/ martes 27 de octubre de 2020

Percepción ciudadana

Partidos políticos, negocios lucrativos

Dentro de los grupos de presión que cuentan con un ordenamiento legal expedido por el poder público, los partidos políticos son canales imprescindibles de participación política.

Con una misión más amplia que el sindicalismo o la llamada iniciativa privada. Factores que son equilibrios al poder dentro de la gobernabilidad convencional estatuida y sostén de la división de poderes. Dicho lo anterior sin olvidar que hay partidos en la clandestinidad y radicales que no se involucran en el régimen legal, afirman es competir bajo las reglas del contrario.

El papa Francisco dice que “la política es una actividad virtuosa cuando busca la libertad y bienestar general”. José Múgica, ex guerrillero, teórico de izquierda, y que fuera muy buen presidente de Uruguay, se retira de la política activa y dice entre varias frases interesantes: “Aunque suene a quimera, la política es la lucha por la felicidad de la humanidad”. Importante no relacionar estas declaraciones con los artificios de clientelismo electoral que realizan los partidos en México pagados por el gobierno, y que el INE confunde con democracia.

Según Wright Mills, en su libro Hombres Sociales y Movimientos Políticos, los partidos tienen 4 elementos. 1.- Una organización permanente que trabaja para llegar al poder o mantenerse en él; 2.- Una interpretación de la historia; 3- Un programa económico y 4.- Un ideario político guía de sus acciones. De acuerdo a esta premisa en México hace tiempo perdieron su configuración. El PRI de aparato electoral del gobierno de economía mixta se hizo apéndice de él; el PAN cuando terminó aceptando los recursos del gobierno en 1997, ganó la Presidencia y perdió al partido, dijera Luis H. Álvarez, se burocratizó y ahora imita al PRI; López Obrador acabó con un PRD que de pacto político- electoral terminó en lucha de facciones; Morena, que no logra estructurase partido o movimiento en vez de líder tiene jefe.

En los países desarrollados los simpatizantes sostienen a su partido con sus cuotas, les da calidad a inconformarse o retiran su aportación y apoyo. En los EE.UU. o Alemania por ejemplo, en promedio un ciudadano colabora en dos grupos civiles, ambientalistas, defensores de animales o consumidores, y pertenece a un partido político. Participa en sindicatos o asociaciones varias pero hace política en los partidos.

Comparemos con partidos de otros países sean republicanos, socialistas de Francia de derecha o izquierda, o la versión en China y Rusia donde los partidos dirigen el gobierno. La teoría marxistas es clara, en el partido los productores directos que crean la riqueza material, por áreas se escogen y profesionalizan a los mejores y forman comités especiales. China por ejemplo, pertenecer al partido hay que provenir de un trabajo directo y pasar un muy riguroso examen de conocimientos.

Los republicanos de partidarios de libre empresa abierta, en la crisis del 2008 adecuaron sus ideas pidiendo al Estado mayor regulación, mantiene su liberalismo en la propiedad de armas y los derechos humanos, no muy respetados con afroamericanos.

Pagan su cuota al partido, los más dedicados pueden formar parte en más de 13 unidades de estudio y acción para el país, trabajan por secciones y luego conjuntan decisiones, experiencia que merece mayor análisis.

Partidos políticos, negocios lucrativos

Dentro de los grupos de presión que cuentan con un ordenamiento legal expedido por el poder público, los partidos políticos son canales imprescindibles de participación política.

Con una misión más amplia que el sindicalismo o la llamada iniciativa privada. Factores que son equilibrios al poder dentro de la gobernabilidad convencional estatuida y sostén de la división de poderes. Dicho lo anterior sin olvidar que hay partidos en la clandestinidad y radicales que no se involucran en el régimen legal, afirman es competir bajo las reglas del contrario.

El papa Francisco dice que “la política es una actividad virtuosa cuando busca la libertad y bienestar general”. José Múgica, ex guerrillero, teórico de izquierda, y que fuera muy buen presidente de Uruguay, se retira de la política activa y dice entre varias frases interesantes: “Aunque suene a quimera, la política es la lucha por la felicidad de la humanidad”. Importante no relacionar estas declaraciones con los artificios de clientelismo electoral que realizan los partidos en México pagados por el gobierno, y que el INE confunde con democracia.

Según Wright Mills, en su libro Hombres Sociales y Movimientos Políticos, los partidos tienen 4 elementos. 1.- Una organización permanente que trabaja para llegar al poder o mantenerse en él; 2.- Una interpretación de la historia; 3- Un programa económico y 4.- Un ideario político guía de sus acciones. De acuerdo a esta premisa en México hace tiempo perdieron su configuración. El PRI de aparato electoral del gobierno de economía mixta se hizo apéndice de él; el PAN cuando terminó aceptando los recursos del gobierno en 1997, ganó la Presidencia y perdió al partido, dijera Luis H. Álvarez, se burocratizó y ahora imita al PRI; López Obrador acabó con un PRD que de pacto político- electoral terminó en lucha de facciones; Morena, que no logra estructurase partido o movimiento en vez de líder tiene jefe.

En los países desarrollados los simpatizantes sostienen a su partido con sus cuotas, les da calidad a inconformarse o retiran su aportación y apoyo. En los EE.UU. o Alemania por ejemplo, en promedio un ciudadano colabora en dos grupos civiles, ambientalistas, defensores de animales o consumidores, y pertenece a un partido político. Participa en sindicatos o asociaciones varias pero hace política en los partidos.

Comparemos con partidos de otros países sean republicanos, socialistas de Francia de derecha o izquierda, o la versión en China y Rusia donde los partidos dirigen el gobierno. La teoría marxistas es clara, en el partido los productores directos que crean la riqueza material, por áreas se escogen y profesionalizan a los mejores y forman comités especiales. China por ejemplo, pertenecer al partido hay que provenir de un trabajo directo y pasar un muy riguroso examen de conocimientos.

Los republicanos de partidarios de libre empresa abierta, en la crisis del 2008 adecuaron sus ideas pidiendo al Estado mayor regulación, mantiene su liberalismo en la propiedad de armas y los derechos humanos, no muy respetados con afroamericanos.

Pagan su cuota al partido, los más dedicados pueden formar parte en más de 13 unidades de estudio y acción para el país, trabajan por secciones y luego conjuntan decisiones, experiencia que merece mayor análisis.

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