/ lunes 30 de septiembre de 2019

PERCEPCIÓN CIUDADANA

Los duros críticos de hoy son los complacientes comparsas del ayer. En su conjunto asumen el resultado de la derrota electoral pero no la consecuencia política.- René Delgado.

La discusión sobre en presupuesto de egresos del gobierno federal carece contenido, y economistas acreditados no evitan tecnicismos. La que se denomina clase política en partidos, poder legislativo o cámaras de empresarios subrayan frecuentemente interese particulares y fuera de contexto.

El gobierno de la 4T no ofrece mayor argumentación, se sabe que busca mejor distribución del ingreso en programas asistenciales, sin claridad en programa y objetivos en términos de economía política.

La iniciativa para aumentar impuestos a plataformas digitales, Uber, refrescos o ventas por catálogo o informales, levantó ámpula, y se exagera en decir que expedir facturas fiscales falsas será delito grave o delincuencia organizada, lo rechazan y juzgan terrorismo fiscal.

Arturo Herrera, secretario de Hacienda, dice que tales impuestos están previstos en la legislación fiscal. En cuanto a los que hablan de terrorismo fiscal deberían de comparar las penalidades fiscales o la cantidad de impuestos que se pagan en EE.UU, o Canadá. Lo cierto es que en México la evasión fiscal en no pagarlos, o la elusión en pagar menos de lo debido, en una práctica cotidiana, por corrupción de burócratas, funcionarios y empresarios. Claro que en países desarrollados los impuestos se traducen en obras visibles, no hay sobre eso sospecha de robo o desvíos, no mucha.

No se puede hablar de haber dejado en neoliberalismo que el Banco de México opera bajo la reglas del Fondo Monetario Internacional y vigilando sólo la inflación o el precio de Dólar privilegiando el interés de la banca mundial. Tampoco si se defiende el Tratado de Libre Comercio como ariete de las finanzas nacionales.

Pero hay factores ausentes del capitalismo mundial; el secreto bancario que aquí se mantiene; la falta de competencia económica contra prácticas monopólicas absolutas y relativas allí están de ejemplo las tiendas de conveniencia; no se tiene impuesto a la propiedad inmueble o predial progresivos como en los vecinos, en que después de pagar por una vivienda, por otra y otra más se multiplican los impuestos, invertir en bienes raíces se considera sustracción de capital en la circulación.

Dice la 4T que las reformas de fondo en la estructura económica de darán a mitad de sexenio, el problema es que no se ha formado base social de apoyo, instruidas para llevar a cabo esos cambios.

López Obrador y su gobierno no han persuadido de que los recortes planteados a muchos programas en el presupuesto, sí le restan a sectores y deben de convencer de que beneficiarán a grupos mayoritarios y necesitados. Que se trabaja en programas para que el dinero directo a personas y escuelas, propiciarán al menos la creación de empresas cooperativas de producción o consumo, sin menguar a la empresa privada.

Hace pocos años se pregonaba en conservador criterio que los diputados cooperaban en obtener presupuestos históricos para Durango. Y no pasó nada, fuera de arreglos de calles y de fiestas o con artistas pagados por el centro, en términos de empleo, ingreso, productividad y oportunidades, estamos peor, los más pobres en términos absolutos y relativos.

Pues así pasó con las cifras del PIB, de las inversiones extranjeras y monopólicas en el país. Es lo que extrañan las burocracias priistas y panistas. En economía política se trata de beneficiar a los más, y siempre hay alguien que deja de ganar.

Para no perder de vista, el Producto Interno Bruto (PIB) no crece en México y muy poco en los países ricos, la inversión extranjera sólo en los EE.UU es creciente, la guerra comercial mantiene en ascuas a sociedades financieras, inicia la guerra abierta por los mercados. Los problemas serios del país son la deuda externa, Felipe Calderón dejó a Peña Nieto $4billones, y éste dejó a López Obrador $10.5 billones.

No hay reservas financieras para las pensiones a burócratas, cuentas que se llevan tercera parte del presupuesto. Réstele la partida a la educación en general, y queda muy poco gasto programable, el rescate de Pemex y el Tren Maya, se llevarán buena parte del gasto. La reducción en recaudación fiscal de un -7% para este año y los avatares que vienen del extranjero son motivos de preocupación. Súmele, la educación factor indispensable para el progreso, estará en manos del sindicalismo del magisterio.

La centralidad en López Obrador, evidencia la simulación de las instituciones de competencia económica, transparencia, derechos humanos, la electoral del INE, el Congreso y el Poder Judicial. La simulación, que es corrupción disfrazada, a veces es más perniciosa.

Los duros críticos de hoy son los complacientes comparsas del ayer. En su conjunto asumen el resultado de la derrota electoral pero no la consecuencia política.- René Delgado.

La discusión sobre en presupuesto de egresos del gobierno federal carece contenido, y economistas acreditados no evitan tecnicismos. La que se denomina clase política en partidos, poder legislativo o cámaras de empresarios subrayan frecuentemente interese particulares y fuera de contexto.

El gobierno de la 4T no ofrece mayor argumentación, se sabe que busca mejor distribución del ingreso en programas asistenciales, sin claridad en programa y objetivos en términos de economía política.

La iniciativa para aumentar impuestos a plataformas digitales, Uber, refrescos o ventas por catálogo o informales, levantó ámpula, y se exagera en decir que expedir facturas fiscales falsas será delito grave o delincuencia organizada, lo rechazan y juzgan terrorismo fiscal.

Arturo Herrera, secretario de Hacienda, dice que tales impuestos están previstos en la legislación fiscal. En cuanto a los que hablan de terrorismo fiscal deberían de comparar las penalidades fiscales o la cantidad de impuestos que se pagan en EE.UU, o Canadá. Lo cierto es que en México la evasión fiscal en no pagarlos, o la elusión en pagar menos de lo debido, en una práctica cotidiana, por corrupción de burócratas, funcionarios y empresarios. Claro que en países desarrollados los impuestos se traducen en obras visibles, no hay sobre eso sospecha de robo o desvíos, no mucha.

No se puede hablar de haber dejado en neoliberalismo que el Banco de México opera bajo la reglas del Fondo Monetario Internacional y vigilando sólo la inflación o el precio de Dólar privilegiando el interés de la banca mundial. Tampoco si se defiende el Tratado de Libre Comercio como ariete de las finanzas nacionales.

Pero hay factores ausentes del capitalismo mundial; el secreto bancario que aquí se mantiene; la falta de competencia económica contra prácticas monopólicas absolutas y relativas allí están de ejemplo las tiendas de conveniencia; no se tiene impuesto a la propiedad inmueble o predial progresivos como en los vecinos, en que después de pagar por una vivienda, por otra y otra más se multiplican los impuestos, invertir en bienes raíces se considera sustracción de capital en la circulación.

Dice la 4T que las reformas de fondo en la estructura económica de darán a mitad de sexenio, el problema es que no se ha formado base social de apoyo, instruidas para llevar a cabo esos cambios.

López Obrador y su gobierno no han persuadido de que los recortes planteados a muchos programas en el presupuesto, sí le restan a sectores y deben de convencer de que beneficiarán a grupos mayoritarios y necesitados. Que se trabaja en programas para que el dinero directo a personas y escuelas, propiciarán al menos la creación de empresas cooperativas de producción o consumo, sin menguar a la empresa privada.

Hace pocos años se pregonaba en conservador criterio que los diputados cooperaban en obtener presupuestos históricos para Durango. Y no pasó nada, fuera de arreglos de calles y de fiestas o con artistas pagados por el centro, en términos de empleo, ingreso, productividad y oportunidades, estamos peor, los más pobres en términos absolutos y relativos.

Pues así pasó con las cifras del PIB, de las inversiones extranjeras y monopólicas en el país. Es lo que extrañan las burocracias priistas y panistas. En economía política se trata de beneficiar a los más, y siempre hay alguien que deja de ganar.

Para no perder de vista, el Producto Interno Bruto (PIB) no crece en México y muy poco en los países ricos, la inversión extranjera sólo en los EE.UU es creciente, la guerra comercial mantiene en ascuas a sociedades financieras, inicia la guerra abierta por los mercados. Los problemas serios del país son la deuda externa, Felipe Calderón dejó a Peña Nieto $4billones, y éste dejó a López Obrador $10.5 billones.

No hay reservas financieras para las pensiones a burócratas, cuentas que se llevan tercera parte del presupuesto. Réstele la partida a la educación en general, y queda muy poco gasto programable, el rescate de Pemex y el Tren Maya, se llevarán buena parte del gasto. La reducción en recaudación fiscal de un -7% para este año y los avatares que vienen del extranjero son motivos de preocupación. Súmele, la educación factor indispensable para el progreso, estará en manos del sindicalismo del magisterio.

La centralidad en López Obrador, evidencia la simulación de las instituciones de competencia económica, transparencia, derechos humanos, la electoral del INE, el Congreso y el Poder Judicial. La simulación, que es corrupción disfrazada, a veces es más perniciosa.

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