/ domingo 13 de enero de 2019

Panismo tradicional cierra filas para elegir candidato propio

Están en la palestra con posibilidades de buscar la candidatura para presidente municipal de Durango: Jorge Salum, José Antonio Ochoa, Alfredo Herrera y Juan Carlos Maturino. Hasta el momento solamente Salum y Alfredo Herrera han manifestado interés.

Sube de intensidad la lucha por la candidatura panista a la Presidencia Municipal de Durango, ante la exigencia del panismo de raigambre para que los aspirantes se abran sin tapujos al ojo experto de la militancia, y ello propicie un escenario auténtico de sana competencia democrática, y elijan de manera transparente y armónica a quien abandere los colores blanco y azul, ante la necesidad por recuperar la identidad que se perdió no sólo con las coaliciones fallidas, sino también con las que supuestamente resultaron exitosas en votos.

Y es que el tono de la efervescencia al interior del PAN se eleva ante la posibilidad de que se permita la participación de José Ramón Enríquez, quien llegó a la Presidencia Municipal al amparo de una alianza que, a decir de los panistas con arraigo, perjudicó al blanquiazul en lugar de beneficiarlo, y ahora se pagan las consecuencias con militantes sin convicción ni principios que juegan abiertamente con otras siglas políticas.

Y es que el panismo está dividido, por un lado están quienes impulsan el proyecto de Enríquez para que busque la reelección a través de una coalición de partidos de los que sería una especie de ariete el PAN, al considerar que existen posibilidades de que refrende el triunfo de 2016.

Y por la otra parte, corrientes de militantes conservadores que culpan al actual jefe de la Comuna, de ser responsable de que la idiosincrasia partidista, otrora uno de los bastiones de Acción Nacional haya quedado en el olvido, para dar paso a “panistas convenencieros”, como entre ellos los llaman. Pugnan por una “candidatura pura e incólume”.

Con tal escenario, previo a la definición del método estatutario que utilizarán para seleccionar a sus abanderados a las 39 Alcaldías del Estado, y ello sin tomar en cuenta aún si decidirán ir o no en coalición, el panismo demanda que quienes pretendan luchar por la candidatura al menos en la capital, lo socialicen y dejen que se analice el perfil de cada uno, a fin de que haya elementos para tomar la decisión correcta, siempre con el objetivo de ir por las convicciones dejadas en las urnas del pasado.

Y es que según lo han comentado algunos de los miembros históricos de AN, hay el consenso para que el partido se la juegue solo, como en el pasado, y rescate lo que se quedó “escondido por ahí”.

Van en pos de los militantes decepcionados y desilusionados de lo que hiciera el partido en el pasado, que es el llamado voto duro que tantas satisfacciones le diera al panismo.

Hay confianza de que en ese “golpe de timón” que pretende aplicar el panismo, despierte asimismo el interés de ciudadanos simpatizantes que retiraron su apoyo al PAN, luego de ver cómo se aliaba con adversarios históricos de los llamados de izquierda como el PRD.

Y según pregonan ante propios y extraños, ahora no les importarán los perfiles de los candidatos de enfrente, con la seguridad de que si retoman los principios partidistas, habrán de elegir a quienes compitan con posibilidades de éxito en la elección constitucional por los 39 ayuntamientos, y de manera concreta por el de Durango.

Están en la palestra con posibilidades de buscar la candidatura para presidente municipal de Durango: Jorge Salum, José Antonio Ochoa, Alfredo Herrera y Juan Carlos Maturino. Hasta el momento solamente Salum y Alfredo Herrera han manifestado interés.

Con su característico estilo, el primero mantiene abierta la expectativa de hacerlo si las condiciones le son favorables o no. En el caso de los diputados Ochoa y Maturino, están por el mismo tenor, a la espera de que se defina el método de selección que la dirigencia nacional adelantó que será por el voto directo de la base, y esperar si entablarían alianza con otros partidos, ya sea para ir en coalición o por candidaturas comunes.

Según comentan los militantes, el único que ha formalizado y hasta oficializado su aspiración de ser el candidato del PAN, es Alfredo Herrera Deras, un empresario exitoso exdirigente de Canacintra, que también ostenta una trayectoria amplia en la política partidista: ha sido regidor, diputado local y federal, dirigente estatal y consejero local y nacional.

Pese a su amplia carrera, es una figura fresca, transparente y honesta, según los calificativos de los panistas que lo impulsan, pero también de empresarios que conocen la forma en que ha logrado sacar adelante a sus empresas, y que le ha permitido vivir con holgura sin depender económicamente de la política.

Su familia es parte de la sociedad duranguense de siempre. Y afirman que tiene el aval del “primer panista” en la entidad.

Primero tendrá que salvar el escollo que representa el factor de José Ramón Enríquez, según dicen, con quien lleva una relación de respeto, y posteriormente atraer el voto duro del panismo, lo mismo que de la ciudadanía en general, al considerar que el competidor a vencer está afuera del partido y se llama Morena.

Están en la palestra con posibilidades de buscar la candidatura para presidente municipal de Durango: Jorge Salum, José Antonio Ochoa, Alfredo Herrera y Juan Carlos Maturino. Hasta el momento solamente Salum y Alfredo Herrera han manifestado interés.

Sube de intensidad la lucha por la candidatura panista a la Presidencia Municipal de Durango, ante la exigencia del panismo de raigambre para que los aspirantes se abran sin tapujos al ojo experto de la militancia, y ello propicie un escenario auténtico de sana competencia democrática, y elijan de manera transparente y armónica a quien abandere los colores blanco y azul, ante la necesidad por recuperar la identidad que se perdió no sólo con las coaliciones fallidas, sino también con las que supuestamente resultaron exitosas en votos.

Y es que el tono de la efervescencia al interior del PAN se eleva ante la posibilidad de que se permita la participación de José Ramón Enríquez, quien llegó a la Presidencia Municipal al amparo de una alianza que, a decir de los panistas con arraigo, perjudicó al blanquiazul en lugar de beneficiarlo, y ahora se pagan las consecuencias con militantes sin convicción ni principios que juegan abiertamente con otras siglas políticas.

Y es que el panismo está dividido, por un lado están quienes impulsan el proyecto de Enríquez para que busque la reelección a través de una coalición de partidos de los que sería una especie de ariete el PAN, al considerar que existen posibilidades de que refrende el triunfo de 2016.

Y por la otra parte, corrientes de militantes conservadores que culpan al actual jefe de la Comuna, de ser responsable de que la idiosincrasia partidista, otrora uno de los bastiones de Acción Nacional haya quedado en el olvido, para dar paso a “panistas convenencieros”, como entre ellos los llaman. Pugnan por una “candidatura pura e incólume”.

Con tal escenario, previo a la definición del método estatutario que utilizarán para seleccionar a sus abanderados a las 39 Alcaldías del Estado, y ello sin tomar en cuenta aún si decidirán ir o no en coalición, el panismo demanda que quienes pretendan luchar por la candidatura al menos en la capital, lo socialicen y dejen que se analice el perfil de cada uno, a fin de que haya elementos para tomar la decisión correcta, siempre con el objetivo de ir por las convicciones dejadas en las urnas del pasado.

Y es que según lo han comentado algunos de los miembros históricos de AN, hay el consenso para que el partido se la juegue solo, como en el pasado, y rescate lo que se quedó “escondido por ahí”.

Van en pos de los militantes decepcionados y desilusionados de lo que hiciera el partido en el pasado, que es el llamado voto duro que tantas satisfacciones le diera al panismo.

Hay confianza de que en ese “golpe de timón” que pretende aplicar el panismo, despierte asimismo el interés de ciudadanos simpatizantes que retiraron su apoyo al PAN, luego de ver cómo se aliaba con adversarios históricos de los llamados de izquierda como el PRD.

Y según pregonan ante propios y extraños, ahora no les importarán los perfiles de los candidatos de enfrente, con la seguridad de que si retoman los principios partidistas, habrán de elegir a quienes compitan con posibilidades de éxito en la elección constitucional por los 39 ayuntamientos, y de manera concreta por el de Durango.

Están en la palestra con posibilidades de buscar la candidatura para presidente municipal de Durango: Jorge Salum, José Antonio Ochoa, Alfredo Herrera y Juan Carlos Maturino. Hasta el momento solamente Salum y Alfredo Herrera han manifestado interés.

Con su característico estilo, el primero mantiene abierta la expectativa de hacerlo si las condiciones le son favorables o no. En el caso de los diputados Ochoa y Maturino, están por el mismo tenor, a la espera de que se defina el método de selección que la dirigencia nacional adelantó que será por el voto directo de la base, y esperar si entablarían alianza con otros partidos, ya sea para ir en coalición o por candidaturas comunes.

Según comentan los militantes, el único que ha formalizado y hasta oficializado su aspiración de ser el candidato del PAN, es Alfredo Herrera Deras, un empresario exitoso exdirigente de Canacintra, que también ostenta una trayectoria amplia en la política partidista: ha sido regidor, diputado local y federal, dirigente estatal y consejero local y nacional.

Pese a su amplia carrera, es una figura fresca, transparente y honesta, según los calificativos de los panistas que lo impulsan, pero también de empresarios que conocen la forma en que ha logrado sacar adelante a sus empresas, y que le ha permitido vivir con holgura sin depender económicamente de la política.

Su familia es parte de la sociedad duranguense de siempre. Y afirman que tiene el aval del “primer panista” en la entidad.

Primero tendrá que salvar el escollo que representa el factor de José Ramón Enríquez, según dicen, con quien lleva una relación de respeto, y posteriormente atraer el voto duro del panismo, lo mismo que de la ciudadanía en general, al considerar que el competidor a vencer está afuera del partido y se llama Morena.