/ martes 14 de diciembre de 2021

Piden “reingeniería” laboral en la UJED

La UJED deberá entrar a un proceso de reingeniería administrativa y laboral, con el fin de optimizar gastos que le permitan hacer frente al déficit presupuestal que cíclicamente le hace crisis a finales de cada año.

Este año no ha sido la excepción al requerir “el salvavidas” de 320 millones de pesos que de manera extraordinaria le aportarán en partes iguales los gobiernos federal y estatal.

Las Secretarías de Hacienda y Educación Pública han respondido de manera positiva a la demanda de auxilio financiero de 13 universidades públicas en el país, con la condición de que las instituciones educativas hicieran el compromiso de ejecutar acciones contundentes, tanto administrativas y laborales como académicas, para solucionar ese faltante de recursos económicos que arrastran de años atrás.

En tal contexto, la UJED tiene la misma obligación – compromiso impuesto por parte de las instancias federales, en coordinación con el Gobierno del Estado, al obtener respuesta positiva a su planteamiento de subsidio extraordinario para pagar la nómina y pasivos de este fin 2021.

Rubén Solís está consciente de que la Universidad Juárez ya no puede evadir tal requisito, y desde antes de que se diera respuesta positiva de apoyo, se comenzó a platicar con los sindicatos y directivos de las escuelas y facultades, con el fin de hacer conciencia en la necesidad de “apretarse el cinturón”, y disminuir los egresos que permitan ahorrar y subsanar el desfasamiento presupuestal que le representa una pesada carga financiera a la institución.

Uno de los rubros, que de acuerdo a la administración central universitaria, “asfixia” las finanzas de la institución, lo representa el gasto anual de más de 400 millones de pesos para el pago de jubilaciones y pensiones, ya que ese recurso no llega etiquetado en el presupuesto.

Aquí es donde se requerirá todo un proceso de reingeniería, complementado con la disposición de los sindicatos para que se empiece a disminuir esa penuria, sin que ello represente renunciar a conquistas contractuales.

El reto de la Rectoría será motivar y convencer a los trabajadores para que las demandas salariales y de prestaciones, cuya revisión ya la tienen en febrero próximo, deberá ser en sintonía con las circunstancias financieras y económicas que enfrenta la Universidad, y abonarle al “saneamiento” de las finanzas.

Para este año la UJED ejercerá un presupuesto de mil 700 millones de pesos, cifra que cuando mucho crecerá en un 3% para el 2022. En tal virtud, el desafío será hacer rendir los recursos para el próximo ejercicio fiscal, con medidas extremas que necesariamente tendrán que “tocar” los salarios y prestaciones laborales, aunque se trabaja para que sea lo mínimo según declaraciones del rector.

La exigencia del gobierno federal es que la UJED inicie la creación de condiciones favorables para restaurar sus finanzas, porque la premisa es ya no otorgar los subsidios extraordinarios.

La UJED deberá entrar a un proceso de reingeniería administrativa y laboral, con el fin de optimizar gastos que le permitan hacer frente al déficit presupuestal que cíclicamente le hace crisis a finales de cada año.

Este año no ha sido la excepción al requerir “el salvavidas” de 320 millones de pesos que de manera extraordinaria le aportarán en partes iguales los gobiernos federal y estatal.

Las Secretarías de Hacienda y Educación Pública han respondido de manera positiva a la demanda de auxilio financiero de 13 universidades públicas en el país, con la condición de que las instituciones educativas hicieran el compromiso de ejecutar acciones contundentes, tanto administrativas y laborales como académicas, para solucionar ese faltante de recursos económicos que arrastran de años atrás.

En tal contexto, la UJED tiene la misma obligación – compromiso impuesto por parte de las instancias federales, en coordinación con el Gobierno del Estado, al obtener respuesta positiva a su planteamiento de subsidio extraordinario para pagar la nómina y pasivos de este fin 2021.

Rubén Solís está consciente de que la Universidad Juárez ya no puede evadir tal requisito, y desde antes de que se diera respuesta positiva de apoyo, se comenzó a platicar con los sindicatos y directivos de las escuelas y facultades, con el fin de hacer conciencia en la necesidad de “apretarse el cinturón”, y disminuir los egresos que permitan ahorrar y subsanar el desfasamiento presupuestal que le representa una pesada carga financiera a la institución.

Uno de los rubros, que de acuerdo a la administración central universitaria, “asfixia” las finanzas de la institución, lo representa el gasto anual de más de 400 millones de pesos para el pago de jubilaciones y pensiones, ya que ese recurso no llega etiquetado en el presupuesto.

Aquí es donde se requerirá todo un proceso de reingeniería, complementado con la disposición de los sindicatos para que se empiece a disminuir esa penuria, sin que ello represente renunciar a conquistas contractuales.

El reto de la Rectoría será motivar y convencer a los trabajadores para que las demandas salariales y de prestaciones, cuya revisión ya la tienen en febrero próximo, deberá ser en sintonía con las circunstancias financieras y económicas que enfrenta la Universidad, y abonarle al “saneamiento” de las finanzas.

Para este año la UJED ejercerá un presupuesto de mil 700 millones de pesos, cifra que cuando mucho crecerá en un 3% para el 2022. En tal virtud, el desafío será hacer rendir los recursos para el próximo ejercicio fiscal, con medidas extremas que necesariamente tendrán que “tocar” los salarios y prestaciones laborales, aunque se trabaja para que sea lo mínimo según declaraciones del rector.

La exigencia del gobierno federal es que la UJED inicie la creación de condiciones favorables para restaurar sus finanzas, porque la premisa es ya no otorgar los subsidios extraordinarios.