/ viernes 13 de noviembre de 2020

¿Otra vez violencia de género en Congreso?

No hace mucho, la diputada local Sandra Amaya fue víctima de la llamada violencia política de género, hecho ocurrido en una sesión de los diputados en dicho recinto.

El asunto llegó hasta el IEPC, el diputado panista señalado como responsable interpuso un recurso en el Tribunal Electoral del Estado, que resolvió una sanción que ejecutaría el Congreso del Estado. Hasta el día de hoy no se tiene conocimiento de si la resolución del Tribunal se acató o está pendiente su ejecución por parte de esta instancia legislativa.

Hace apenas unos cuantos días se pudo ver en un video que se hizo viral en las redes sociales al diputado David Ramos Zepeda, donde demostró que es un digno discípulo del panista Diego Fernández de Cevallos, que pasó a la inmortalidad por su frase: “se alborotó el viejerío”. El diputado, originario de la región de Los Llanos, fue en su tiempo una carta muy importante del PRD, cuando el agua y el aceite no se podían revolver.

Ahora que eso forma parte de la historia, se mueve como pez en el agua con las palomitas blancas vestidas de azul. El diputado Ramos Zepeda, con conocimiento de que goza de furo constitucional y de libertad de expresión, confunde a Chana con Felicia y a la gimnasia con la magnesia. “Haiga sido como haiga sido”, ofendió a las diputadas de Morena.

Como en este momento todo mundo está pendiente del presupuesto que se discute en la Cámara de Diputados ahí en San Lázaro, las diputadas y diputados locales están pendientes de lo que hacen o dejan de hacer las diputadas de Morena en este tema. En ocasiones, da la impresión de que algunos diputados locales se comportan como el corrido que compuso Víctor Cordero: “Gabino Barrera no entendía de razones”.

El hecho de que el diputado Ramos tenga fuero como legislador, no le da derecho de utilizar la libertad de expresión para ofender a las cuatro diputadas federales, al llamarlas “nuestras inútiles diputadas”. No sabemos tampoco en dónde quedó la iniciativa de tener un banco de datos de diputados que incurren en este tipo de violencia. Se habló en su momento de que comprobada su presunta responsabilidad, fuera o dentro de tiempos electorales, serían inhabilitados para ser candidatos a un puesto de elección popular, independientemente de otras sanciones que se pudieran aplicar.

Mientras no se haga nada a quienes practican violencia política de género seguiremos escuchando de muchos David Ramos, en legislaturas locales y federales. No hemos tenido conocimiento de que haya ofrecido una disculpa pública a dichas diputadas. Sería bueno que un asesor del Congreso, especialista en Derecho constitucional, le explique en qué consiste el fuero y qué significa la libertad de expresión.

No hace mucho, la diputada local Sandra Amaya fue víctima de la llamada violencia política de género, hecho ocurrido en una sesión de los diputados en dicho recinto.

El asunto llegó hasta el IEPC, el diputado panista señalado como responsable interpuso un recurso en el Tribunal Electoral del Estado, que resolvió una sanción que ejecutaría el Congreso del Estado. Hasta el día de hoy no se tiene conocimiento de si la resolución del Tribunal se acató o está pendiente su ejecución por parte de esta instancia legislativa.

Hace apenas unos cuantos días se pudo ver en un video que se hizo viral en las redes sociales al diputado David Ramos Zepeda, donde demostró que es un digno discípulo del panista Diego Fernández de Cevallos, que pasó a la inmortalidad por su frase: “se alborotó el viejerío”. El diputado, originario de la región de Los Llanos, fue en su tiempo una carta muy importante del PRD, cuando el agua y el aceite no se podían revolver.

Ahora que eso forma parte de la historia, se mueve como pez en el agua con las palomitas blancas vestidas de azul. El diputado Ramos Zepeda, con conocimiento de que goza de furo constitucional y de libertad de expresión, confunde a Chana con Felicia y a la gimnasia con la magnesia. “Haiga sido como haiga sido”, ofendió a las diputadas de Morena.

Como en este momento todo mundo está pendiente del presupuesto que se discute en la Cámara de Diputados ahí en San Lázaro, las diputadas y diputados locales están pendientes de lo que hacen o dejan de hacer las diputadas de Morena en este tema. En ocasiones, da la impresión de que algunos diputados locales se comportan como el corrido que compuso Víctor Cordero: “Gabino Barrera no entendía de razones”.

El hecho de que el diputado Ramos tenga fuero como legislador, no le da derecho de utilizar la libertad de expresión para ofender a las cuatro diputadas federales, al llamarlas “nuestras inútiles diputadas”. No sabemos tampoco en dónde quedó la iniciativa de tener un banco de datos de diputados que incurren en este tipo de violencia. Se habló en su momento de que comprobada su presunta responsabilidad, fuera o dentro de tiempos electorales, serían inhabilitados para ser candidatos a un puesto de elección popular, independientemente de otras sanciones que se pudieran aplicar.

Mientras no se haga nada a quienes practican violencia política de género seguiremos escuchando de muchos David Ramos, en legislaturas locales y federales. No hemos tenido conocimiento de que haya ofrecido una disculpa pública a dichas diputadas. Sería bueno que un asesor del Congreso, especialista en Derecho constitucional, le explique en qué consiste el fuero y qué significa la libertad de expresión.