/ miércoles 9 de diciembre de 2020

Pilar Alanís merece sitial en la Rotonda

Hoy recordamos a dos personalidades de la cultura de Durango, la primera de ellas, el escultor Benigno Montoya Muñoz, quien tiene en su haber un sinnúmero de obras escultóricas a lo largo y ancho del territorio durangueño, sobra observar en la capital, el templo de Los Ángeles y el teatro Ricardo Castro.

Engarzado con la memoria del escultor Benigno Montoya, traemos a colación a la escritora Pilar Alanís Quiñones, quien contribuyó a fomentar la magnificencia de este personaje, ella fue quien estudió a profundidad la vida y obra del referido escultor, plasmando su vida y obra en un interesante libro, narrando con precisión su extensa obra.

Es de reconocer que Durango tiene una deuda histórica y moral con la desaparecida historiadora que podemos finiquitar; fue ella quien, gracias a su convicción, sacó del anonimato diversos aspectos de la vida de Montoya, delineando el perfil identitario de este gran hombre, hoy por hoy, ícono del arte y la cultura de Durango.

Pilar Alanís sacó del oscurantismo la obra de Benigno Montoya, esparcida en el Panteón de Oriente de Durango, donde con gran derroche de talento, esculpió las más grandilocuentes lápidas fúnebres. Fue un excelso constructor de iglesias, distinguiéndose por representar una escuela de canteros duranguenses que diseñaron imponentes edificios en la capital.

Hace poco más de 15 años que se fundó en el citado Panteón de Oriente, un museo de arte funerario, donde se expone la obra de Montoya; un excelente esfuerzo, direccionado por la propia Pilar Alanís, en su afán por preservar nuestra identidad cultural, a través del arte funerario, además de resguardar la memoria colectiva de los personajes ilustres que ahí reposan.

Este 2020, el Panteón de Oriente, aperturó la posibilidad de que fuese ingresado por sobrados méritos el líder social Pedro Ávila Nevárez, un hombre que impulsó la creación de la Rotonda de los Hombres y Mujeres Ilustres de Durango; existen voces de la sociedad durangueña, que sumado al eventual ingreso de Ávila Nevárez a la Rotonda, podría sumarse a ese sitial de honor a la escritora e historiadora Pilar Alanís Quiñones, por su trayectoria y aportación a la cultura e historia de Durango, ella fue congruente con los valores que han distinguido a la mujer durangueña.

En su tiempo, impulsó y lideró el Festival Tonalco, hoy Festival Revueltas. Cursó la Maestría en Humanidades en la Universidad Anáhuac del Norte y en el Instituto Cultural Helénico en la Cd de México. En la UACH en Chihuahua, fue jefa del posgrado de esa Institución, y ahí ahondó en su investigación sobre Benigno Montoya y desveló la impronta del cantero en el país.

Pilar fue ponente y expositora en congresos nacionales e internacionales, ponderando la contribución del escultor Montoya en la cultura funeraria de América Latina. Por su contribución y trayectoria, justo es que se posibilite su ingreso a la Rotonda de los Hombres y Mujeres Ilustres de Durango.

Hoy recordamos a dos personalidades de la cultura de Durango, la primera de ellas, el escultor Benigno Montoya Muñoz, quien tiene en su haber un sinnúmero de obras escultóricas a lo largo y ancho del territorio durangueño, sobra observar en la capital, el templo de Los Ángeles y el teatro Ricardo Castro.

Engarzado con la memoria del escultor Benigno Montoya, traemos a colación a la escritora Pilar Alanís Quiñones, quien contribuyó a fomentar la magnificencia de este personaje, ella fue quien estudió a profundidad la vida y obra del referido escultor, plasmando su vida y obra en un interesante libro, narrando con precisión su extensa obra.

Es de reconocer que Durango tiene una deuda histórica y moral con la desaparecida historiadora que podemos finiquitar; fue ella quien, gracias a su convicción, sacó del anonimato diversos aspectos de la vida de Montoya, delineando el perfil identitario de este gran hombre, hoy por hoy, ícono del arte y la cultura de Durango.

Pilar Alanís sacó del oscurantismo la obra de Benigno Montoya, esparcida en el Panteón de Oriente de Durango, donde con gran derroche de talento, esculpió las más grandilocuentes lápidas fúnebres. Fue un excelso constructor de iglesias, distinguiéndose por representar una escuela de canteros duranguenses que diseñaron imponentes edificios en la capital.

Hace poco más de 15 años que se fundó en el citado Panteón de Oriente, un museo de arte funerario, donde se expone la obra de Montoya; un excelente esfuerzo, direccionado por la propia Pilar Alanís, en su afán por preservar nuestra identidad cultural, a través del arte funerario, además de resguardar la memoria colectiva de los personajes ilustres que ahí reposan.

Este 2020, el Panteón de Oriente, aperturó la posibilidad de que fuese ingresado por sobrados méritos el líder social Pedro Ávila Nevárez, un hombre que impulsó la creación de la Rotonda de los Hombres y Mujeres Ilustres de Durango; existen voces de la sociedad durangueña, que sumado al eventual ingreso de Ávila Nevárez a la Rotonda, podría sumarse a ese sitial de honor a la escritora e historiadora Pilar Alanís Quiñones, por su trayectoria y aportación a la cultura e historia de Durango, ella fue congruente con los valores que han distinguido a la mujer durangueña.

En su tiempo, impulsó y lideró el Festival Tonalco, hoy Festival Revueltas. Cursó la Maestría en Humanidades en la Universidad Anáhuac del Norte y en el Instituto Cultural Helénico en la Cd de México. En la UACH en Chihuahua, fue jefa del posgrado de esa Institución, y ahí ahondó en su investigación sobre Benigno Montoya y desveló la impronta del cantero en el país.

Pilar fue ponente y expositora en congresos nacionales e internacionales, ponderando la contribución del escultor Montoya en la cultura funeraria de América Latina. Por su contribución y trayectoria, justo es que se posibilite su ingreso a la Rotonda de los Hombres y Mujeres Ilustres de Durango.