/ lunes 22 de julio de 2019

PERCEPCIÓN CIUDADANA

Movimiento o Partido

El desarrollo es un proceso de cambio social y aprendizaje democrático.- Joseph Stiglitz

La preeminencia de López Obrador en el escenario político le ha permitido implementar su plan asistencialista y redistribución de subsidios, y obras principales de inversión social en el tren del sureste, la refinería y el aeropuerto.

Colindando el Estado de excepción que Napoleón ejerció en base a su gran liderazgo y genialidad, toda proporción guardada, López Obrador gana la Presidencia por sobre su partido y corrientes y personajes adheridos. El fin justificó los medios, incluso el apoyo no desmentido del analfabeta funcional, y súper corrupto de Peña Nieto. La aceptación o reclutamiento indiscriminado, afecta la consolidación de Morena como Partido, con simpatizantes asimilados sobre la marcha el trabajo de coordinación demanda extrema aplicación.

El carisma de López Obrador se impuso en la selección de candidatos y operadores de su campaña, Tatiana Clouthier que coordinó su campaña sin ser militante de Morena. La suma indiscriminada de activistas genera en sí, obstáculos para congregar a militantes en los objetivos propuestos.

Antes y durante la campaña se esbozaron ideas de conducir un movimiento social que envolvería al partido. Los movimientos sociales pueden agrupar a clases, grupos, corrientes e incluso partidos, resultan efímeros aunque se propongan perdurar. Por ahora los cambios sociales o de régimen solo se han logrado a través de partidos políticos consecuentes con objetivos ideológicos compartidos.

Así sucedió con los pactos de la Moncloa, en España, la democracia la social democracia chilena y uruguaya, la revolución de primavera en Egipto. La política en objetivos de subsidios y gasto social finalmente alinea posiciones de clase, en sindicatos de trabajadores y de empresa, en clases medias y productores del campo. Redistribuir la riqueza producida conlleva esa división histórica. No será lucha de clases radical, será un estira y afloja por inclinar al erario en favor de intereses de clase.

Morena requiere redimensionar y cualificar su estructura para cumplir con la misión, con la renovación de su dirigencia nacional tiene la oportunidad de precisar mejor su ideario político, su plan de acción para concretar la 4T. Precisar acuerdos específicos con frentes políticos, verbigracia con los protestantes de encuentro social y la difusión de la cartilla moral, que contradice la laicidad del Estado mexicano, dígase lo que se diga.

Los vientos del cambio social no son fácilmente gobernables, y menos las contradicciones inherentes entre las diversas expresiones políticas. Todo cambio de régimen o transición política libera fuerzas contenidas por el régimen anterior, hay los que se reorganizan o se mantienen ocultas. López Obrador y Morena no imaginaron la dependencia de cúpulas empresariales y partidos al presidencialismo de presupuesto en mano y exceso de facultades legales que controla a sectores sociales. Es la inercia y simulación democrática financiada por el gobierno, y por años operada por el INE.

En medios de prensa y redes de internet se da cuenta de protestas contra López Obrador, son de gente decente de clase media, que igual que intelectuales orgánicos (asimilados al poder) cuestionan la superficie, los gestos, los ademanes, la información directa de primera mano por el presidente. No aceptan la austeridad y quita del despilfarro, en decenas de dependencias públicas, y otras que deben cancelar, y en guarderías, en el aeropuerto faraónico, o en el sector salud se debió de castigar a responsables.

El presidente dijo que a mediados de sexenio hará los cambios de fondo, fiscales y económicos, para eso necesita un partido con doctrina social y proselitismo que refuerce las modificaciones hechas, socialice los cambios a la estructura económica que faltan. La derecha está latente no hay modificaciones que le inquieten, igual a la élite empresarial y monopólica, asombrados por una corrupción inmensa de Peña Nieto, y a la cual el presidente debe atacar rápido antes de que sea tarde.

P.D. Con transparencia y autocritica se ventilan en público las causas de la renuncia de Carlos Urzúa, igual que las críticas hechas por legisladores de Morena a su líder. Vienen variaciones que incomodarán las buenas conciencias acongojadas de simulación y la tradición.

Movimiento o Partido

El desarrollo es un proceso de cambio social y aprendizaje democrático.- Joseph Stiglitz

La preeminencia de López Obrador en el escenario político le ha permitido implementar su plan asistencialista y redistribución de subsidios, y obras principales de inversión social en el tren del sureste, la refinería y el aeropuerto.

Colindando el Estado de excepción que Napoleón ejerció en base a su gran liderazgo y genialidad, toda proporción guardada, López Obrador gana la Presidencia por sobre su partido y corrientes y personajes adheridos. El fin justificó los medios, incluso el apoyo no desmentido del analfabeta funcional, y súper corrupto de Peña Nieto. La aceptación o reclutamiento indiscriminado, afecta la consolidación de Morena como Partido, con simpatizantes asimilados sobre la marcha el trabajo de coordinación demanda extrema aplicación.

El carisma de López Obrador se impuso en la selección de candidatos y operadores de su campaña, Tatiana Clouthier que coordinó su campaña sin ser militante de Morena. La suma indiscriminada de activistas genera en sí, obstáculos para congregar a militantes en los objetivos propuestos.

Antes y durante la campaña se esbozaron ideas de conducir un movimiento social que envolvería al partido. Los movimientos sociales pueden agrupar a clases, grupos, corrientes e incluso partidos, resultan efímeros aunque se propongan perdurar. Por ahora los cambios sociales o de régimen solo se han logrado a través de partidos políticos consecuentes con objetivos ideológicos compartidos.

Así sucedió con los pactos de la Moncloa, en España, la democracia la social democracia chilena y uruguaya, la revolución de primavera en Egipto. La política en objetivos de subsidios y gasto social finalmente alinea posiciones de clase, en sindicatos de trabajadores y de empresa, en clases medias y productores del campo. Redistribuir la riqueza producida conlleva esa división histórica. No será lucha de clases radical, será un estira y afloja por inclinar al erario en favor de intereses de clase.

Morena requiere redimensionar y cualificar su estructura para cumplir con la misión, con la renovación de su dirigencia nacional tiene la oportunidad de precisar mejor su ideario político, su plan de acción para concretar la 4T. Precisar acuerdos específicos con frentes políticos, verbigracia con los protestantes de encuentro social y la difusión de la cartilla moral, que contradice la laicidad del Estado mexicano, dígase lo que se diga.

Los vientos del cambio social no son fácilmente gobernables, y menos las contradicciones inherentes entre las diversas expresiones políticas. Todo cambio de régimen o transición política libera fuerzas contenidas por el régimen anterior, hay los que se reorganizan o se mantienen ocultas. López Obrador y Morena no imaginaron la dependencia de cúpulas empresariales y partidos al presidencialismo de presupuesto en mano y exceso de facultades legales que controla a sectores sociales. Es la inercia y simulación democrática financiada por el gobierno, y por años operada por el INE.

En medios de prensa y redes de internet se da cuenta de protestas contra López Obrador, son de gente decente de clase media, que igual que intelectuales orgánicos (asimilados al poder) cuestionan la superficie, los gestos, los ademanes, la información directa de primera mano por el presidente. No aceptan la austeridad y quita del despilfarro, en decenas de dependencias públicas, y otras que deben cancelar, y en guarderías, en el aeropuerto faraónico, o en el sector salud se debió de castigar a responsables.

El presidente dijo que a mediados de sexenio hará los cambios de fondo, fiscales y económicos, para eso necesita un partido con doctrina social y proselitismo que refuerce las modificaciones hechas, socialice los cambios a la estructura económica que faltan. La derecha está latente no hay modificaciones que le inquieten, igual a la élite empresarial y monopólica, asombrados por una corrupción inmensa de Peña Nieto, y a la cual el presidente debe atacar rápido antes de que sea tarde.

P.D. Con transparencia y autocritica se ventilan en público las causas de la renuncia de Carlos Urzúa, igual que las críticas hechas por legisladores de Morena a su líder. Vienen variaciones que incomodarán las buenas conciencias acongojadas de simulación y la tradición.

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