Fines y medios
Por ahora, la 4T y sus adversarios tienen que practicar el difícil arte de coexistir sin convicción.- Lorenzo Meyer.
En tiempos de la sociedad liquida, de modificaciones aceleradas hasta en tradiciones y costumbres, las redes de internet propician que los lectores viren hacia textos cortos en las redes. Lo que impone a editorialistas de prensa escrita la necesidad de ser breves, con semántica precisa y sintaxis.
Hay posiciones extremas a favor o en contra de la 4T particularmente en redes de internet, distantes y proclives a polarizarse. Las alteraciones de los regímenes políticos producen desencuentros, discusiones, debates y recriminaciones mutuas entre los detractores y defensores. Lo importante es que las modificaciones aunque sea sólo en lo político, se conduzcan orientadas con ideas, principios y objetivos que respondan con ideas claras de gobernabilidad y ejercicio del poder.
La preeminencia de López Obrador, el gobierno unipersonal que le critican obedece a su liderazgo explayado por el débil o inexistente entramado democrático, ensamblado de corrupción y simulación que para el caso es lo mismo. Es más liderazgo que carisma, no hay dinámica democrática, él lo mide y entra en blandito en mordacidad contra las instituciones autónomas por ley, que nunca fueron instituciones ni autónomas. Y si muy sumisas al poder, como el INE que nunca combatió en fraude electoral, todas fueron simuladoras. Como dijo nuestro embajador ante El Vaticano, Alberto Barranco: Los del INE no tienen vergüenza.
Faltan convicciones. La 4T pregona contra el neoliberalismo, pero nunca ha cuestionado a su baluarte, el Banco de México o banca central, el banco de bancos, punta de lanza del neoliberalismo. En el silencio de Morena, Agustín Cartens, de la banca de pagos mundial, declara que el Banco de México (BMX) debe ampliar su función y promover el desarrollo. Lo que antes se hacía con la financiera rural y bancos de apoyo. Limitar al BMX al control de la inflación y cuidar tasas de interés y créditos de la banca de países ricos, sin incidir en la producción es el ariete del neoliberismo implantado. Una lección para la 4T.
La 4T fue omisa con el “Buen fin,” beneficio añadido de los comerciantes, se da dinero directo a sectores populares para su sostenimiento y se deja libre una campaña consumista cuando es más necesario al momento el ahorro que el consumo del Buen Fin. Nada más Arturo Herrera, de Hacienda, aconsejó públicamente a la población que no se endrogaran con créditos y que realizaran compras necesarias, Un negocio más del monopolio televisivo.
El presidente debe estar asombrado de la incapacidad de opositores de escaparate. Un PAN burocratizado con dirigencias chambistas que estorban la manifestación de militantes auténticos, un partido que extravió principios y languidece. El PRI irá con el que le dé dinero, no puede hacer reuniones sin gastar fortunas, de ideología y principios, por favor no seamos exigentes ni incomprensibles. Los comerciantes-los grandes empresarios saben del gasto público y del ingreso, ven las cosas desde arriba- los que aquí piden más presupuesto para su cliente el Gobierno del Estado, confunden al gobierno con el Estado, critican a López Obrador, por qué no mejor hablan el Affaire (versión de negocio oscuro e ilícito) en la compra del terreno y construcción del hotel Hampton. La clase media politizada no encuentra canales de expresión. Los medios de información nacionales también sufren recortes.
López Obrador desacraliza la Presidencia, se somete a debate directo, se mofa, agrede verbalmente. Es una oportunidad de refutarlo, de organizarse con alternativas elaboradas, difundirla y hacer proselitismo en contra de su política y modelo de desarrollo. Pero si no hay ideas la organización va para la largo. Con la confrontación de ideas todos ganamos, nos enseñamos a discutir, es un paso necesario del nacimiento de las democracias, tiene riesgos en relajamiento social y extremos radicales, que nada más lo impediría la democracia, no en los votos, eso dará, con democracia en el trabajo, la educación, la familia y las iglesias. El presidente en su protagonismo se expone, pero contribuye a dialogo. Rompe el viejo estilo presidencialista clientelar.
Es necesario que se generen ideas y precisiones, todavía hay analistas que todo lo ven a través del crecimiento del PIB, que no refleja el grado de desigualdad, que ganamos con las cifras de antes. Hay que entender que el reparto de dinero directo a personas distribuye mejor al ingreso, que antes se daba a intermediarios gananciosos y corruptos. López Obrador no le falta Durango, es el Gobierno del Estado, que nada hizo con sus presupuestos históricos, que sin proyecto, sigue gastando en aviadores, partidas a grupos, banquetes y desfiles, ¿y el empleo y la inversión? Bien, gracias.
