/ sábado 6 de noviembre de 2021

Pijijiapan

Este pequeño poblado del Estado de Chiapas sería casi desconocido de no ser por los hechos ocurridos en días pasados, cuando un escuadrón de la Guardia Nacional intentó infructuosamente detener un contingente de la caravana migrante que agrupa a más de cuatro mil personas proveniente de la frontera con el país vecino de Guatemala.

El saldo de dicho encontronazo fueron al menos cinco heridos de la fuerza de seguridad y ningún detenido de los extranjeros.

Sabemos que el problema migratorio es un problema mundial, y un problema de fondo, que no se resuelve con el uso de ninguna fuerza de seguridad actuando aisladamente carente del respaldo de la autoridad pertinente y sin una política migratoria clara al respecto.

Pero a lo que hoy me quiero referir es a esa triste imagen, que primero las redes sociales y luego la prensa se encargaron de divulgar donde nuestros compatriotas, hombres y mujeres, en su mayoría jóvenes, que fueron reclutados para resguardar la seguridad de nuestro territorio, son agredidos con palos y piedras. Uno de ellos es incluso golpeado hasta quedar inconsciente y despojado de sus pertenencias según muestran los videos que circulan.

Las Sagradas Escrituras son claras en relación al gobierno en turno y a lo que sus instituciones representan, y eso que estas líneas fueron escritas en el contexto de un gobierno nada amigable con los cristianos: “Las autoridades están al servicio de Dios para tu bien. Pero, si estás haciendo algo malo, por supuesto que deberías tener miedo, porque ellas tienen poder para castigarte. Están al servicio de Dios para cumplir el propósito específico de castigar a los que hacen lo malo.”

(Romanos 13:4 NTV).

¿No es una forma de faltarnos el respeto a nosotros mismos el permitir que ese uniforme camuflado que representa la autoridad y el orden sea exhibido como símbolo de impotencia y escarnio no sólo en nuestro país sino en todo el mundo?

leonardolombar@gmail.com

Este pequeño poblado del Estado de Chiapas sería casi desconocido de no ser por los hechos ocurridos en días pasados, cuando un escuadrón de la Guardia Nacional intentó infructuosamente detener un contingente de la caravana migrante que agrupa a más de cuatro mil personas proveniente de la frontera con el país vecino de Guatemala.

El saldo de dicho encontronazo fueron al menos cinco heridos de la fuerza de seguridad y ningún detenido de los extranjeros.

Sabemos que el problema migratorio es un problema mundial, y un problema de fondo, que no se resuelve con el uso de ninguna fuerza de seguridad actuando aisladamente carente del respaldo de la autoridad pertinente y sin una política migratoria clara al respecto.

Pero a lo que hoy me quiero referir es a esa triste imagen, que primero las redes sociales y luego la prensa se encargaron de divulgar donde nuestros compatriotas, hombres y mujeres, en su mayoría jóvenes, que fueron reclutados para resguardar la seguridad de nuestro territorio, son agredidos con palos y piedras. Uno de ellos es incluso golpeado hasta quedar inconsciente y despojado de sus pertenencias según muestran los videos que circulan.

Las Sagradas Escrituras son claras en relación al gobierno en turno y a lo que sus instituciones representan, y eso que estas líneas fueron escritas en el contexto de un gobierno nada amigable con los cristianos: “Las autoridades están al servicio de Dios para tu bien. Pero, si estás haciendo algo malo, por supuesto que deberías tener miedo, porque ellas tienen poder para castigarte. Están al servicio de Dios para cumplir el propósito específico de castigar a los que hacen lo malo.”

(Romanos 13:4 NTV).

¿No es una forma de faltarnos el respeto a nosotros mismos el permitir que ese uniforme camuflado que representa la autoridad y el orden sea exhibido como símbolo de impotencia y escarnio no sólo en nuestro país sino en todo el mundo?

leonardolombar@gmail.com

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