/ domingo 9 de enero de 2022

Para recuperar el podio

Pese a que varios años transcurran, cuando se trata de rescatar lo que alguna vez se tuvo, los resentimientos entre actores siguen presentes. Si bien la Unión Soviética cayó hace treinta años, Vladimir Putin ha dejado claro que Rusia quiere recuperar el podio y que están dispuestos a hacer frente a Occidente. El resultado de la Guerra Fría provocó sonrisas a un solo hemisferio, pero Oriente cree que probablemente este sea el momento para revertir las consecuencias.

Las semanas pasadas Rusia ha desplegado más de 100,000 tropas en la frontera con Ucrania y es que, aunque Crimea no sea una noticia nueva, otros países como Polonia y Lituania demandan que Occidente actúe inmediatamente. El servicio de inteligencia de Washington ha reportado que las fuerzas armadas rusas han tomado ventaja de su capacidad militar y que sin duda son movimientos agresivos. Si bien hasta el momento no ha habido un ataque directo sobre Ucrania, Kiev no olvida la historia, y con ello, el desgaste de su población, el expansionismo ruso y sus maniobras militares.

Sin embargo, para Putin ya es viejo el discurso de todos los presidentes estadounidenses que han subido al podio, mientras él se ha mantenido en el mismo lugar desde el 2000. La advertencia de fuertes sanciones económicas por parte del gobierno norteamericano no parecen intimidar mucho a Rusia. Ya bastante claro es que el presidente es férreo seguidor de recuperar la influencia, el territorio y el imperio que la URSS alguna vez tuvo. Moscú ha afirmado que no es una amenaza su despliegue de tropas, pero tampoco se ha reservado en decir que, si la presión occidental continúa, otras medidas militares serán tomadas.

De esta manera, entre cuentos de la OTAN, geopolítica y lo que alguna vez fue el Pacto de Varsovia, la historia y el hoy no son del todo diferentes. El discurso de Putin no ha cambiado desde que se terminó la Guerra Fría. Para el Kremlin es esencial que Estados Unidos garantice que Ucrania no será parte de esta cooperación militar y que tampoco se practiquen ejercicios armamentísticos cerca de este territorio. Es claro que el interés geopolítico entre Washington y Estados ex soviéticos es permanente, pero esto a la vez ha creado un dilema de seguridad en la región, pues Moscú ve estas tropas como una provocación.

En cuanto a las tensiones generadas, las autoridades insisten en que el país no tiene intención de invadir Ucrania. El mismo Putin lo informó al presidente Joe Biden en una reunión virtual, pero la presión entre ambos bloques sigue en incremento. También, alguna vez el presidente ruso denunció la amenaza a la paz por parte de la OTAN, pues argumentó que tal organización fue creada para combatir a la URSS y hoy ésta no existe.

No obstante, el deseo de Rusia de recuperar el protagonismo mundial sigue presente. Se ha reclamado la unipolaridad occidental y aunque una invasión está descartada, el proyecto ruso de revivir lo que el Estado alguna vez fue, sigue en pie. De ahí que no sea sorpresa que países ex soviéticos disfruten de las ampliaciones de la OTAN al recordar los estragos que les provocó pertenecer a la URSS. El Kremlin insiste en que esta cooperación militar debe abstenerse de sus ejercicios e intereses en Europa oriental y que cualquier conflicto sería culpa de Occidente. Mientras tanto, los planes rusos para Ucrania tampoco se cancelan. A final de cuentas Rusia es imposible de invadir y su sólida amistad con China no es fácil de ignorar. Finalmente, el corazón del mundo sigue siendo Eurasia y Estados Unidos no parece tener un total dominio sobre él.

Pese a que varios años transcurran, cuando se trata de rescatar lo que alguna vez se tuvo, los resentimientos entre actores siguen presentes. Si bien la Unión Soviética cayó hace treinta años, Vladimir Putin ha dejado claro que Rusia quiere recuperar el podio y que están dispuestos a hacer frente a Occidente. El resultado de la Guerra Fría provocó sonrisas a un solo hemisferio, pero Oriente cree que probablemente este sea el momento para revertir las consecuencias.

Las semanas pasadas Rusia ha desplegado más de 100,000 tropas en la frontera con Ucrania y es que, aunque Crimea no sea una noticia nueva, otros países como Polonia y Lituania demandan que Occidente actúe inmediatamente. El servicio de inteligencia de Washington ha reportado que las fuerzas armadas rusas han tomado ventaja de su capacidad militar y que sin duda son movimientos agresivos. Si bien hasta el momento no ha habido un ataque directo sobre Ucrania, Kiev no olvida la historia, y con ello, el desgaste de su población, el expansionismo ruso y sus maniobras militares.

Sin embargo, para Putin ya es viejo el discurso de todos los presidentes estadounidenses que han subido al podio, mientras él se ha mantenido en el mismo lugar desde el 2000. La advertencia de fuertes sanciones económicas por parte del gobierno norteamericano no parecen intimidar mucho a Rusia. Ya bastante claro es que el presidente es férreo seguidor de recuperar la influencia, el territorio y el imperio que la URSS alguna vez tuvo. Moscú ha afirmado que no es una amenaza su despliegue de tropas, pero tampoco se ha reservado en decir que, si la presión occidental continúa, otras medidas militares serán tomadas.

De esta manera, entre cuentos de la OTAN, geopolítica y lo que alguna vez fue el Pacto de Varsovia, la historia y el hoy no son del todo diferentes. El discurso de Putin no ha cambiado desde que se terminó la Guerra Fría. Para el Kremlin es esencial que Estados Unidos garantice que Ucrania no será parte de esta cooperación militar y que tampoco se practiquen ejercicios armamentísticos cerca de este territorio. Es claro que el interés geopolítico entre Washington y Estados ex soviéticos es permanente, pero esto a la vez ha creado un dilema de seguridad en la región, pues Moscú ve estas tropas como una provocación.

En cuanto a las tensiones generadas, las autoridades insisten en que el país no tiene intención de invadir Ucrania. El mismo Putin lo informó al presidente Joe Biden en una reunión virtual, pero la presión entre ambos bloques sigue en incremento. También, alguna vez el presidente ruso denunció la amenaza a la paz por parte de la OTAN, pues argumentó que tal organización fue creada para combatir a la URSS y hoy ésta no existe.

No obstante, el deseo de Rusia de recuperar el protagonismo mundial sigue presente. Se ha reclamado la unipolaridad occidental y aunque una invasión está descartada, el proyecto ruso de revivir lo que el Estado alguna vez fue, sigue en pie. De ahí que no sea sorpresa que países ex soviéticos disfruten de las ampliaciones de la OTAN al recordar los estragos que les provocó pertenecer a la URSS. El Kremlin insiste en que esta cooperación militar debe abstenerse de sus ejercicios e intereses en Europa oriental y que cualquier conflicto sería culpa de Occidente. Mientras tanto, los planes rusos para Ucrania tampoco se cancelan. A final de cuentas Rusia es imposible de invadir y su sólida amistad con China no es fácil de ignorar. Finalmente, el corazón del mundo sigue siendo Eurasia y Estados Unidos no parece tener un total dominio sobre él.

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