/ lunes 28 de septiembre de 2020

Otra vez la UJED con problemas económicos

El “círculo vicioso” en que se encuentran las universidades públicas, y del cual no escapa la UJED, las mantiene al borde del colapso económico, y por ende en el riesgo de iniciar un proceso de “achicamiento” de los objetivos primigenios que son la educación, la investigación y la extensión de la cultura, y que implicaría desaparecer espacios laborales.

El problema financiero de algunas de las instituciones de enseñanza superior, se originó con la intervención de los gobiernos federal y estatal, que bajo el pretexto de responder a la solicitud de auxilio, hicieron aportaciones extraordinarias de recursos públicos para que se diera respuesta positiva a demandas de índole laboral.

Los raquíticos presupuestos asignados por los mismos políticos a las instituciones públicas de educación superior, y aprobados por los legisladores, “obligó” a los gobiernos a entregar partidas extraordinarias de recursos, y apagar las manifestaciones de inconformidad en las casas de estudio.

Con una visión político- electoral, los gobernantes en turno, mantuvieron tranquilos a los universitarios, y evitaron que los sindicatos estallaran paros laborales, a la vez que aseguraron para sus respectivas causas, los nichos de votos que las universidades les representaron durante varias décadas.

En el caso de la UJED, en cada revisión contractual, el Gobierno del Estado acudió en auxilio económico para que se atendieran peticiones de los trabajadores, tanto académicos como administrativo, y con ello se impidieron las huelgas que tanto daño ocasionaron a la educación en el pasado.

Sin embargo, las Secretarías de Hacienda y Educación Pública, nunca han querido reconocer, lo que ahora los sindicatos universitarios consideran como conquistas laborales irrenunciables. Y la Universidad al no tener contemplado en su presupuesto tales partidas, recurrió a los financiamientos extraordinarios.

De tal situación, se ha generado el déficit presupuestal que acumula la UJED, y que hace crisis cada fin de año en que se tiene que atender los compromisos de prestaciones laborales, y que de acuerdo a declaraciones del rector, se calcula en 350 millones de pesos para el 2020.

Son alrededor de 12 casas de estudio, las que de manera cíclica, tienen problemas financieros, ya no para avanzar, sino para permanecer, a causa de ser dependientes económicas de los recursos gubernamentales. En el caso de la UJED, alrededor del 90% de los recursos presupuestales, provienen del gobierno.

El secretario de Educación, Esteban Moctezuma, en vista que hiciera a Durango en 2019, declaró que ya no se subsidiaría con recursos extraordinarios a las universidades públicas, a las que exhortó a realizar actividades que les permitieran allegarse los fondos necesarios para disminuir gradualmente el déficit que acumulan en sus presupuestos.

En la UJED, al menos en el presente año, no se ha logrado reducir la escasez de los recursos que respondan a los compromisos contractuales, sino al contrario se ha elevado, lo cual deja en difícil panorama de riesgo a la institución.

Ya no se diga que no hay recursos para crecer, sino al menos permanecer, y está en riesgo que se apliquen medidas drásticas que nadie quiere, pero que serían un factor de sobrevivencia, y para mantener los espacios laborales que la Universidad proporciona a miles de trabajadores.

El “círculo vicioso” en que se encuentran las universidades públicas, y del cual no escapa la UJED, las mantiene al borde del colapso económico, y por ende en el riesgo de iniciar un proceso de “achicamiento” de los objetivos primigenios que son la educación, la investigación y la extensión de la cultura, y que implicaría desaparecer espacios laborales.

El problema financiero de algunas de las instituciones de enseñanza superior, se originó con la intervención de los gobiernos federal y estatal, que bajo el pretexto de responder a la solicitud de auxilio, hicieron aportaciones extraordinarias de recursos públicos para que se diera respuesta positiva a demandas de índole laboral.

Los raquíticos presupuestos asignados por los mismos políticos a las instituciones públicas de educación superior, y aprobados por los legisladores, “obligó” a los gobiernos a entregar partidas extraordinarias de recursos, y apagar las manifestaciones de inconformidad en las casas de estudio.

Con una visión político- electoral, los gobernantes en turno, mantuvieron tranquilos a los universitarios, y evitaron que los sindicatos estallaran paros laborales, a la vez que aseguraron para sus respectivas causas, los nichos de votos que las universidades les representaron durante varias décadas.

En el caso de la UJED, en cada revisión contractual, el Gobierno del Estado acudió en auxilio económico para que se atendieran peticiones de los trabajadores, tanto académicos como administrativo, y con ello se impidieron las huelgas que tanto daño ocasionaron a la educación en el pasado.

Sin embargo, las Secretarías de Hacienda y Educación Pública, nunca han querido reconocer, lo que ahora los sindicatos universitarios consideran como conquistas laborales irrenunciables. Y la Universidad al no tener contemplado en su presupuesto tales partidas, recurrió a los financiamientos extraordinarios.

De tal situación, se ha generado el déficit presupuestal que acumula la UJED, y que hace crisis cada fin de año en que se tiene que atender los compromisos de prestaciones laborales, y que de acuerdo a declaraciones del rector, se calcula en 350 millones de pesos para el 2020.

Son alrededor de 12 casas de estudio, las que de manera cíclica, tienen problemas financieros, ya no para avanzar, sino para permanecer, a causa de ser dependientes económicas de los recursos gubernamentales. En el caso de la UJED, alrededor del 90% de los recursos presupuestales, provienen del gobierno.

El secretario de Educación, Esteban Moctezuma, en vista que hiciera a Durango en 2019, declaró que ya no se subsidiaría con recursos extraordinarios a las universidades públicas, a las que exhortó a realizar actividades que les permitieran allegarse los fondos necesarios para disminuir gradualmente el déficit que acumulan en sus presupuestos.

En la UJED, al menos en el presente año, no se ha logrado reducir la escasez de los recursos que respondan a los compromisos contractuales, sino al contrario se ha elevado, lo cual deja en difícil panorama de riesgo a la institución.

Ya no se diga que no hay recursos para crecer, sino al menos permanecer, y está en riesgo que se apliquen medidas drásticas que nadie quiere, pero que serían un factor de sobrevivencia, y para mantener los espacios laborales que la Universidad proporciona a miles de trabajadores.