Es de valientes el oficio del periodismo auténtico Leobaldo García Orrante lo que reclamara el príncipe a la reina madre, deberían recordar varios personajes sociales, políticos, artistas y deportistas.
Escándalos, corrupciones o simulaciones de candidatos, sería difícil distinguir la virtud en Cuauhtémoc Blanco o Paquita la del Barrio, con la de candidatos, legisladores y funcionarios. Normal, la práctica política y el nivel cultural en general, no son circunstancias sociales favorables para encontrar candidatos honestos, valientes y con la capacidad que exigen los desafíos.
Hay prestigios que palidecen, el ministro Arturo Zaldívar abandona el talante que exhibió en la defensa de la autonomía de la Suprema Corte, de la constitucionalidad de la república en valladar del Estado de Derecho. El maximalismo de López Obrador con su presidencia imperial y sin contrapesos efectivos, avanza con episodios nuevos.
Es el régimen político lo que se ha propuesto modificar López Obrador, el capitalismo de compadres ´permanece. Claro las cúpulas beneficiadas y coludidas con funcionarios y agentes del prianismo, como dice López Obrador les toca tanda y tendrán que sentarse, los que van a bailar son otros.
Quien les hará entender a sus alarmados opositores que los grandes capitales monopolistas siguen ganando, a la mejor más, porque todo el dinero de becas y apoyos mayormente se consumen en el comercio acaparado, sea en Telcel, refrescos, oxxos. Mientras no se les inquiete con medidas o reformas que reduzcan sus ganancias no habrá diferencias esenciales con ellos, y mientras no se toque la propiedad privada con leves modalidades legales, y no se les haga pagar los impuestos que se cobran en países prósperos.
El presidente permite la crítica en prensa y televisión, los periodistas que se dice fueron bloqueados, René Delgado, Brozo, Carlos Loret de Mola, si hubo presión sobre los dueños, ellos cedieren, los que han resistido allí están. Vale decir con Alvin Toffler, en sus Cambios
de Poder, que muchos periodistas se quejaban de que no tenían libertad, cuando la tuvieron resultó que no tenían talento. El oficio del periodismo auténtico es de valientes.
López Obrador sistemáticamente pega y soba, le da en gancho al hígado a sus opositores y luego les levanta el brazo, con su “están en su derecho”. Ordena aprobar su ley Zaldívar con mayoriteo de diputados de Morena, igual que el priismo, pero ya sin el negocio del PRIAN de la aprobación de las reformas estructurales de Peña Nieto.
El presidente contempla no ganar la mayoría en el Congreso, las encuestas dicen que sí, creo que la ley Zaldívar en un globo sonda, un buscapiés para confirmar la capacidad de respuesta de sectores inconformes, y se extralimita el presidente, sabe de la inconstitucionalidad de la Ley. La revolución educativa que urge, la lucha contra la corrupción fuera del discurso, las reformas energéticas y la demás, no progresarán si el presidente no educa a sus seguidores, si no las socializa, y convence a sus partidarios.
Con el clásico, el PRIAN demuestra que a veces la virtud le pide perdón al vicio, y sin principios y programa, se apoyaran en el clientelismo del gobierno del Estado, viviremos enfrentamientos entre el Estado y la 4T. El federalismo de opereta que López Obrador retrató en su dimensión, en la firma del acuerdo de limpieza electoral. El bicentenario con despensas, aviadores y dinero en compras ocultas para la pandemia, el federal con respaldo en las becas, pensiones, que no es clientelismo lo reciben clases medias opositoras y gente de solvencia económica.