La gobernación en Durango
Falleció el licenciado José Ramírez Gamero, sus familiares, amigos y colaboradores lo despidieron en sentido duelo. Ramírez Gamero fue un personaje importante en la dinámica social de la localidad como gobernador y dirigente obrero.
Un político de recio carácter, determinado, a veces resuelto en sus declaraciones para un ambiente de simulaciones y cortesías dentro del PRI, donde la política se entiende como equilibrismo y burocracia.
Ramírez Gamero es candidato a gobernador cuando el presidencialismo después de la reforma electoral del 77 y la crisis devaluatoria del 82, modifica modos para designarlos escuchando un poco más a la periferia en las decisiones del centro. Los gobernadores anteriores a 1986 no eran conocidos por los durangueños. Con excepción del gobierno interino de Ángel Rodríguez Solorzano, los predecesores, Alejandro Páez Urquidi, Héctor Mayagoitía Domínguez, Armando del Castillo Franco conocían a Durango, más bien mucho de paso. El PRI, aparato electoral del gobierno, realizaba auscultaciones en sectores y actores previamente al destape, representantes de los que se llamaban fuerzas vivas, comerciantes, algunos industriales, políticos y personas de opinión se acercaban al delegado del PRI para hablar de su preferido.
Esos procesos no han cambiado muchos después de 40 años, como nadie conocía a los candidatos, éstos se rodeaban de cuatro o cinco colaboradores e incluso algunos de ellos tampoco conocían el Estado. Grupos, sectores, políticos y aventureros buscaban al candidato sólo a través de ese círculo concéntrico, después de todo la influencia del centro y el control de grupos de presión por órdenes directas o ayudas en especie hacían ganar al designado, una sutil sugerencia del secretario de Hacienda o el de Comercio a dos o tres destacados empresarios deslizaban al candidato oficial, y todos contentos, hasta el arzobispo Antonio López Aviña hacía su parte a cambio de ser escuchado y obtener cargos para sus persignados. Tiempos aquellos, o actuales, no han cambiado mucho, en el Durango tradicional, costumbrista y conservador se obedece a pie juntilla el gesto del presidente.
Ramírez Gamero es el primer candidato formado en esta ciudad, todos lo conocimos, jugando futbol, en el Instituto Juárez y después universidad, en la CTM, los clubes sociales. Fue un político de muchos amigos. Con él ya no hubo que rodear con los cercanos que los anteriores tenían de intermediarios, no por organización, sino porque desconocían el ambiente, ya en la campaña se enterarían.
Esa fue la brecha que abrió Ramírez Gamero, todos eran sus amigos y muchos sentían derecho de merecer un cargo en el gobierno, cualquiera le podía abordar en la calle y darle quejas de funcionarios o cualquier asunto. El gobernador tenía que atender todas las peticiones, los predecesores no eran accesibles. Que en paz descanse José Ramírez Gamero.
Por iniciarse una nueva gobernación es de esperar que el equipo de Esteban Villegas se proponga modificar en algo los prejuicios, las apariencias y modos de la relación con los sectores y grupos en la intermediación política. Por razones de subdesarrollo político y social, sin grupos de inversionistas fuertes, sin partidos, sindicatos y medios de comunicación al nivel de las necesidades de otra política, no será nada fácil la planeación y conducción política. En una sociedad en la que por falta de empleo, se multiplican las demanda de posiciones de grupos y personas. El discurso en la comunicación social puede menguar en la opinión pública falsas expectativas y rumores, que los compromisos de campaña no se sobrepongan a la gobernabilidad.
