/ martes 16 de noviembre de 2021

Otra vez se mueve la Sección 44

Cuando las organizaciones son víctimas de la inestabilidad, habría que ver qué es lo que a su interior sucede, porque desafortunadamente en la Sección 44 del SNTE, ya se hizo crónico el vértigo que padece, dado que un día sí y otro también, la vemos girando a tontas y a locas y que sin duda su mal va para largo, porque no hay patrón que la cure ni líder que la conduzca.

A tal grado se han agravado los males de la organización sindical, que al seno de la misma dirigencia se han calentado los ánimos, lo que ha motivado a que recientemente desde ahí mismo, se ventilaran las denuncias en torno a las aportaciones que el patrón descuenta a los trabajadores, pero que no se depositan al rubro de sus prestaciones.

Ante dichas denuncias, no les quedó de otra más que moverse a aquellos que hacen de la dirigencia un invernadero y de la lucha un hobby de simulación, porque más tardan en anunciar la batalla que en darla por concluida, agradeciendo con bombo y platillo las promesas que les hace el patrón, el que no se ha medido en excederse, al tomarles el pelo cada vez que la ingenuidad de los líderes se presta y cada vez que se ponen de modo.

En torno a dicho movimiento que ha emprendido el secretario general, por ahí me han llegado algunos mensajes un tanto groseros. Y lo afirmo así: Literalmente, porque nos tratan como menores de edad; al recomendarnos o exigirnos que no hagamos caso “a quienes critican, dividen y sabotean”.

Dicha consigna me llamó la atención, porque no sé en qué cabeza cabe, que alguien pueda sabotear a los saboteadores, o que alguien pueda traicionar a los traidores, que desgraciadamente por consignas de arriba, han sido los encargados de cuidar nuestros derechos y que bajo un descuido imperdonable las cosas se hayan complicado y ahora acudan a las bases a que los rescaten de sus negligencias y aprovechen para curarse en salud, culpando a los críticos y saboteadores de todo el stock de sus irresponsabilidades.

No aceptan sus errores y las cabezas de marro que poseen, sólo les sirve para estigmatizar a aquellos que no aprueban a pie puntillas la simulación de sus faramallas.

Para descalificar a quienes tienen el valor de decirles, que la valía del buen líder no está en aquel que mueve a cada instante a los trabajadores, porque ya se le hizo bolas el engrudo, sino aquel que aligera y prestigia la dignidad sindical ante los representados, rindiéndoles las buenas cuentas y no las puras malas como el actual.

Las críticas no son para dividir, sino para que la verdad prevalezca por encima de los intereses. Porque quién ignora que aquello por lo que supuestamente se anda luchando, es la consecuencia del descuido y la permisividad que otorgaron al patrón, para que éste cumpliera con otros compromisos, a cambio de generarle a nuestro patrimonio un déficit escandaloso, que ahora quieren que el gobierno federal responda.

Repito: Las críticas no son para dividir, mucho menos para sabotear, sino para que se pongan las pilas y acepten la verdad y la culpa en que han incurrido por omisión, porque jamás dieron la voz de alerta ni pusieron un alto a tiempo, sino dejaron hacer y pasar, ya que eso equivalía a quedar bien con quien dice distinguirlos con su amistad.

Ahora el líder con sus devaneos y simulaciones de lucha se ha metido en una situación que lo llevará más allá del mal, porque si no logra el objetivo se hundirá peor y si corriera con suerte no habría mérito que reconocer, porque no son cosas extraordinarias, sino ya están dadas y que por su negligencia y descuido el abuso ha campeado sobre ellas.

De ahí que les quede muy claro a los hambreados que andan tras el hueso, que no cualquiera puede ser líder; porque el que verdaderamente lo es, llega para defender a los maestros y no para que éstos lo saquen del atolladero, como lo han hecho muy seguido con el actual. Para resolver los problemas un buen líder es el que hace uso de la inteligencia y no de la fuerza, la que en la forma supuestamente gana, pero en el fondo siempre pierde.

Cuando las organizaciones son víctimas de la inestabilidad, habría que ver qué es lo que a su interior sucede, porque desafortunadamente en la Sección 44 del SNTE, ya se hizo crónico el vértigo que padece, dado que un día sí y otro también, la vemos girando a tontas y a locas y que sin duda su mal va para largo, porque no hay patrón que la cure ni líder que la conduzca.

A tal grado se han agravado los males de la organización sindical, que al seno de la misma dirigencia se han calentado los ánimos, lo que ha motivado a que recientemente desde ahí mismo, se ventilaran las denuncias en torno a las aportaciones que el patrón descuenta a los trabajadores, pero que no se depositan al rubro de sus prestaciones.

Ante dichas denuncias, no les quedó de otra más que moverse a aquellos que hacen de la dirigencia un invernadero y de la lucha un hobby de simulación, porque más tardan en anunciar la batalla que en darla por concluida, agradeciendo con bombo y platillo las promesas que les hace el patrón, el que no se ha medido en excederse, al tomarles el pelo cada vez que la ingenuidad de los líderes se presta y cada vez que se ponen de modo.

En torno a dicho movimiento que ha emprendido el secretario general, por ahí me han llegado algunos mensajes un tanto groseros. Y lo afirmo así: Literalmente, porque nos tratan como menores de edad; al recomendarnos o exigirnos que no hagamos caso “a quienes critican, dividen y sabotean”.

Dicha consigna me llamó la atención, porque no sé en qué cabeza cabe, que alguien pueda sabotear a los saboteadores, o que alguien pueda traicionar a los traidores, que desgraciadamente por consignas de arriba, han sido los encargados de cuidar nuestros derechos y que bajo un descuido imperdonable las cosas se hayan complicado y ahora acudan a las bases a que los rescaten de sus negligencias y aprovechen para curarse en salud, culpando a los críticos y saboteadores de todo el stock de sus irresponsabilidades.

No aceptan sus errores y las cabezas de marro que poseen, sólo les sirve para estigmatizar a aquellos que no aprueban a pie puntillas la simulación de sus faramallas.

Para descalificar a quienes tienen el valor de decirles, que la valía del buen líder no está en aquel que mueve a cada instante a los trabajadores, porque ya se le hizo bolas el engrudo, sino aquel que aligera y prestigia la dignidad sindical ante los representados, rindiéndoles las buenas cuentas y no las puras malas como el actual.

Las críticas no son para dividir, sino para que la verdad prevalezca por encima de los intereses. Porque quién ignora que aquello por lo que supuestamente se anda luchando, es la consecuencia del descuido y la permisividad que otorgaron al patrón, para que éste cumpliera con otros compromisos, a cambio de generarle a nuestro patrimonio un déficit escandaloso, que ahora quieren que el gobierno federal responda.

Repito: Las críticas no son para dividir, mucho menos para sabotear, sino para que se pongan las pilas y acepten la verdad y la culpa en que han incurrido por omisión, porque jamás dieron la voz de alerta ni pusieron un alto a tiempo, sino dejaron hacer y pasar, ya que eso equivalía a quedar bien con quien dice distinguirlos con su amistad.

Ahora el líder con sus devaneos y simulaciones de lucha se ha metido en una situación que lo llevará más allá del mal, porque si no logra el objetivo se hundirá peor y si corriera con suerte no habría mérito que reconocer, porque no son cosas extraordinarias, sino ya están dadas y que por su negligencia y descuido el abuso ha campeado sobre ellas.

De ahí que les quede muy claro a los hambreados que andan tras el hueso, que no cualquiera puede ser líder; porque el que verdaderamente lo es, llega para defender a los maestros y no para que éstos lo saquen del atolladero, como lo han hecho muy seguido con el actual. Para resolver los problemas un buen líder es el que hace uso de la inteligencia y no de la fuerza, la que en la forma supuestamente gana, pero en el fondo siempre pierde.