como sociedad tenemos mucha responsabilidad de lo que pasa en Durango. Carecemos de verdaderos liderazgos de la sociedad civil, y si bien es cierto, los empresarios, por ejemplo, tienen cuadros para dirigir sus organismos, eso no es suficiente.

Las candidaturas independientes, por donde podrían surgir estos liderazgos, los partidos y la Ley Electoral, les ponen muchos candados, porque no tenemos el nivel de algunos países de Europa, de donde han surgido los liderazgos de la sociedad civil.

¿Ve usted alguna novedad en los candidatos al municipio de la capital? Nosotros tampoco. Nos quejamos de que son los mismos de siempre, pero al final terminamos votando por ellos.

Haga usted las cuentas: entre Arturo Yáñez, Gonzalo, Jorge Salum y José Ramón, juntos suman más de 100 años en su oficio de políticos. Todos tienen historia, unos más que otros, los hay de todas las ideologías, de centroizquierda, de derecha, de izquierda y de la izquierda maoísta, pero cuando llegan al poder gracias a la democracia se vuelven democráticos, no tienen colores partidistas, gobiernan para todos, principalmente para sus amigas, amigos, compadres y comadres.

Es una verdadera lástima, como dice la gente, son los mismos de siempre. Y esos de siempre cada tres años o seis, cuando hay elecciones, nos prometen el cambio, y por supuesto que todo cambia para que todo siga igual. Gonzalo nos dirá: Yo soy la cuarta transformación, mis principios siempre han sido no robar, no engañar y no mentir.

Arturo Yáñez seguramente nos hablará del regreso del nuevo PRI, ya que en el reciente proceso interno de su partido para elegir a los candidatos, las bases decidieron mediante el voto secreto elegir sobre todo a los tres primeros regidores. El doctor José Ramón Enríquez, uno de los favoritos, volverá a inundar todo el municipio y los medios con su famosa frase “Durango, te quiero feliz”. El panista Jorge Salum del Palacio le pedirá el voto a la sociedad para consolidar la alternancia.

Y por todo este espectáculo electoral del cual usted y yo seremos testigos, pagaremos un boleto muy caro en primera fila y toda esta obra será financiada con nuestros impuestos, porque no ha nacido el político que saque dinero de su bolsa para financiar sus campañas.

Ante esta realidad, nosotros como ciudadanos no hallamos por quién votar, si por los mismos de siempre, o formar parte del abstencionismo. A propósito, ya que hablamos de este problema, se escucha decir que habrá una participación tan sólo del 43%.

En tiempos pasados el abstencionismo beneficiaba al PRI, pero ahora, como están las circunstancias, le pueden favorecer al PAN. Nosotros le seguiremos apostando a que la gente salga a votar como sucedió en 2016 y 2018. Hay que recordar que con votos o sin ellos, las elecciones cuestan lo mismo,

Pero no le echemos toda la culpa a los mismos de siempre, nosotros como sociedad tenemos mucha responsabilidad de lo que pasa en Durango. Carecemos de verdaderos liderazgos de la sociedad civil, y si bien es cierto, los empresarios, por ejemplo, tienen cuadros para dirigir sus organismos, eso no es suficiente.

Las candidaturas independientes, por donde podrían surgir estos liderazgos, los partidos y la Ley Electoral, les ponen muchos candados, porque no tenemos el nivel de algunos países de Europa, de donde han surgido los liderazgos de la sociedad civil.