/ lunes 6 de mayo de 2019

Percepción Ciudadana

Reforma impuesta

La paz laboral, equivale a un sepulcro blanqueado. Si bien no hay huelgas y los sindicatos tradicionales están políticamente dóciles, el centro de la estrategia deber ser los trabajadores y no las fuentes de empleo.- David Páramo

Antes del Día del Trabajo el Congreso de la Unión decretó la reforma a la Ley Federal del Trabajo. Sin miramientos se declaró por parte del gobierno federal y las cámaras del Congreso que cumplían la condición externa impuesta por los legisladores demócratas del gobierno norteamericano, para allanar la firma de Tratado Trilateral de Libre Comercio.

Taxativa que dijo Nancy Pelosi, líder de legisladores del partido demócrata, será vigilada en su aplicación en México para que no suceda igual que otras leyes mexicanas.

Las autoridades y diputados de todos los partidos, no discutieron que la enmienda laboral correspondía a la reforma constitucional del Artículo 123 de febrero del 2017 que con prisa y cierto sigilo decretaron hace dos años y que debió reglamentarse en la Ley del Trabajo.

Ordena la judicialización de las juntas de conciliación y arbitraje; las elecciones sindicales abiertas, transparentes y con voto secreto; la creación de más de un sindicato en los centros laborales respetando al de la mayoría en la negociación del contrato colectivo de trabajo, que ahora debe ser aprobado en asamblea de sindicalizados; se crea un centro nacional de registro de sindicatos y contratos colectivos, etc.

La reforma constitucional del 123 Aprobado en pocas horas por todos los diputados fue impuesta por los EE.UU, y los doce países que formarían el Acuerdo Transpacífico de comercio. Proyectado por Barack Obama bajo el mando norteamericano competirían comercialmente con China. Llegó D, Trump y lo canceló, y la reforma al 123 quedó archivada en completo silencio.

Tengamos en cuenta que en 2012, después de discutir por meses la reforma a la ley para no tocar el 123 constitucional, se modificaron entre otros, el Artículo, 15 de la ley para incluir el Outsourcing para trabajos especiales, que hoy se viola diariamente al grado que empleados bancarios y de almacenes o tiendas departamentales ilegalmente están contratos por empresas de outsourcing negando hasta la burla los derechos laborales, y sigue intacto. Trump canceló el Acuerdo Transpacífico, ahora los demócratas por afanes electorales anteponen tal disposición y menguar la relación de López Obrador y la Casa Blanca, y aquí nos sometemos sin ápice de nacionalismo, conciencia social y entereza soberna, a legislar laboralmente con premura y sin vocación política.

La reforma consentida por patrones y el viejo sindicalismo exhibe el subdesarrollo social, que estamos boca abajo dijera el gran pensador, lo demuestra que los últimos aumentos al salario los han pedido los empresarios. La reforma laboral no nace por demandas razonadas de los trabajadores en sindicatos, que siguen operando por el control político y clientelar, la productividad y la capacitación en la sociedad tecnotrónica no les preocupa.

Son menos los empresarios que invierten en capacidad y financiamientos de investigación científica en universidades, en las pocas que se salvan, para incrementar producción y más dividendos, el porcentaje del salario en el producto bruto interno del país es mucho menor a la ganancia de capital, lo que es a la inversa en una nación desarrollada.

El derecho de huelga es un sambenito contra las inversiones, ocultan que el capital donde tiene posibilidades de ganancia lo hace entre violencias y guerras sea en el mundo árabe o en Israel.

De anécdota, dos gobernadores, en el pasado inmediato, fueron a Europa a traer inversiones, reunidos con empresarios les aseguraron que en Durango y Chihuahua no había huelgas y los salarios bajos les minimizarían costos de producción.

Los asistentes sorprendidos preguntaron que si no había huelgas de qué forma equilibraban salarios y los precios, porque la huelga es un proceso regulador natural entre inversión y jornada laboral, en cuanto al valor del trabajo, se retiraron de la reunión diciendo que con ese poder adquisitivito en población hay poca venta bienes de consumo duradero y de calidad similar a los que ellos producían. Claro, allá hay sindicatos auténticos y patrones con mayor sentido social.

No dejamos atrás la mediocridad y la simulación. La reforma laboral, no nace de posturas sindicales y patronales modernas. Es todo un contexto social manipulado por el gobierno, la televisión y el conservadurismo católico que no le preocupa la injustica.

Veamos: Hace tres años en los EE.UU, por tres días no hubo venta de hamburguesas y hot dog, la unanimidad de empleados de McDonald, Burger King, Carl’s Jr., Vip, etc. hicieron un paro para demandar 14 Dls p/h en vez de 7 que ganaban por jornada ardua y de pie. Los empleados se solidarizaron sin tener sindicato, demostrando los ingresos que indirectamente generaban, no obtuvieron los 14 dólares por hora pero sí un amento a 11 Dls. p/h. Televisa y Tv Azteca no dieron la noticia, también lo hacen ocultando que los futbolistas de todo el mundo tiene sindicatos y hacen huelgas, ejemplos en las ligas mayores de beisbol o futbol americano en la negociaciones de salarios de los jugadores, no vaya a provocar imitaciones.

En esas sociedades no existen triadas perversas arriba mencionadas, no vieron en los empleados de restaurantes de comida rápida, ni en los jugadores profesionales un atentado a la economía, lo ven como proceso que busca equilibrio entre el salario y el capital. El problema es que López Obrador está muy contento con el duopolio televisivo.

Reforma impuesta

La paz laboral, equivale a un sepulcro blanqueado. Si bien no hay huelgas y los sindicatos tradicionales están políticamente dóciles, el centro de la estrategia deber ser los trabajadores y no las fuentes de empleo.- David Páramo

Antes del Día del Trabajo el Congreso de la Unión decretó la reforma a la Ley Federal del Trabajo. Sin miramientos se declaró por parte del gobierno federal y las cámaras del Congreso que cumplían la condición externa impuesta por los legisladores demócratas del gobierno norteamericano, para allanar la firma de Tratado Trilateral de Libre Comercio.

Taxativa que dijo Nancy Pelosi, líder de legisladores del partido demócrata, será vigilada en su aplicación en México para que no suceda igual que otras leyes mexicanas.

Las autoridades y diputados de todos los partidos, no discutieron que la enmienda laboral correspondía a la reforma constitucional del Artículo 123 de febrero del 2017 que con prisa y cierto sigilo decretaron hace dos años y que debió reglamentarse en la Ley del Trabajo.

Ordena la judicialización de las juntas de conciliación y arbitraje; las elecciones sindicales abiertas, transparentes y con voto secreto; la creación de más de un sindicato en los centros laborales respetando al de la mayoría en la negociación del contrato colectivo de trabajo, que ahora debe ser aprobado en asamblea de sindicalizados; se crea un centro nacional de registro de sindicatos y contratos colectivos, etc.

La reforma constitucional del 123 Aprobado en pocas horas por todos los diputados fue impuesta por los EE.UU, y los doce países que formarían el Acuerdo Transpacífico de comercio. Proyectado por Barack Obama bajo el mando norteamericano competirían comercialmente con China. Llegó D, Trump y lo canceló, y la reforma al 123 quedó archivada en completo silencio.

Tengamos en cuenta que en 2012, después de discutir por meses la reforma a la ley para no tocar el 123 constitucional, se modificaron entre otros, el Artículo, 15 de la ley para incluir el Outsourcing para trabajos especiales, que hoy se viola diariamente al grado que empleados bancarios y de almacenes o tiendas departamentales ilegalmente están contratos por empresas de outsourcing negando hasta la burla los derechos laborales, y sigue intacto. Trump canceló el Acuerdo Transpacífico, ahora los demócratas por afanes electorales anteponen tal disposición y menguar la relación de López Obrador y la Casa Blanca, y aquí nos sometemos sin ápice de nacionalismo, conciencia social y entereza soberna, a legislar laboralmente con premura y sin vocación política.

La reforma consentida por patrones y el viejo sindicalismo exhibe el subdesarrollo social, que estamos boca abajo dijera el gran pensador, lo demuestra que los últimos aumentos al salario los han pedido los empresarios. La reforma laboral no nace por demandas razonadas de los trabajadores en sindicatos, que siguen operando por el control político y clientelar, la productividad y la capacitación en la sociedad tecnotrónica no les preocupa.

Son menos los empresarios que invierten en capacidad y financiamientos de investigación científica en universidades, en las pocas que se salvan, para incrementar producción y más dividendos, el porcentaje del salario en el producto bruto interno del país es mucho menor a la ganancia de capital, lo que es a la inversa en una nación desarrollada.

El derecho de huelga es un sambenito contra las inversiones, ocultan que el capital donde tiene posibilidades de ganancia lo hace entre violencias y guerras sea en el mundo árabe o en Israel.

De anécdota, dos gobernadores, en el pasado inmediato, fueron a Europa a traer inversiones, reunidos con empresarios les aseguraron que en Durango y Chihuahua no había huelgas y los salarios bajos les minimizarían costos de producción.

Los asistentes sorprendidos preguntaron que si no había huelgas de qué forma equilibraban salarios y los precios, porque la huelga es un proceso regulador natural entre inversión y jornada laboral, en cuanto al valor del trabajo, se retiraron de la reunión diciendo que con ese poder adquisitivito en población hay poca venta bienes de consumo duradero y de calidad similar a los que ellos producían. Claro, allá hay sindicatos auténticos y patrones con mayor sentido social.

No dejamos atrás la mediocridad y la simulación. La reforma laboral, no nace de posturas sindicales y patronales modernas. Es todo un contexto social manipulado por el gobierno, la televisión y el conservadurismo católico que no le preocupa la injustica.

Veamos: Hace tres años en los EE.UU, por tres días no hubo venta de hamburguesas y hot dog, la unanimidad de empleados de McDonald, Burger King, Carl’s Jr., Vip, etc. hicieron un paro para demandar 14 Dls p/h en vez de 7 que ganaban por jornada ardua y de pie. Los empleados se solidarizaron sin tener sindicato, demostrando los ingresos que indirectamente generaban, no obtuvieron los 14 dólares por hora pero sí un amento a 11 Dls. p/h. Televisa y Tv Azteca no dieron la noticia, también lo hacen ocultando que los futbolistas de todo el mundo tiene sindicatos y hacen huelgas, ejemplos en las ligas mayores de beisbol o futbol americano en la negociaciones de salarios de los jugadores, no vaya a provocar imitaciones.

En esas sociedades no existen triadas perversas arriba mencionadas, no vieron en los empleados de restaurantes de comida rápida, ni en los jugadores profesionales un atentado a la economía, lo ven como proceso que busca equilibrio entre el salario y el capital. El problema es que López Obrador está muy contento con el duopolio televisivo.

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