Recorte presupuestal
El gobernador del Estado declaró que varios de sus congéneres panistas podrían salirse del Convenio de coordinación fiscal suscrito con el gobierno federal. Convenio que viene de décadas, que dio pie a la convención nacional hacendaria, a muchos arreglos y negociaciones de los gobernadores con el gobierno central.
Convenio que fortaleció el centralismo consentido por los gobernadores, que repetimos, son federalistas para gastar impuestos que no cobran, y federalistas para evadir el combate al narcotráfico, allí si son centralistas. Como les dijera Francisco Gil Díaz, exsecretario de hacienda con el esposo de Martha Sahagún: Los gobernadores deben de asumir el costo político de cobrar sus propios impuestos.
El federalismo en México nunca ha existido, era tema de cajón del discurso oficial de gobernadores priistas. Lo dicho por Aispuro Torres, no mereció las ochos columnas y la televisión comercial la manejó por la tangente. Incluso después el del Bicentenario a preguntas al respecto respondió sin precisión, de que algunos, o la mejor. Argumentó conducirse con institucionalidad, en cooperación etc.
De la formación profesional del gobernador, y ahora sí por institucionalidad debe de seguir hasta sus últimas consecuencias políticas y económicas o promover una controversia constitucional. Por institucionalidad se debe evitar la presencia del gobernador a oficios del catolicismo que no van con la constitucional y la laicidad que sustenta al Estado Mexicano y su historia, ha sido clero católico el enemigo principal de la formación del Estado mexicano y la república. La historia y la ciencia del derecho obligan.
El gobernador puede convertirse en un valiente y decidido bastión del federalismo mexicano. Episodios frescos son los de los gobernadores Corral de Chihuahua y Alfaro de Jalisco, que en institucionalidad reclamaron públicamente facultades al gobierno de López Obrador a principios de año. Debatieron, se hablaron claro, y sobre diferencias hicieron acuerdos y están trabajando sin ni sumisión ni avasallamiento.
El corporativismo es derivación del autoritarismo y la verticalidad inculcados por el catolicismo. Todavía influye la corriente clerical que inhibe la crítica o el conocimiento de la Biblia para no generar interrogantes. Cuando Lutero y Calvino entre otros capítulos de la reforma, con el Pietismo y William Pen le sustrajeron al Vaticano el secreto de la confesión, que solo se debe a Dios, El Vaticano con verticalismo autoritario y su concepto de unidad, han combatido al protestantismo.
La infalibilidad del papa en 1870 reforzó el autoritarismo que imploran bajo la unidad, la unidad que no existe, porque es una ley dialéctica junto con sus contrarios. La unidad es la conjugación permanente de las diferencias en unidad transitoria y vuelta a construir. La derecha siempre bajo esos supuestos reclama la unidad sujeta a la autoridad, como la supuesta infalibilidad del Papa, disciplina funcional al poder político.
El presidente anticipó restricciones presupuestales en educación, agropecuario, turismo y varios programas al campo. El convenio de coordinación fiscal ha dado privilegios a gobernadores, ha sido instrumento de chantaje federalista de gobernadores priistas a sexenios timoratos panistas, así obtuvieron los excedentes del petróleo manejados a discreción igual que en partidas de los ramos 33 y 28.
Con López Obrador hay otro proyecto económico que falta discutir con amplia claridad. Durango y su pobreza agrícola ya recibe apoyos directos apoyos sin intermediarios burócratas e incompetentes. El Bicentenario tiene 15 años apoyando al turismo y mantenemos cifras deplorables en empleo, salarios, productividad, deuda pública y sólo crece la burocracia y los aviadores y el despilfarro.
Los que se ostentan de voceros de comerciantes y ese “Consejo Ciudadano que dice ser la representación civil ante la autoridad”, ni el gobierno, no deben hablar a nombre de todos los durangueños.
Decir que a Durango no lo ayuda la Federación, implorando paternalismo, es mentira, es al gobierno al que se pueden cortar recursos, de por sí que no hacen nada. No hay planteamientos ni ideas del desarrollo, el campo de Durango siempre ha sido relegado, y los programas federales han sido aprovechados en mayor cuantía por agricultores y ganaderos prósperos, los menos.
Dice Sergio Sarmiento: Los subsidios agropecuarios en México, de hecho son mayores que en los EE.UU. si se comparan con el valor de la producción.
