/ viernes 22 de octubre de 2021

Parafraseando, aquel PRI que marchitó mi vida

Dice el refrán: El pez por su boca muere. Este podría ser el caso de la polémica y aún priista Leticia Herrera Ale. Muy cercana la fecha para decidir la candidatura del PRI en 2016 al Gobierno del Estado, la percepción era que los dados estaban cargados para el “delfín” de Jorge Herrera Caldera: Esteban Villegas Villareal.

En aquel entonces fue testigo el Bicentenario de la frase pronunciada por Leticia Herrera: “Los priistas no nos volteamos, ni en la cama”. Muy pocos sabían que desde mucho tiempo atrás, ya se había decidido que Esteban sería el candidato del tricolor y los demás aspirantes, hombres y mujeres, se quedarían colgados de la brocha.

Desde esa fecha cambió la suerte del grupo político y económico que, por muchos años, hizo a la Laguna como si fuera la hacienda “la Media Luna”, de la novela Pedro Páramo escrita por Juan Rulfo. En nuestro país existen grandes paradojas: Los que tienen el poder económico desean el poder político, y los que tienen el poder político, quieren el económico.

Muy pocos privilegiados de la clase política nacional lo han logrado, quizás sólo Carlos Hank González. Cuando don Carlos Herrera se dio cuenta que nunca podría ser gobernador el Estado, hizo todo para que su hija lo fuera.

No conocemos que haya nacido en la Laguna un hombre tan poderoso como don Carlos. Un hombre que le dio todo al PRI, pero este partido también le dio mucho. Y si no hubiera sido por Ismael Hernández Deras y Maximiliano Silerio, sin duda, Carlos Herrera tenía todo para ser gobernador.

Hoy, Lety Herrera sigue buscando el sueño de ser gobernadora para honrar la memoria de su padre. Sin embargo, el PRI de hace seis años ya no existe, y mucho menos después del tsunami de 2018. Parece una ironía o una novela de humor negro. Quienes tienen menos posibilidades de ser candidata o candidato por el PRI, son Leticia Herrera y Esteban Villegas Villareal. Hay dos mensajes y lecturas que han enviado ambos: Si no somos candidatos por el tricolor, lo seremos por otros partidos.

Ya sabe usted que las políticas y los políticos engañan cuando dicen la verdad con mentiras y con las mentiras la verdad. Independientemente de todo, lo cierto es que Esteban y Lety, llegado el momento, le podrían quitar entre los dos al PRI, una buena cantidad de votos que le harían mucha falta al partido con alianza o sin alianza.

Pero tampoco estos personajes están en condiciones de poner al PRI entre la espada y la pared, partido al que le deben mucho. ¿Qué pasaría si la alianza la encabeza un panista?, ¿sería Esteban candidato a la presidencia municipal de Durango y Lety Herrera por Gómez Palacio?, ¿dejarían chiflando en la loma a la hija de Ismael Hernández Deras? Diría el clásico: Un verdadero “reborujo”.

En el caso de Esteban Villegas, a estas alturas del partido no hay quien pueda hacerlo cambiar de opinión. O soy candidato del PRI sin alianza o con alianza o lo seré por el Partido Verde y otros partidos morrallas, paleros y oportunistas.

De Leticia no podemos decir nada definitivo, pero declaró a los medios que si no era candidata por el PRI lo podría ser por otro partido. En esta ruta, sólo le quedaría Movimiento Ciudadano porque en los demás, las localidades están agotadas.

Martín Vivanco ha dicho: Vale más ir solos que mal acompañados. Pero no les crea mucho a los aprendices de políticos. Si fuera Leticia Herrera su candidata, por supuesto que no ganaría, pero eso sí, les daría una buena cantidad de votos y eso representa más dinero para este partido. Agregue los votos que les daría Gustavo Lugo. En fin, la moneda está en el aire. En la política como en el amor, nada está escrito.

Dice el refrán: El pez por su boca muere. Este podría ser el caso de la polémica y aún priista Leticia Herrera Ale. Muy cercana la fecha para decidir la candidatura del PRI en 2016 al Gobierno del Estado, la percepción era que los dados estaban cargados para el “delfín” de Jorge Herrera Caldera: Esteban Villegas Villareal.

En aquel entonces fue testigo el Bicentenario de la frase pronunciada por Leticia Herrera: “Los priistas no nos volteamos, ni en la cama”. Muy pocos sabían que desde mucho tiempo atrás, ya se había decidido que Esteban sería el candidato del tricolor y los demás aspirantes, hombres y mujeres, se quedarían colgados de la brocha.

Desde esa fecha cambió la suerte del grupo político y económico que, por muchos años, hizo a la Laguna como si fuera la hacienda “la Media Luna”, de la novela Pedro Páramo escrita por Juan Rulfo. En nuestro país existen grandes paradojas: Los que tienen el poder económico desean el poder político, y los que tienen el poder político, quieren el económico.

Muy pocos privilegiados de la clase política nacional lo han logrado, quizás sólo Carlos Hank González. Cuando don Carlos Herrera se dio cuenta que nunca podría ser gobernador el Estado, hizo todo para que su hija lo fuera.

No conocemos que haya nacido en la Laguna un hombre tan poderoso como don Carlos. Un hombre que le dio todo al PRI, pero este partido también le dio mucho. Y si no hubiera sido por Ismael Hernández Deras y Maximiliano Silerio, sin duda, Carlos Herrera tenía todo para ser gobernador.

Hoy, Lety Herrera sigue buscando el sueño de ser gobernadora para honrar la memoria de su padre. Sin embargo, el PRI de hace seis años ya no existe, y mucho menos después del tsunami de 2018. Parece una ironía o una novela de humor negro. Quienes tienen menos posibilidades de ser candidata o candidato por el PRI, son Leticia Herrera y Esteban Villegas Villareal. Hay dos mensajes y lecturas que han enviado ambos: Si no somos candidatos por el tricolor, lo seremos por otros partidos.

Ya sabe usted que las políticas y los políticos engañan cuando dicen la verdad con mentiras y con las mentiras la verdad. Independientemente de todo, lo cierto es que Esteban y Lety, llegado el momento, le podrían quitar entre los dos al PRI, una buena cantidad de votos que le harían mucha falta al partido con alianza o sin alianza.

Pero tampoco estos personajes están en condiciones de poner al PRI entre la espada y la pared, partido al que le deben mucho. ¿Qué pasaría si la alianza la encabeza un panista?, ¿sería Esteban candidato a la presidencia municipal de Durango y Lety Herrera por Gómez Palacio?, ¿dejarían chiflando en la loma a la hija de Ismael Hernández Deras? Diría el clásico: Un verdadero “reborujo”.

En el caso de Esteban Villegas, a estas alturas del partido no hay quien pueda hacerlo cambiar de opinión. O soy candidato del PRI sin alianza o con alianza o lo seré por el Partido Verde y otros partidos morrallas, paleros y oportunistas.

De Leticia no podemos decir nada definitivo, pero declaró a los medios que si no era candidata por el PRI lo podría ser por otro partido. En esta ruta, sólo le quedaría Movimiento Ciudadano porque en los demás, las localidades están agotadas.

Martín Vivanco ha dicho: Vale más ir solos que mal acompañados. Pero no les crea mucho a los aprendices de políticos. Si fuera Leticia Herrera su candidata, por supuesto que no ganaría, pero eso sí, les daría una buena cantidad de votos y eso representa más dinero para este partido. Agregue los votos que les daría Gustavo Lugo. En fin, la moneda está en el aire. En la política como en el amor, nada está escrito.